¿Cómo llamar a un mentiroso que no acepta las mentiras de otro mentiroso porque no miente con ellas tanto como él? Cínico, es decir, descarado, impúdico y deshonesto.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) es un arma ideológica del Estado, es un organismo creado en 2005 específicamente para mentir, para darnos una visión borrosa de la pobreza, confusa e inexacta a propósito, para que los datos reales de nuestra desastrosa situación de aquél entonces se acomodaran de acuerdo al interés del gobierno de Vicente Fox, a fin de que al dejar éste la presidencia de la república en 2006 pensáramos que no nos había ido tan mal y se facilitara el triunfo electoral de su sucesor; arma que ha funcionado a las mil maravillas a los posteriores gobiernos federales. Excepto hasta ahora… porque no mintió lo suficiente.
Está constituido este Consejo por intelectuales y académicos de gran renombre que se especializan en ocultar a los pobres las dimensiones reales de su pobreza y en tratar de convencer a los no tan pobres de que la pobreza en México no es un problema tan grande. Es, pues, un instrumento del Estado mexicano para evitar que la comprensión cabal del tamaño de nuestros males conmueva a la población y la obligue a actuar; su objetivo es desactivar de raíz el descontento popular, al menos en el terreno de las ideas, por la vía de tratar de quitarle argumentos. En palabras de Julio Boltvinik, el Coneval “es un invento para minimizar la pobreza real” de México.
Su método es descomponer idealmente el todo (la pobreza) en partes inventadas (por ejemplo, “población con carencias sociales” o “población con ingresos menores a la línea de pobreza”) o aspectos de la pobreza que en la realidad son inseparables y presentarlos públicamente como si existieran realmente separados; el objetivo de esta abstracción y de su obligada catarata de eufemismos es forzar a la mente a ver las cosas de forma aislada, inconexas, sin estructura. Vistas así las cosas es relativamente más fácil convencer que el todo es sólo una de sus partes y, por tanto, más pequeño que sí mismo e, incluso, llegar a la negación de la existencia del todo. Es el método que en Filosofía se llama metafísico, una forma de pensar, de ser y de actuar que no responde a los intereses ni de la ciencia ni de la práctica social avanzada, es decir, de la lucha de los pueblos por el progreso.
La irritación de López Obrador surgió este 6 de agosto al darse cuenta de que el Coneval no mintió adecuadamente en su informe dado a conocer al país a través de los medios un día antes. “No acepto el resultado de esa encuesta, tengo otros datos. Creo que la gente está recibiendo más apoyo y aún con la pandemia la gente tiene para su consumo básico…”, dijo el cínico dictador. Así nomás: no hay pobres porque así lo digo yo, punto. ¿O qué otra cosa se puede entender cuando afirma que la gente tiene para su consumo básico?
Veamos la mentira inicial. La primera maniobra para confundir al pueblo consiste en que el Coneval afirma -descomponiendo arbitrariamente la realidad, como ya dijimos- que en 2020 la “población con carencias sociales” es de 67.6% (85.7 millones de mexicanos), en tanto que la “población con ingresos menores a la línea de pobreza” es de 52.8% (66.8 millones de personas) (¡!); manipulando de forma repugnante ambas cifras pretende hacernos creer que la “población en situación de pobreza” es de sólo 43.9% (55.7 millones de mexicanos) ¿Le entendió usted a este embrollo? La cifra que no le gustó al mentiroso de Palacio supone un incremento de sólo 2 por ciento entre 2018 y 2020, es decir, el equivalente a 3.8 incómodos millones de personas. Además, pretende el Coneval hacernos creer que la “población con carencias en el acceso a la salud” sólo aumentó de 20.1 millones de mexicanos en 2018 a 35.7 millones en 2020. ¿Será que todos los demás millones de pobres -de chile, mole y pozole- de que habla el Coneval ya tienen servicios de salud “como en Dinamarca”? Así lo da por hecho, impúdicamente. También López Obrador “cree” que sí, pero se irrita con la mentirosa institución porque no desaparece con sus malas artes esos 15.6 millones de mexicanos que tampoco tuvieron medicinas o acceso a hospitales o vieron retrasadas eternamente sus citas o tuvieron que llevarse a sus enfermos a morir en casa porque no se los recibieron en los incapaces hospitales que administra la 4T. El dictador truena contra la fábrica de mentiras porque “no toma en cuenta todo lo relacionado con el bienestar”, es decir, el Presidente, a su vez, quiere hacernos creer que todos sus programas electoreros de entregas de dinero en efectivo ya acabaron con la pobreza y que “ya vamos en recuperación”, que, por tanto, el Coneval ¡miente porque no miente más! ¡miente porque no le alcanzó el maquillaje para disfrazar estos tres años de ineptitud cuatroteista!
Así las cosas, ¿por cuáles mentiras se decidirá la clase gobernante sonorense? ¡Vaya lío en que se halla metida!
En cuanto a usted, amigo lector, supongo que a estas alturas le quedó claro que, para transformar, debe exigir la verdad científica, la estadística real; así, pues, considero que para ello al menos debe usted conocer la propuesta precisamente de Julio Boltvinik, que es de 96.9 millones de mexicanos verdaderamente pobres; es decir, más de 3 de cada 4 compatriotas vivían realmente en pobreza hasta el año 2020, sin contar las desgracias que hemos sumado en este 2021. Lo invito a que conozca dicha propuesta en el programa televisivo #Periscopio, de Canal 6: aquí le dejo el enlace: https://fb.watch/
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