La lucha por transformar la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) en Universidad Autónoma Chapingo (UACH) y la lucha en Tecomatlán, Puebla, contra el cacicazgo feroz que dominaba, fueron, juntos, el crisol del que surgió el Movimiento Antorchista Nacional. En la ENA, un grupo de alumnos y profesores visionarios, con una trayectoria de lucha y prestigiosos académica y políticamente entre la comunidad estudiantil y magisterial, en 1973 encabezaron la lucha por el establecimiento de un nuevo proyecto de Universidad, denominado Proyecto UACH, en el que sostenían, luego de un análisis científico de la realidad internacional y nacional y de la propia ENA, que la educación en este centro educativo debería ser democrática, crítica, popular y verdaderamente autónoma. El desenlace de esta lucha fue la transformación de la ENA en UACH. La Cámara de Diputados aprobó el proyecto y se publicó la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma Chapingo en el Diario Oficial de la Federación el 31 de diciembre de 1974. Más tarde, cuando se trató de poner en práctica el carácter democrático de la institución, promoviendo la elección de sus autoridades con la participación de toda la comunidad escolar, los grupos reaccionarios y oportunistas, aliándose con el propio Estado mexicano, desataron una campaña en contra del grupo que encabezaba la lucha y, a pesar de que este ganó un plebiscito -como se señala en el portal del Movimiento Antorchista- en el que se votó a favor de su permanencia en la universidad, finalmente fue expulsado por medio de la violencia y con la ayuda del Ejército mexicano. Pero la semilla ya había sido sembrada, y se había logrado, a pesar de todo, la conversión de la ENA en UACH; además, los expulsados de Chapingo, se diseminaron en varias partes del país para fundar grupos organizados, pero ahora ya no solo con un proyecto de Universidad sino con un proyecto de nación.
En 1974, una treintena de ciudadanos, compuesta por campesinos, amas de casa, maestros e ingenieros agrónomos, egresados de la ENA y de la UACH, deciden fundar en Tecomatlán el primer grupo organizado para luchar por mejorar las condiciones de vida de los tecomatecos, contra el cacicazgo y el olvido de las autoridades. Este grupo inició la lucha de los pobres por el poder político en el municipio; gracias a su tenacidad, a su trabajo, a su honradez, a su compromiso con su pueblo, logró llegar al poder democráticamente, en 1977; y hasta la fecha, es el pueblo organizado quien detenta el poder, porque hizo que Tecomatlán dejara de ser un municipio marginado, rezagado, injusto y triste para los pobres para convertirse en un lugar de progreso, desarrollo, prosperidad, justicia y alegría para todos sus habitantes.
Pues bien, el guía principal de sendos acontecimientos históricos, es el ingeniero Aquiles Córdova Morán, egresado de la ENA, profesor de la UACH, creador principal del Proyecto UACH, dirigente indiscutible de los estudiantes y maestros de Chapingo en su lucha por transformar su escuela en Universidad y el más atacado por las fuerzas reaccionarias y oportunistas de esa misma escuela y por el Estado: el ingeniero Aquiles figuró dentro de los expulsados de Chapingo. Es, además, el forjador del nuevo Tecomatlán tanto en el aspecto material como en la formación de la conciencia colectiva de la mayoría de sus habitantes que hoy tienen ya una conciencia de clase como para defender su pueblo a costa de lo que sea y como para defender el proyecto de nación que enarbola Antorcha Campesina.
El ingeniero Aquiles Córdova, desde hace más de 47 años, ha venido forjando el antorchismo nacional, con la activa participación de la dirección nacional de la organización, de sus activistas, de sus plenos y grupos. La creación del Movimiento Antorchista es fruto del trabajo y de la lucha colectiva, de la participación de grandes contingentes de pueblo humilde y trabajador. Hoy, a pesar de la represión de que hemos sido víctimas los antorchistas por el gobierno de la 4T y a pesar de la pandemia, dados estos sólidos cimientos de los que partió nuestra organización, somos de las pocas organizaciones de masas que se mantiene en pie de lucha; porque, además, cuenta con un proyecto de nación que se implementará en el país, a partir del día en que tome el poder por la vía democrática el pueblo trabajador organizado y con conciencia política de clase. Proyecto de nación para cambiar el modelo económico neoliberal y sustituirlo por un proyecto que con la fuerza del Estado y del pueblo organizado, sea capaz de implementar una política fiscal progresiva, en la que paguen más impuestos los ricos que los pobres, con la finalidad de hacer crecer las arcas de la nación para fomentar la creación de empresas generadoras de empleo, además de las empresas que deba crear la iniciativa privada; que sea capaz, también, de exigir de todas las empresas el pago de salarios justos y realmente remuneradores para todos los trabajadores y que sea capaz, finalmente, de distribuir el gasto social en beneficio del desarrollo y progreso de los pueblos, comunidades y colonias hoy marginados. Por eso Antorcha vive y vivirá el tiempo que sea necesario hasta erradicar la pobreza en México.
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