El pasado 14 de agosto un vehículo de transporte colectivo de la ruta Las Minas-Tlacoachistlahuaca, fue acribillado por hombres fuertemente armados, falleciendo en el lugar un adulto y resultando lesionados una mujer y su hija de 7 años de edad, que más tarde perdió la vida al llegar al hospital de Ometepec, y tres personas más lastimadas de este hecho.
Raquel Luis Ramírez que, acompañada de su hija, viajaba de Tlacoachistlahuaca hacia su pueblo Las Minas, después de haber acudido a vacunarse y realizado sus compras para la alimentación y artículos para el hogar, además de que era la primera vez que salía con su hija; es decir, estaban contentas, fueron víctimas de la violencia que vive el estado de Guerrero y el país entero.
Este evento ha conmocionado a los pobladores de la región Costa Chica, porque todos los lesionados y la niña que perdió la vida no tenían nada que ver en esta brutal agresión, con el objetivo de ajusticiar a un hombre.
Sucesos como estos vienen a romper toda la normalidad que existe en el hogar, con la familia, en la comunidad y en toda una amplia región; no es fácil aceptar que de un rato a un instante ya no esté con nosotros un ser querido, además de quién se trata y cómo fue que murió, deja muchos miedos entre los habitantes que ahora ya no quieren sacar a sus pequeños por el temor a que sufran otra agresión como la antes referida.
¿Pero los daños ocasionados, quién los asume, los delincuentes, el gobierno, las víctimas? Lamentablemente como en la mayoría de estos hechos quien paga todo son los deudos, si solo los hirieron deben comprar las medicinas y/o pagar los tratamientos médicos que se requieran en el mejor escenario, si hay difunto de por medio, lidiar con la cuestión legal en estos casos, que es tortuosa y en más de una ocasión se aprovechan del dolor de los familiares para sacarles recursos económicos, enseguida, ver lo de los gastos funerarios, caja, carroza, etc… en la región se deben seguir las tradiciones del lugar, lo que representa gasto económico grande y que no está preparado nadie para un acontecimiento de esta naturaleza, es cierto que el pueblo es muy solidario con sus hermanos en desgracia y le brindan lo que tienen y hasta lo que no con tal de apoyar al que sufre de una desgracia. Así son los pobres solidarios con sus pares.
Las cosas no debieran ser así, debieran pagar los responsables de estos delitos y en última instancia el gobierno con recursos que las autoridades cuenta, existía un programa de apoyo a las víctimas de violencia, que por cierto gracias a AMLO, desapareció, apoyar con asesoría legal, con ayuda psicológica adecuada, pero esto no sucede, ni se ve funcione la estrategia de combate a la delincuencia “abrazos no balazos”.
Cierto es que la violencia que hay en nuestro territorio no es de ahora, pero también cierto es que nos prometieron que mejoraría la seguridad de los mexicanos, el problema está en que la delincuencia no se debe combatir únicamente con más armas o leyes más rigurosas, esto debe ir acompañado de un plan integral, donde la riqueza que genera el trabajador se distribuya mejor, pero no dándole dinero en programas asistencialistas, nada de eso, necesitamos que se haga realidad la educación gratuita y obligatoria para todos los que la requieran donde el gobierno se ocupe de todo y los padres se responsabilicen de llevar a sus hijos a los centros escolares y ser apoyo para sus maestros; en salud que todos tengan garantizado que los atiendan en las instituciones públicas, desde un simple dolor de cabeza hasta una operación a corazón abierto; deporte debe darse como una política de estado, de lo contrario los resultados seguirán siendo mediocres; cultura, apoyo total a todas las manifestaciones culturales, iniciativas y proyectos. A lo largo y ancho del país, servicios públicos para todos que todos los mexicanos tengan agua entubada, drenaje, energía eléctrica, vivienda digna y que cuenten con un salario que le alcance para cubrir sus necesidades adecuadas, nada más.
Pero para lograr eso se necesita que los mexicanos dejemos de ser indiferentes en la política en las decisiones de gobierno, involucrarnos en las soluciones a los grandes males con una fuerza organizada de millones de mexicanos para lograrlo. Alguien dirá que esto es un sueño, pero todo sueño se hace realidad trabajando para ello, así dejaremos de ver crímenes horribles como el comentado aquí.
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