Kanasín, Yucatán. Desde las ocho de la mañana comienzan a llegar las vecinas, para preparar la comida; de las diez que forman parte del comité municipal de Antorcha en Kanasín solo llegan cinco, a la otra mitad le toca venir el jueves, según el rol, para ayudar a preparar el guiso del día: relleno negro.
Llegan a la casa de Doña Eva Bautista Baro, es la líder antorchista en el municipio.La casa es bien conocida, pues Doña Eva repartía tortilla en todas las colonias aledañas.Desde temprano se ha levantado para recibir la leña que ha enviado Don Rudy desde la colonia pedregales de San Camilo, y la mando con Don Miguel, de la Nicte-Ha, que lleva coche, y se ha ofrecido para ayudar, con el transporte de la leña y algunos donativos de alimentos.
Desde que llegan comienzan con las labores, pues desde el anterior se han repartido las tareas.Mientras esta prendida la candela, Doña Diana Marisol Canche, comienza a asar el tomate, la cebolla, el chile dulce, y "sancocha" los huevos; Doña Martina aprovecha para limpiar el pollo y el puerco que les han donado, y ponerlo a hervir.
Cada una de ellas tiene sus tareas, y se dedica a ellas, pues mientras unas revisan el guiso principal, Doña Carmen con ayuda de su cuñada, prepara el arroz blanco.
Cuando Diana Marisol termina de asar, Doña Martina procede a licuar junto con el recado negro, y a condimentar, y con un poco de caldo de pollo y masa, comienza a juntar en una sola olla, el relleno negro con carne de puerco y pollo.
Mientras terminan de cocerse el guiso principal, el arroz blanco ha terminado de hacerse, en cuanto se enfrié un poco comenzarán a guardarlo en bolsas de plástico, y lo apilan sobre la mesa.
Ya ha terminado de realizarse el relleno, y son casi las 12 horas, por lo que comienza a llegar la gente, con su cubrebocas y su sabucan (morral), donde llevan sus respectivos toppers para recibir el guiso.
Tomando la sana distancia, comienza a formarse la cola, han llegado de las colonias aledañas, en sus triciclos, sus bicicletas, a pie con sombrilla, porque esta fuerte el sol, pero es más fuerte el hambre.
La ración se reparte de acuerdo al número de integrantes de la familia, y las vecinas del comité sirven en los toppers y entregan las bolsas con arroz, se detienen a conversar un poco para saber cómo han estado, pero no mucho tiempo, porque hay gente esperando.
"Nos ayuda este apoyo, el que están haciendo aquí con Doña Eva, porque los apoyos gubernamentales han sido insuficientes y ahorita el dinero no alcanza para todos los gastos", menciona María Eugenia, colona de San Camilo II.
Sigue llegando la gente, aún son las 12:30, pero en las casas los niños ya piden comida.
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