Las filas para entrar en el teatro auditorio Alcomixtli Nezahualcóyotl, ubicado en la Plaza de la Identidad, en Chimalhuacán parecen no terminar.Cientos de niños, jóvenes y adultos esperan con ansia para concursar en la edición XV del Torneo Nacional de Ajedrez "Ing.Alfonso Ferriz Carrasquedo" organizado por el Movimiento Antorchista.
Poco a poco los participantes ocupan sus lugares.Cada tablero cuenta con un número.Una vez acomodados en sus asientos se realiza el anuncio oficial.Dan inicio las rondas para ganar puntos.Cada movimiento es clave, cualquier error puede ser decisivo.
Por momentos, como síntoma de la concentración, el silencio se apodera del recinto.Apenas se perciben pequeños murmullos.Miradas clavadas al tablero, muecas de frustración y desesperación, puños cerrados como expresión de victoria; todas las emociones en cada partida.
Mientras los duelos se llevan a cabo, jueces avalados por la Federación Mexicana de Ajedrez vigilan que todo marche con orden.Y es que este Torneo Nacional de Ajedrez organizado por Antorcha ha ganado en calidad y popularidad, y no sólo cuenta con presencia nacional.Para esta edición, 29 competidores de distintos países, desde Argentina hasta España, se registraron para poner a prueba sus habilidades.
La música clásica sirve de fondo.Cada duelo tiene sus peculiaridades.Hay quienes son agresivos y mueven sus piezas rápido; hay quienes analizan cada tiro se toman su tiempo; algunos más anotan cada jugada realizada, llevan todo al detalle.Sin embargo el reloj no deja de ejercer presión: 50 minutos para cada oponente.
El escenario luce imponente.Un teatro auditorio de primera donde el arte, y en esta ocasión el deporte sumado a la ciencia, son los protagonistas.Basta un vistazo para darse cuenta: esculturas labradas en piedra oficio tradicional de Chimalhuacán- resguardan a los concursantes.
En total, más de mil participantes acudieron a la cita.Una vez más se da muestra de lo que puede lograr la organización del pueblo en la tarea de promover actividades para el desarrollo intelectual, para la sensibilización del hombre nuevo.
Un torneo que más allá de promover la competitividad promueve la convivencia, la camaradería, el aprendizaje, la retroalimentación y que fomenta un deporte donde el músculo que más se ejercita es el cerebro.
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