La fecha del magno evento de la Espartaqueada llegó; nuestras ansias de salir de Querétaro con dirección a Tecomatlán era desesperante, pues ya eran las 10 de la noche del viernes 29 de enero y nos informaban que el camión nos esperaba para abordar hasta San Juan del Río. Comenzaron las culpas de la descoordinación de los responsables, ya que nos esperaban 8 horas de viaje. José Luis y Vicente reporteros de Sin Permiso, encontraron buen lugar para echarse un pestañazo en lo que resolvían los encargados el problema del transporte. Al fin mandaron un camión de transporte de personal que nos trasladaría a San Juan del Río, donde transbordaríamos el autobús que nos llevaría hasta "La Atenas de la Mixteca". El chofer, sin pronunciar palabra, con los ojos fijos conducía el camión deseando llegar a donde se encontraba su relevo. Y al fin llegamos, y al fin abordamos el camión que nos llevó hasta La Cuna del Movimiento Antorchista Nacional. Susana y Nayeli, organizados de Calamanda, El Marqués, iban comentando durante el viaje si sería cierto lo que Abraham el activista les platicó del espectacular evento de inauguraron, y si sería cierto también lo que con orgullo decía este sobre el pueblo, de ser tan avanzado y modelo de nación que pregona el antorchismo, por el enorme desarrollo que había conseguido gracias a la lucha social consciente. "¡Sin hacer ni una parada!", exclamó Ana Bertha Valle, activista de San Juan; por lo que el chofer comenzó a conducir el camión, y yo por "suerte", tuve que ir como copiloto para guiar al chofer en esas zonas que no conocía. Dentro del autobús todo quedó en silencio, pues ya marcaba el reloj a las 12:40 de la mañana del día esperado.
Al amanecer, ya como eso de las 8 de la mañana, aún en camino, pero ya casi por arribar, adelante de nosotros se enfilaban varios camiones más que se dirigían al mismo lugar. Conforme nos acercábamos a Tecomatlán en mí crecía una emoción por pisar ya el suelo antorchista, a pesar del cansancio y el desvelo. A las 8:30 de la mañana por fin se nos presentó ante nuestros ojos el magnífico arco de bienvenida de Tecomatlán; todos mis compañeros querían ver ese monumento artístico. Toda la carretera que cruzaba el pueblo tecomateco estaba inundada de camiones y gente. Era la fiesta antorchista. Yo, que conozco Tecomatlán me puse a explicar a los de Calamanda y demás señores que viajaron con nosotros todos los logros que ha conseguido Tecomatlán con la lucha social. Al cruzar el arco de bienvenida, luego luego estaba la máxima casa de estudios: el Instituto Tecnológico de Tecomatlán, mi alma mater. En frente, se encontraba el CBTa 110, y más adelante cruzábamos la Escuela Normal Superior "Mixteca Baja", frente a ella se está levantando un edificio de cuando menos 15 pisos, que será una casa de cultura. Ahora ya cruzamos la escuela Secundaria Técnica número 16. Y así llegamos al lugar donde bajamos del camión, donde a lo lejos, en la punta de un cerro, se divisaba el hospital, que tiene la fama de dar un buen servicio a todos los pacientes, incluso de pueblos cercanos de otros estados. La gente que inundaba las calles, sin conocerte te sonríe. Frente a nosotros se nos presentaba la monumental unidad deportiva "Wenceslao Victoria Soto", orgullo de los tecomatecos y del antorchismo nacional, donde han desfilado miles de deportistas a lo largo de la historia de las espartaqueadas. Esta vez recibirá a más de 17 mil atletas. También junto a él se alza la monumental Plaza de Toros "La Antorcha".
Después del desayuno, acompañé a José Luis y Vicente a dar un recorrido en las calles de Tecomatlán, para tomar fotos de las obras impactantes que han logrado los tecomatecos. Por ejemplo, La Plaza de Los fundadores, las canchas deportivas de primer mundo, el auditorio Clara Córdova Morán, la alameda central, los jardines verdes que le dan una imagen bella a la comunidad, el nuevo edificio administrativo de la presidencia municipal, sus calles limpias y bien adoquinadas, etcétera. Después de haber saludado a varios conocidos, José Luis pronunció, aquí es un punto de encuentro ¿verdad?, porque veo que te conocen y tú a ellos; ¡Tecomatlán es mi segundo pueblo! exclamé. A las 11 de la mañana dio inicio el desfile de los contingentes de las 32 entidades federativas. El desfile se realizó sobre la carretera Palomas-Tlapa, partiendo desde el arco de bienvenida; unos con tambores, otros con bandas musicalizadas, otras como comparsas, y otros contingentes con banderas coloridas se dirigieron hacia el lugar de la inauguración. Veracruz, a su estilo de siempre, el contingente lo presidía la batucada, que cuando llegaron a la plaza de toros "La Antorcha", donde se desarrolló el programa político cultural, y donde ya no cabía ni un alma, el ambiente se prendió mucho más todavía, por el ritmo que traían las jarochas bailando al ritmo de samba.
Después de una serie de oradores que hicieron uso de la palabra, tocó el turno del líder nacional del antorchismo, Aquiles Córdova Morán, quien explicó que todo evento que organiza Antorcha, persigue propósitos políticos. "Y el carácter político de las espartaqueadas, consistía en mirar al deporte como una herramienta educativa". "El deporte que Antorcha promueve, es uno que trata de lograr una transformación integral del hombre". "Y una transformación a su vez, en su pensamiento para resolver problemas difíciles cotidianos". "Pero además, sensible y solidario con los demás". "El hacer deporte te da seguridad en la toma de decisiones, con estrategias bien planificadas para asegurar la victoria". "Y estas habilidades trasladadas a la vida cotidiana, ayudan resolver los problemas sociales de la actualidad". La gente enmudeció, porque estaban disfrutando el mensaje político de su líder histórico. Aquiles Córdova criticó la promoción del deporte actual del sistema, que se ha preocupado sólo en formar estrellitas de televisión y para lucrar.
Además de una serie de datos y lecciones de economía política y de historia, en torno a la situación actual del país e internacional que hoy nos sacuden, hizo hincapié en hacer que el pueblo entienda la realidad. Que analice las mentiras que nos transmiten a través de los medios de información; algunas burdas, pero que el pueblo las cree, porque está desarmado intelectualmente. Tiene que descubrir detrás de la mentira, la verdad. Hoy por hoy, más que nunca, la liberación del pueblo ya no se tiene que lograr con las armas. Tiene que ser una lucha intelectual, y la va a ganar el que esté mejor pertrechado intelectualmente. Al pueblo ya no le conviene aventuras fallidas que siempre termina pagando el propio pueblo. Para antorcha hoy es despertar a la gente. Dotarla de verdadera capacidad de análisis. Que vea con claridad. Y finalmente culminó su discurso citando a Marx, "la liberación del pueblo tiene que ser el pueblo mismo", nadie más lo va a liberar, agregó. Con gran ovación y consignas dirigidas al maestro Aquiles Córdova Morán, dejó el micrófono nuestro líder histórico.
Pero siguieron las emociones, continuó ahora el evento cultural; tocó el turno del selectivo de gimnastas del municipio de Chimalhuacán, quienes presentaron gimnasia general y artística. A este punto y con mi emoción, casi rompía en llanto, pues me estaba dando cuenta del enorme salto cualitativo que habíamos alcanzado en materia deportiva, y el público en general, políticos, atletas, campesinos humildes presentes en el magno evento, pudo apreciar el espectáculo. Las ejecuciones de los gimnastas, generales y artísticas, fueron acompañadas con la música de la orquesta sinfónica de Chimalhuacán y las voces de jóvenes cantantes que ha formado el antorchismo en el Estado de México.
Todo fue júbilo, emociones, que hasta el pequeño error que fue visto por todos, fue aplaudido por el público, en agradecimiento al espectáculo entregado. Y así, llegó la hora de encender la antorcha olímpica, llegó la hora del juramento deportivo, el mensaje inaugural del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, y finalmente en una sola voz que retumbó en la monumental Plaza de Toros "La Antorcha", se entonó el himno del Movimiento Antorchista. Para esta hora, el reloj marcaba las 3:30 de la tarde. El calor estaba en su punto, marcaba 32 grados centígrados. Llegó la hora de la comida, había que satisfacer el estómago.
Ahora teníamos que asegurar el hospedaje de los beisbolistas queretanos que competirán el día siguiente, pero las habitaciones en Tecomatlán estaban llenos, por lo que tuvimos que buscar, Vicente, José Luis, junto con lupita, activista de Querétaro, un hotel en Piaxtla, pueblo vecino a teco. Pero la sed seguía, tuvimos que tomar unas aguas frescas que vendían en el mercado de Piaxtla. A las 7 de la noche pasaron nuestros compañeros por nosotros donde los esperábamos para regresar a Querétaro. ¿Qué te pareció Tecomatlán y la inauguración, Susana? Le pregunté; muy bien, con cara de satisfacción respondió, en sentido de aprobación de lo que Abraham le había platicado sobre la misma. Nuestro regreso fue satisfactorio, motivados de haber presenciado el gran evento de inauguración de la XVIII Espartaqueada Deportiva Nacional. ¡Señores!, ¡este es Tecomatlán!, ¡esto es Antorcha!. Que gane el mejor.
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