De acuerdo con el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, presentado por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en diciembre pasado, los apoyos sociales entregados durante los dos primeros años del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador se triplicaron entre la población más rica del país y disminuyeron entre las personas con menos ingresos.
En un análisis realizado por los integrantes del Coneval, de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, se muestra que la mayoría de los programas sociales implementados por el Gobierno federal se tratan de transferencias monetarias directas y que dichos apoyos se incrementaron entre la población con mayor ingreso en México con el alegato de que son universales, a diferencia de administraciones anteriores que los direccionaban hacia los sectores de la población más pobre.
La primera aproximación para conocer el papel de los programas federales de desarrollo social en el ingreso de las personas se hace a partir de la construcción del Ingreso Corriente Total Per Cápita (ICTPC) mensual, hay que conocer su composición.
De acuerdo con el Coneval, conforme a los ingresos que las personas reportaron recibir como transferencias monetarias en 2018 y 2020, la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares arrojó que en el 2018 el ingreso por programas federales de desarrollo social representó 65.0% del ingreso corriente total per cápita entre los más pobres, mientras que en el 2020 disminuyó a 52.7%, es decir, tuvo una baja de 12.3%.
Al mismo tiempo, este mismo ingreso entre las clases más ricas que dijeron recibir uno o varios programas sociales del gobierno, se incrementó de 0.7% a 3.2% del ingreso corriente total per cápita, lo que significa un aumento de tres puntos porcentuales.
A pesar de la disminución proporcional de los ingresos provenientes de programas federales de desarrollo social en los sectores más pobres, tales apoyos federales siguen teniendo un peso importante en su ingreso corriente total; en 2018, el ingreso por programas federales de desarrollo social representaba el 18.7% del ingreso corriente total per cápita mensual entre los más pobres y en el 2020 esta misma proporción reportó una disminución al situarse en 12.5%. Mientras que, entre los ricos, estos ingresos provenientes de los programas federales de desarrollo social representaban en el 2018 apenas un 0.1% pasaron en el 2020 a 0.6% de su ingreso total per cápita.
El porcentaje de personas que dijeron recibir algún programa social se redujo de 20.9%, en 2018, a 13.3% para 2020. Se aprecia, pues, un cambio en la distribución de los recursos para la población, ya que en el 2020 se hace evidente que las personas de menores ingresos reciben menos apoyos de los programas federales de desarrollo social analizados en el informe de Coneval, saliendo beneficiados los sectores más ricos.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social también dio a conocer que entre 2018 y 2020, en México, el porcentaje de personas en situación de pobreza pasó de 41.9 a 43.9%, lo que implica que en esos dos años otros 3.8 millones de personas se ubicaran en situación de pobreza: en el 2018 51.9 millones de mexicanos vivían en pobreza y para 2020 la cifra subió a 55,7 millones de personas. Mientras que la población en situación de pobreza extrema fue la que más creció al pasar de 7% a 8.5%, en números absolutos de 8.7 millones de personas a 10.8 millones de personas.
Una situación verdaderamente crítica y desesperante viven la mitad de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes en situación de pobreza. La falta de seguridad social (58%), de servicio de salud (27.5%) y de acceso a la alimentación nutritiva y de calidad son las carencias más reportadas en esta población.
Con este informe del Coneval vuelve a ponerse de manifiesto que las políticas instrumentadas por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador son incorrectas. Que la causa de todos estos males es el modelo económico capitalista que rige en México, en el cual, unos cuantos voraces se han adueñado de los medios de producción y de las fuentes de riqueza del país para enriquecerse, dejando a la mayoría de la población en la más cruel pobreza.
Que ningún mesías vendrá a resolver las necesidades de las clases trabajadoras como si tuviera una varita mágica, que la única salida a los problemas generados por la pobreza está en organizarse de manera consciente, para dar la lucha paciente hasta establecer en México un nuevo modelo económico que permita una mejor distribución de la riqueza que producimos entre todos. Los grandes cambios sociales los hacen las masas trabajadoras, así lo ha demostrado la historia.
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