Chetumal, Quintana Roo. - La inflación, consecuencia de la grave crisis que atraviesa el país, está provocando que un gran porcentaje de la población, especialmente los pobres, ya no les alcance ni para la canasta básica, lo que se padece con mayor severidad en el medio rural, en los poblados, donde ya ni gallinas, ni huevos quedan para comer, estimó Daniel Osorio García, dirigente del Movimiento Antorchista de Quintana Roo.
“Hay un exasperante incremento de la pobreza, la desigualdad y la violencia, contrario a lo que el Gobierno federal que encabeza López Obrador, había prometido, fracasó en su intención de que primero los pobres, porque son ellos quienes padecen con mayor severidad el fracaso de su política de bienestar social”, aseguró.
Y no es exageración –aclaró—, porque con datos del propio Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), destaca que desde que López Obrador tomó el poder hace cinco años, la pobreza aumentó de 51.9 a 55.7 millones de mexicanos y la pobreza extrema de 8.7 a 10.8 millones, y poco se hizo en política de atención social para atender o frenar esa tendencia, que hoy es mucho más grave.
Es una triste realidad –dijo--, que, con el actual gobierno federal, en el que muchos cifraron esperanzas de cambio y progreso, México sea un país con aumento en la pobreza y la pobreza extrema, sin atención médica para los más desprotegidos y con el hambre desplazándose de las zonas rurales a las zonas urbanas.
El Coneval no miente –enfatizó--, es el órgano oficial del propio gobierno para medir la pobreza y ante esos resultados los gobernantes callan. Y en lugar de emprender acciones reales para garantizar que obras sociales lleguen a esos lugares donde la pobreza aniquila, han optado por regalar, a raudales, dinero que sí es cierto, palia momentáneamente las necesidades básicas de las personas, pero que no la ayudan a salir del estatus de pobreza en que están.
No podemos engañarnos –destacó--, no existen políticas públicas para superar la pobreza y la desigualdad, sino programas clientelares de captación del voto de los más pobres, por eso regalan dinero, para asegurar la voluntad de los más necesitados en las urnas.
Convencidos estamos –puntualizó--, que los programas de desarrollo social de López Obrador ni son integrales ni abarcan a toda la población en condiciones de pobreza y pobreza extrema, pero que, además, el gobierno no tuvo la capacidad para enfrentar y resarcir el impacto negativo de la pandemia en salud y educación.
Y eso se traduce en más pobreza, en falta de obras públicas en zonas populares y en aumentar la brecha de la desigualdad social, a la que urgentemente se le tiene que enfrentar, frenar y consecuentemente iniciar acciones para llevar justicia social a los millones que la exigen, concluyó.
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