Estado de México. Ixtapaluca, un municipio del Estado de México, con una población de 542 mil habitantes, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi, 2020), ha venido avanzando de forma acelerada hacia la pobreza.
Y es que, según la Ley General de Desarrollo Social, retomada por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), la pobreza no solo se mide por la capacidad de compra de bienes y servicios por un individuo o una familia. La pobreza se mide de manera multidimensional cuyos indicadores esclarecen la cantidad o la acentuación de la pobreza en determinados territorios nacionales.
Esta medición se realiza por los siguientes indicadores: ingreso corriente per cápita, rezago educativo promedio en el hogar, acceso a los servicios de salud, acceso a la seguridad social, calidad y espacios de la vivienda digna y decorosa, acceso a los servicios básicos en la vivienda digna y decorosa, acceso a la alimentación nutritiva y de calidad, grado de cohesión social y grado de accesibilidad a carretera pavimentada.
Es claro que varios indicadores no son propios del Gobierno municipal, pues mucho de lo que pasa en los municipios, y también en los estados, es debido a las políticas nacionales, a las decisiones que se toman desde el Gobierno federal, desde donde se reforman las leyes, se asignan recursos en el presupuesto anual (PEF), se impulsan planes y programas que deberían tender a abatir la pobreza.
Respecto a esto, por ejemplo, en cuanto al ingreso per cápita nacional, que se relaciona directamente con la capacidad de adquisición de los productos de la canasta básica, el Coneval detectó que, en 2019, el porcentaje de personas a los que no les alcanza para estos satisfactores era del 37 por ciento, mientras que en 2020 aumentó a 41 por ciento de la población.
Desde luego, ese medidor es consecuencia de la política nacional que no ha podido detener los niveles inflacionarios pese al aumento de las tasas de interés. Esto tiene consecuencias concretas: a las familias ya no les alcanza para los productos básicos como huevo, lácteos, pollo, cereales, etcétera.
Por otro lado, el rezago educativo es otro de los aspectos más graves en el país.
También el acceso a la seguridad social es crítico en el país: se ha reducido desde 2018 en el que el porcentaje del presupuesto destinado a rubros de Desarrollo Sostenible era del 69.2; para el 2022 era del 67 por ciento, mientras que ya para el 2023 es del 65.3; es decir, la proporción de recursos usados para que en verdad se beneficie la población disminuye desde que gobierna Morena, a nivel federal.
Los indicadores que tienen que ver concretamente con el Gobierno municipal (sin dejar de lado la responsabilidad del Gobierno federal) es el que respecta al acceso a los servicios básicos, donde hay graves problemas que la población empieza a denunciar de manera cada vez más fuerte.
La denuncia que cobra fuerza es precisamente la más básica: el agua potable, para la que el Gobierno municipal ha hecho oídos sordos.
Vecinos de diferentes colonias han denunciado desabasto. Víctor Ortiz Pérez, habitante de la colonia Manuel Serrano, denunció que desde que inició el gobierno del morenista Felipe Arvizu no ha habido un tandeo sistemático y con suficiente presión.
María Luisa Ávila, vecina de esta misma comunidad, expresó que no solo el tandeo es inconstante y con nula presión, sino que, además, el agua sale sucia directamente de la llave.
“En las administraciones pasadas el agua era constante, y no salía con la suciedad de ahora. Todo inició cuando se conectó la red a las redes del pozo autónomo”, indicó.
Y es que el gobierno de Arvizu decidió inyectar agua de las redes públicas a las autónomas del pueblo de Ayotla, lo que, en voz de los vecinos, ha provocado que haya menos agua, y la que hay está sucia.
El gobierno de Morena ha optado por desviar agua de pozos ya existentes y no ha dado ninguna propuesta de un nuevo pozo en todo el municipio.
Esto contrasta con las tres últimas administraciones, donde se perforaron nueve pozos nuevos y se reperforaron seis que ya existían, dando un total de quince excavaciones que ayudaron a disminuir el problema del agua.
Sin embargo, durante el gobierno actual no solo no se ha perforado ningún pozo, sino que los pozos que antes estaban bien hoy fallan. Esto lo denunciaron vecinos de la zona Melchor Ocampo, quienes han sufrido constantes recortes al suministro.
Este mismo problema lo padecen vecinos de la subdelegación 6 de Junio. “Nos dicen que no hay agua, pero es seguido que reportamos que hay fugas o que dejan tirar el agua de los pozos”, comentó Edith Cortez, vecina de esta comunidad.
En otras palabras: hay agua, pero no hay intención del gobierno municipal.
No solo en las colonias populares hay este problema, también en Pueblos como Coatepec y en unidades habitacionales como Los Héroes, San Buenaventura y Cuatro Vientos tienen el problema de desabasto.
Pero no es solo esto donde la población ha padecido, otros rubros como alumbrado público, seguridad, pavimentaciones han disminuido. Aunque el gasto del presupuesto municipal no ha sido transparentado por las autoridades, solamente se pavimentaron 16 calles durante todo 2022.
Es decir, el acceso a servicios básicos se ha reducido, y la pobreza ha aumentado, y las autoridades locales y federales no parecen tener fecha para iniciar acciones que reduzcan esta aceleración de la pobreza en Ixtapaluca.
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