Desde hace algunos meses el Congreso de Nayarit ha promovido una consulta a los pueblos y comunidades indígenas de Nayarit, con la que busca recibir opiniones, observaciones y propuestas sobre iniciativas o medidas legislativas orientadas a dignificar la vida de este sector de la población.
Esta iniciativa es importante porque busca escuchar cuáles son los problemas que tiene la gente, en concreto, el grupo social de los indígenas Coras y Huicholes que son de los más marginados del estado. Pero sólo es importante a primera vista, porque para que se resuelvan los problemas de la gente, para que verdaderamente se les haga justicia, ese es otro cantar y no es hablar por hablar.
Esto de aparentar ser justicieros no es algo nuevo, ya sabemos que la clase económica y política que tiene el poder en sus manos siempre han tratado a los indígenas con engaños, y hoy, hasta el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador (que ya ha venido dialogado varias veces con los representantes indígenas) ha caído en este fingimiento porque ha escuchado el sentir de las etnias, pero, las condiciones materiales de las comunidades indígenas siguen en la alta marginación, es decir, a pesar de que se les promete mucho, se hace casi nada.
Pero, veamos qué nos dice ahora la actual presidenta del Congreso del Estado de Nayarit Alba Cristal Espinoza Peña respecto al tema aquí mencionado: “Este es un parteaguas a nivel nacional de cómo podemos llevar, con el esfuerzo de todas y todos, por fin, realmente tener la voz legítima y directa de los pueblos originarios para poder darles ese respaldo, ese eco y esa voz que tanto han pedido”.
“Nos va a servir para concienciarnos y vivir lo que en algunos momentos viven para los traslados, para los servicios y para todo lo que conlleva el ser de pueblos originarios, y nosotros en su tierra, en su entorno tendremos que conocerlo”. (nnc.mx, 26 de abril de 2023).
Ya el día 13 de enero en eloccidental.com Alba Cristal Espinoza dijo que “el Congreso, dijo que busca actualizar y recopilar información que sea confiable de las personas que pertenecen a las comunidades indígenas en materia electoral, justicia, derechos humanos, igualdad y género, educación, cultura, ciencia, tecnología, salud, trabajo, desarrollo económico y social, comercio, turismo, asuntos agropecuarios, forestales, mineros, obras, comunicaciones, transportes, seguridad pública, ecología, protección al medio ambiente, asuntos pesqueros, desarrollo acuícola y gobierno”. “En la misma consulta, aclaró que podrán abordarse temas referentes a lo que afecte la vida de los pueblos originarios, sus creencias, instituciones y bienestar espiritual, la tierra que ocupan y sobre su propio desarrollo económico, social y cultural”.
En estas notas periodísticas se trasluce que los que gobiernan en el estado están conscientes de que los indígenas viven en muy malas condiciones materiales, de que tienen problemas para trasladarse porque les faltan buenas carreteras, puentes, vados, escuelas, drenajes, fuentes de trabajo, la inseguridad, transporte, etcétera, pero callan ( porque las políticas erróneas de la 4T que son más neoliberales que las del salinato, porque las ayudas económicas tratan de ocultar, sobre todo en los más pobres) que el Gobierno federal cada día que pasa destina menos dinero para las obras sociales de los pueblos y comunidades marginadas.
En ese contexto, tan difícil y adverso para los pobres ¿le podemos creer a la presidenta del Congreso de Nayarit de que ahora sí las cosas se harán de otra manera, que a partir de ahora nada más será cuestión de legislar y que el legislativo escuchará a los pueblos originarios para que ahora sí se les resuelvan sus problemas? No se les puede creer porque ahora, en primer lugar, los diputados locales morenistas -la mayoría de ellos-, han renegado, han desprestigiado su papel como verdaderos representantes del pueblo, se han convertido en tapaderas del poder estatal y han abandonado su deber de acotar los excesos y todo lo que haga mal el gobernante en turno, son seguidistas a ciegas del poder estatal sin reparar en el daño que se comete contra los pobres, por ejemplo, en la aprobación de leyes o reformas como el caso reciente a la reforma a la creación de los Fraccionamientos Social Progresivos.
En segundo lugar, ahora el Gobierno federal le destina menos dinero a la inversión estatal para obras y servicios, y porque como son pocos los recursos, el poder de decir qué se hace y qué no se hace está muy centralizado, de tal manera que al final sólo el gobernador del estado decide qué obras se realizan.
Ante esta situación de recorte al gasto social y el poder tan centralizado en Nayarit, el Congreso estatal no ha dicho nada, ni lo hará. Esto lo vimos, por ejemplo, en la comunidad de San Francisco, cerca de Jesús María, que planteó a la Secretaría de Infraestructura del gobierno estatal la construcción de un vado para que cuando lloviera no quedaran aislados. Pues bien, la respuesta de la Secretaría fue que era mucho el recurso que se necesitaba invertir ahí, que esta comunidad prácticamente se quería llevar todo el presupuesto de 2023 nada más para ese vado, pero que finalmente se le comunicaría al señor gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero para que él decidiera. Ya pasaron varios meses y no hay respuesta para esta comunidad de indígenas. Y en las diferentes dependencias estatales pasa lo mismo, en todas ellas dicen: “el señor gobernador es el que decidirá" y nada más no se resuelven los problemas de la gente.
Como vemos, la realidad se impone, la clase política gobernante de Nayarit, aunque ahora tenga el ropaje de Morena y juren ser diferentes a los políticos del pasado, sigue siendo insensible, padece de sordera política y prepotencia, por lo que la tan mencionada campaña del Congreso estatal para escuchar la opinión de los más humildes como son los indígenas no pasará de ser una acción más para atrapar a los incautos que todavía se dejan engañar por el poder.
Termino diciendo lo siguiente: para que se les resuelvan los problemas a los pueblos originarios y no sólo se les escuche, se necesita que los pobres se unan como un solo hombre, en una organización social fuerte como Antorcha, de lucha, que tenga fuerza suficiente para colocar en el Congreso local a hombres firmes que defiendan a su gente y que no la traicionen, y que obligue a los poderosos a invertir en las necesidades de la gente, si no se hace esto, la manipulación y la burla hacia los indígenas seguirá presente.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario