Con la cantaleta de poner fin a la corrupción, más de dos mil trabajadores de Salud en Oaxaca fueron despedidos desde hace casi tres meses, sin que a la fecha se vislumbre alguna solución para resolver esta problemática que, además de dejar sin su fuente de ingresos a 2 mil 250 trabajadores de contrato, redujo la capacidad de atención a la población.

Ante la incertidumbre de los despedidos, la dirigente del Sindicato Independiente de Trabajadores de la Salud en Oaxaca ha denunciado la falta de acción de las autoridades federales, pues el presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que apoyaría “primero a los pobres”, pero lejos de eso, en Oaxaca se deja a miles de familias humildes sin salud de calidad porque ahora se les niega cualquier atención médica. 

La problemática y la inacción del gobierno de la 4T siguen provocando protestas a las afueras del Palacio Nacional, además del plantón que mantienen trabajadores del sector Salud, que el próximo 16 de noviembre cumplirá tres meses en la avenida Juárez, frente a la Casa Oficial de Gobierno. Y es precisamente el desinterés por dar respuesta, la razón por la que se mantiene el plantón a pesar de la molestia de un grupo de ciudadanos, mientras otro grupo ha manifestado su apoyo a esta lucha justa.

Tras el inicio de notificaciones de despidos masivos del sector Salud, muchos integrantes del Sindicato Independiente de Trabajadores y Profesionales en Salud (SITyPS), tampoco ha habido respuesta favorable a su solicitud de entablar diálogo con el gobernador Alejandro Murat Hinojosa.

Y desde el pasado 14 de octubre, integrantes del Movimiento Antorchista, en apoyo a la Coordinadora de Sindicatos de Salud de Oaxaca, mantienen un bloqueo en la calle Pino Suárez, en demanda de una mesa de trabajo con representantes del gobierno del estado para exigir, además de la recontratación de más de mil 500 trabajadores de salud que fueron despedidos, el otorgamiento de obras y programas sociales que han venido solicitando.

Ambas protestas se mantienen vigentes a pesar que las autoridades estatales y municipales, han realizado acciones para desalojar protestas en la vía pública; por un lado, en la avenida Juárez del Paseo Juárez a la calle de Constitución, los integrantes del SITyPS aglutinados en la Coordinadora de Sindicatos de Salud de Oaxaca. Por el otro, en la calle Pino Suárez, entre Constitución y Cosijoeza, una “protesta espejo” que mantiene el Movimiento Antorchista.

La realidad está a la vista, pues no sólo fueron despedidos trabajadores administrativos sino personal de “primera fila”, es decir, médicos y enfermeras con el cuento ya conocido del Gobierno federal: No más corrupción, desmantelando de esta manera, a su libre albedrío, los Servicios de Salud de Oaxaca para pasarlos al Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que tendrá su sede en Acapulco, Guerrero.

El duro golpe asestado a los trabajadores del sector Salud, afecta también a la población más vulnerable, que no puede pagar servicios médicos en institutos privados, en detrimento de su salud… el personal injustamente despedido continúa esperando solución al conflicto económico- social y su recontratación. La situación se torna más alarmante ante la inminente cuarta ola de Covid-19 y la evidente bancarrota del sistema de salud, consecuencia de las políticas erróneas del gobierno federales y la pasividad de las autoridades estatales.

Va desde este estado suriano, Guerrero, nuestra solidaridad a los trabajadores injustamente despedidos que han levantado la voz ante este atropello y a los que aún continúan con su trabajo, los invitamos a organizarse porque también están en peligro de ser despedidos en el proceso de traslado al IMSS Bienestar; los despidos masivos han iniciado y miles de familias se verán en la situación que hoy está afectando a miles de familias de Oaxaca.