En el municipio de Tizayuca, Hidalgo, con la gestión del Movimiento Antorchista que en el estado encabeza, atinadamente, Guadalupe Orona Urías, se logró la tercera etapa de la electrificación de la colonia Humberto Gutiérrez Corona, beneficiando a 80 familias humildes que ya tenían seis años sin luz.
También, en esta acción, se consiguió la electrificación de 100 lotes de la colonia Polo Norte, familias que ya tenían ¡15 años!, sin luz. Resaltamos, 15 años sin luz.
Considerando que la bombilla eléctrica o foco, como ahora le decimos, se inventó hace 144 años por Thomas Alva Edison, sustituyendo a la iluminación con gas, más caro, ineficiente y sucio, y que dio el impulso a lo que le han llamado la “segunda revolución industrial” época en la que todo se mueve con electricidad, indicador de pobreza o desarrollo, podemos afirmar que Antorcha es la guía del pueblo humilde hacia el progreso.
Pero también debe ser motivo para reflexionar, ¿por qué, siendo un servicio tan importante, tarda tantos años en llegar a las familias trabajadoras? ¿Por qué se hace necesario organizarse y luchar, codo con codo, junto con otros pobres que padecen las mismas o similares necesidades, para obligar a las autoridades a cumplir con su deber y atender las peticiones de los ciudadanos humildes? La respuesta es clara y contundente: porque tenemos un gobierno de los ricos, para beneficio de los ricos.
Si lo entendemos así, la solución teóricamente, también es clara y contundente, tenemos que organizarnos, sólidamente, para quitar ese gobierno y poner un gobierno de los pobres, que trabaje para que ya no haya pobres y todos vivamos bien de nuestro trabajo creador, que nadie se aproveche del trabajo de otros. O, dicho poéticamente, que ningún hombre se convierta en lobo que se coma a otros hombres.
El fenómeno de la electricidad es conocido desde hace miles de años, los antiguos egipcios conocieron a los peces eléctricos que abundaban en el río Nilo, la electricidad está en la naturaleza, en todos los seres vivos y en los minerales, es una forma de la energía, los antiguos griegos la generaban frotando el ámbar con lana; pero hoy, cuando la humanidad sabe crear electricidad a partir de otras formas de energía, por ejemplo de la energía solar, la eólica que lleva el viento, la hidroeléctrica que va con el agua corriente, ahora, cuando hay muchas formas de generar electricidad y, con ella, progreso a todos los pueblos del mundo, se interpone una retrógrada organización social: la forma capitalista de producir, que sólo persigue la ganancia, que no le importan los daños a la naturaleza ni el sufrimiento de las clases trabajadoras.
Hoy, que a decir de algunos, estamos ya en la tercera revolución industrial, hoy que ya se fabrican carros eléctricos, hay pueblos rurales y colonias urbanas, que aún viven como en la época de las cavernas, hay colonias sin electricidad en Tizayuca como Tlatelco Huitzila o San José primero… y ya estamos entrando en la era de la “inteligencia artificial” y, con esta, en la cuarta revolución industrial.
El problema es que de todas estas “revoluciones industriales” sólo se benefician los dueños de los medios de producción, los ricos del mundo, mientras que los trabajadores, los que con su trabajo producen toda la riqueza social, padecen mil necesidades y penurias, viven una vida más amarga que la muerte misma. Por eso la exhortación de Antorcha para organizarse y luchar por una patria más justa, honrada y generosa con los pobres, estará presente hasta que se cumpla el objetivo y se alcance la justicia social.
Finalmente, manifiesto mi solidaridad con los antorchistas guerrerenses, que sufrieron la pérdida de dos de sus activos más valiosos, de los compañeros Conrado y Mercedes, vilmente asesinados junto con su pequeño hijo, por las fuerzas retrógradas del sistema, enemigo de los pobres, que prevalece en todo el país y particularmente en el estado de Guerrero.
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