“Antorcha Campesina no trabaja desde un escritorio, desde una oficina, sus activistas platican con los campesinos y el resto de los habitantes de las comunidades; los reúnen, les explican los propósitos de la organización, tratan de recoger sus problemas y tratan de organizarlos y hacerlos participar en las gestiones, en las luchas en general, encaminadas hacia el beneficio de sus comunidades. Viven con ellos; es decir, la gente con la que trabajan no conoce a la organización por su propaganda o sus membretes, no tiene la idea de que Antorcha es algo abstracto, superior y alejado de ellos, sino que conocen a los antorchistas de carne y hueso”.
Los activistas del Movimiento Antorchista son gente que, cuando menos en los cuadros principales, está dedicada de tiempo completo a su trabajo de organización, educación y gestoría de los problemas de los estratos marginados de la sociedad. Esto da a nuestra organización una gran ventaja, pues nos permite estudiar, con todo detalle, a los pueblos y penetrar hasta lo más profundo de la vida de la gente trabajadora, conocer los problemas reales y, sobre todo, identificarnos con ellos, ganarnos su confianza. Y hacen caso a los llamados a organizarse con nuestro movimiento.
El método de trabajo y desarrollo que los antorchistas fue aplicado, en sus inicios, en el municipio poblano de Tecomatlán, es el mismo que se aplica en todos los centros donde actualmente trabajan: se gestionan mejoras para las comunidades y colonias en la educación, la salud, el abasto, la vivienda, las fuentes de empleo. Cuando hay problemas agrarios también los atendemos, pero de manera prioritaria, nos hemos dedicado al desarrollo de las comunidades.
Esta visión explica por qué Tecomatlán es hoy uno de los pueblos más desarrollados de la mixteca baja poblana. En el terreno educativo, por ejemplo, cuenta con escuelas que van de la primaria a la licenciatura y es prácticamente un polo de desarrollo en la zona de la sierra mixteca.
Los activistas del Movimiento Antorchista se sostienen del respaldo económico que les da el resto de sus compañeros que tiene trabajo normal y que, con sus cuotas, permite que los activistas de tiempo completo puedan dedicar todo su esfuerzo a este trabajo, además de la realización de la colecta pública y de la administración de negocios propios que la organización ha venido creando durante ya 48 años de existencia. Antorcha no recibe dinero de ningún gobierno ni dependencia pública, como se ha querido hacer creer a la opinión pública, hasta la fecha y tras cuatro años de acusaciones y afirmaciones falsas provenientes del mismísimo titular de Poder Ejecutivo, no hay una sola acusación sustentada conforme a derecho y mucho menos pruebas que confirmen lo dicho por el presidente Andrés Manuel López Obrador, secundada por algunas dependencias, es decir, todo lo que se ha dicho sobre el movimiento antorchista desde la tribuna oficial, han sido mentiras para ganar adeptos y engañar incautos. Después de 4 años de administración, es claro que es el método favorito patentado de la 4T.
Desde su fundación, hace 48 años, Antorcha Campesina ha tratado de ser consecuente con los planteamientos que le dieron origen y ha obtenido éxitos sobre todo en relación con los intereses inmediatos de los grupos sociales más desprotegidos. En colonias populares, en pueblos campesinos y en comunidades indígenas entre otras, ha tenido progresos importantes y palpables en los terrenos educativos, de salud, de comunicación, de servicios básicos, etc. También ha luchado por más fuentes de empleo e, incluso, creando fuentes de trabajo, y resuelto importantes problemas agrarios para beneficio de muchos trabajadores. Los resultados son alentadores, pues han redundado en el enraizamiento y consolidación de la organización entre las capas marginadas del país, lo que ha traído como consecuencia un crecimiento importante y sostenido durante todos estos años, de tal manera que, al día de hoy, presumimos de ser la organización de masas con presencia real y efectiva perfectamente comprobable en las 32 entidades federativas que conforman nuestro país: México.
Ante la situación cada día más difícil que enfrentamos, se reafirma que la labor emprendida en el inicio de nuestra organización era el correcto y que, ante estas nuevas circunstancias, se hace mucho más necesario politizar al pueblo trabajador para que conozca sus derechos y a organizarlo para que los exija y los defienda de forma efectiva.
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