Es bien sabido que durante la pandemia por covid-19 en México, la educación quedó rezagada, teniendo nulo apoyo por parte del actual Gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador, y donde varios jóvenes de más de 15 años, no pudieron continuar con sus estudios.
En este sentido, cobra un papel fundamental las casas del estudiante emanadas con el Movimiento Antorchista, pues éstas cobraron un papel importante en el desarrollo y continuidad de los estudios de jóvenes de escasos recursos.
Al ser de escasos recursos, no pudieron acceder a una educación a distancia o quien accedía, en muchos de los casos, las familias no comían.
En este contexto, las casas fueron un parteaguas que impulsó a los jóvenes a seguirse preparando profesionalmente, pues en los mismos albergues se les apoyo con internet o en su caso, con algún equipo técnico.
De no ser así, miles de jóvenes de todo México, se sumarían a las filas del rezago educativo, así como en Yucatán. Pues datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), revelan que en el 2020, el grado promedio de escolaridad de la población yucateca de 15 años y más de edad es de 9.6, lo que equivale a casi primer año de bachillerato.
A nivel nacional, la población de 15 años y más tiene 9.7 grados de escolaridad en promedio, lo que significa un poco más de la secundaria concluida. De cada 100 personas de 15 años y más; cinco no tienen ningún grado de escolaridad, 50 tienen la educación básica terminada, 23 finalizaron la educación media superior y 22 concluyeron la educación superior, datos del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi.
En Yucatán, seis de cada 100 personas de 15 años y más, no saben leer ni escribir. El mayor porcentaje de población analfabeta en Yucatán se encuentra entre las personas de 75 años y más con 25.1 por ciento.
En 2020, en Yucatán el 96 por ciento de las niñas y niños de 6 a 14 años de edad asisten a la escuela, a nivel nacional la asistencia es de 94 por ciento, mientras que un 48 por ciento de entre 15 y 24 años asistió. Todos ellos por alguna cuestión económica.
Estos datos contundentes sólo son muestra del poco trabajo que se hizo por las autoridades gubernamentales para que los jóvenes acudieran a sus clases virtuales. Ante esto, fueron fundamentales las casas del estudiante, en particular de Yucatán, pues fueron un gran aporte para la educación de los jóvenes y para que estos pudieran continuar sus estudios.
Ante esto, es necesario que defendamos nuestras casas de estudiantes y para que mayores jóvenes puedan continuar con sus estudios, sin la necesidad de que los trunquen, debemos de defender la cultura que en ellas se imparte y la labor que hacen.
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