Con motivo de su Quinto Informe de Gobierno, Carlos Joaquín González utilizó los medios de comunicación para enviar mensajes optimistas a los quintanarroenses; entre todo el cúmulo de noticias refiriéndose a este hecho, quiero referirme a una entrevista que se le hizo al gobernador el día 9 de septiembre por conocido comentarista de Grupo Fórmula, antes de comparecer ante el Congreso del estado para entregar oficialmente el documento de su informe.
El entrevistador fue particularmente directo al preguntarle: ¿qué vez para el último año de tu gobierno, Carlos?, a la que el ejecutivo estatal contestó "es momento de consolidar lo que hemos venido haciendo,… hemos sido un gobierno de cambio, de transición, de búsqueda, de tener y ofrecer libertades, transparencia, finanzas sanas, que se vieron afectadas por todo este efecto que tuvimos de la pandemia, pero que afortunadamente nos permite hoy dar buenos resultados y por supuesto tener un año todavía de oportunidades de servirle a Quintana Roo, y de seguir avanzando y creciendo, principalmente en el tema de la economía…" y para no abrumar a mis posibles lectores, no mencionó todas las preguntas y transcribo lo más significativo de las respuestas.
El interpelante reitera: ¿viene el último año, siempre complicado, siempre difícil, último año de gobierno?, nuevamente el gobernador responde "es una buena oportunidad aún para ofrecer resultados que tanto necesita Quintana Roo y por supuesto lo vamos a hacer con mucho gusto, con mucho ánimo y sobre todo con mucha pasión que es lo que Quintana Roo necesita…".
Escuchando las respuestas, no queda lugar a dudas, el mandatario estatal reconoce que en su último año al frente de la administración estatal, aún es posible ofrecer resultados a los quintanarroenses, esto es significativo si tomamos en cuenta que, aprovechándose de la pandemia hay funcionarios prácticamente ciegos y sordos ante las peticiones de sus gobernados; por ejemplo, el presidente municipal de Othón P. Blanco, del quién hablaremos en otro momento. Si alguno de los 346 mil nuevos pobres, por los cuales Quintana Roo ocupó primer lugar en producción de pobreza en el año 2020, escuchar la respuesta del gobernador, no es difícil imaginar su entusiasmo, creyendo que hay esperanza de que el ejecutivo estatal atienda alguna de sus múltiples carencias, igual reacción causaría en alguna de las más de 600 mil personas que tienen un empleo precario, con ingresos insuficientes para adquirir la canasta básica, sin seguro en caso de enfermedad, y mucho menos solventar gastos en una clínica particular en caso de contagiarse de covid-19 y presentar complicaciones graves.
Si el gobernador afirma en su respuesta que el “último año de su gobierno es una buena oportunidad para dar los resultados que tanto necesita Quintana Roo”, debió estar consciente del efecto de sus palabras, del compromiso que ellas significan, porque si estando consciente de ello, no está dispuesto a llevar a cabo acciones concretas para hacerlas realidad, no debe de extrañarse de ser recordado como demagogo. El resultado más importante que los quintanarroenses necesitan de Carlos Joaquín, es que cumpla los compromisos que ha suscrito.
No me refiero a los que ha pactado con los tiburones de la industria turística, quienes solo “sufren” porque ven reducidas sus ganancias, pero siguen viviendo en el lujo y el dispendio; me refiero a que ha convenido con la población más vulnerable: con los que ya eran y siguen siendo pobres, con los desempleados, con los campesinos que han perdido sus cosechas, con las amas de casa que no alcanzan a alimentar suficientemente a sus hijos, con los estudiantes humildes, quienes padecen de múltiples carencias. Si para el mandatario estatal estar dispuesto a dar los resultados sólo significa atender las necesidades de los dueños de los centros turísticos de la Riviera Maya, debe entender: una parte de los pobres del estado no están dispuestos a quedarse cruzados de brazos viendo cómo llega a término su gobierno, esa porción de pobres está organizada, forma parte del Movimiento Antorchista.
Para los antorchistas quintanarroenses, también es confortante escuchar al gobernador decir que en los últimos meses de su gobierno está dispuesto a dar resultados, porque llevan dos años esperando que la actual administración cumpla cosas tan elementales como despensas, fertilizante, maíz, comodato del albergue estudiantil, etc. Sin embargo, a lo largo de 47 años de lucha, han aprendido que, lo dicho por los funcionarios, aunque suene bonito y alentador, las más de las veces solo queda en buenas intenciones, y como dice el dicho, de buenas intenciones está empedrado el camino del infierno. Por eso en todo el estado los grupos antorchistas se disponen a luchar, el próximo 28 de septiembre marcharan de forma simultánea en la capital del estado y en la ciudad de Cancún, exigiendo resultados tangibles. Como dice una consigna: ¡si hubiera soluciones no habría marchas ni plantones!, eso depende de que los gobernantes cumplan. Que conste.
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