Berenice Bonilla López es la tercera de cuatro hermanas nacidas en el seno de la Sierra Norte de Puebla, en Huitzilan de Serdán, un municipio organizado bajo la bandera del Movimiento Antorchista desde el 21 de marzo de 1984.
Bere creció en una familia amorosa y humilde, asistió a la primaria y secundaria de la localidad, instituciones que en ese tiempo se moldeaban bajo los ideales de la organización y luchaban para sacar del abismo y la ignorancia a los niños y jóvenes huitziltecos para convertirlos en hombres y mujeres de bien, con ideales de justicia en favor de las mayorías. Es entonces que dentro de esas primeras semillas que arrojaba el proyecto, Bere pudo conocer las artes, el amor por los libros y el amor por su pueblo.
A los 14 años de edad, movida por los ideales que la formaron desde niña, Bere se integró a las filas de los Grupos Culturales Nacionales del Movimiento Antorchista en la capital del estado. Desde sus primeros meses mostró un talento excepcional, un gusto interminable por la poesía y por la danza, su disciplina, estudio y constancia la llevaron a convertirse más tarde en la mejor bailarina del Ballet Nacional.
En 2018 concluyó la licenciatura en Artes por el Instituto Macuil Xóchitl. Su amor por la cultura, por su pueblo y la necesidad de hacer justicia por todos los niños y jóvenes que no tienen acceso a la educación y a las artes, la hicieron irse a desempeñar su trabajo al estado de Sinaloa.
Sinaloa, que actualmente cuenta con más de 87 mil personas analfabetas, es el resultado de una mala política, pues la marginación social, la desintegración familiar, el desplazamiento de familias y la falta de educación ha ofrecido como única salida para la población, el dedicarse al cultivo y venta de mariguana y amapola.
Niños que al igual que Bere pudieron haber conocido las artes y la educación, orientados por un proyecto como el que propone el Movimiento Antorchista, hoy se encuentran trabajando para el narcotráfico, hoy se encuentran siendo víctimas de la indiferencia e indolencia de nuestros gobernantes.
A su llegada a Sinaloa, Bere se introdujo entre los poblados más marginados del estado, a los pocos meses ya había formado varios grupos de danza con niños y jóvenes, enseñó poesía y acercó a la gente a conocer el magnífico mundo de la lectura.
Dada la necesidad económica de las familias del lugar, encabezó una gestión de vestuario con el Gobierno municipal, pero la respuesta fue negativa.
Esta necesidad de defender los primeros frutos de su trabajo la llevaron a realizar actividades económicas, al finalizar sus clases asistía a los cruceros a recaudar fondos para la compra de vestuario.
Pero la noche del 6 de octubre de 2018, el sueño de Bere por ayudar a cambiar la situación de cientos de niños y jóvenes de bajos recursos, se vio truncada por un conductor que le arrebató la vida. Ella, al igual que mucha gente que ha muerto en la lucha por mejorar las condiciones del país, son la prueba irrefutable del sistema corrupto en el que vive México.
Para nosotros, Bere no solo es aquella joven de sonrisa imparable y de disciplina abnegada, es un ejemplo de lo que el Movimiento Antorchista quiere para los niños y jóvenes de nuestro país, para que puedan estudiar y desarrollar su talento en beneficio y a favor de la liberación de las mayorías, Bere es ese grito de justicia que los mexicanos exclamamos día a día para exigir que nuestros gobernantes no sigan inculcando la narcocultura, como lo hace nuestro actual presidente de la república con sus narco gobernantes que tienen presencia en la mayoría de los estados.
Necesitamos unirnos y luchar para defender el derecho de una nueva vida, para las nuevas generaciones, en la que sin duda Berenice Bonilla López es y será un estandarte de lucha
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