Han pasado poco más de tres meses de los comicios que le dieron a los ciudadanos mexicanos la posibilidad de “elegir” a sus representantes en diversos escaños políticos: presidencias municipales y diputaciones federales y locales. A pesar del deseo de una competencia justa y ampliamente democrática, se sabe que tales elecciones a nivel nacional fueron objeto de una amplia crítica debido a las múltiples denuncias realizadas por diversos partidos que exhibieron desde compra de votos con despensas, utilitarios o dinero en efectivo; hasta hechos más graves como la intervención del narcotráfico en favor de algunos candidatos que resultaron ganadores en Michoacán o San Luis Potosí. Para mal de muchos, pues, la pasada competencia electoral no solo no fue una competencia justa y leal, sino que fue una de las más turbias en la historia de nuestra nación.
Particularmente en Puebla, existen aún conflictos post electorales que no encuentran solución y no parecen tenerla pronto. Uno de ellos se encuentra en Coyomeapan, un municipio principalmente indígena ubicado en la Sierra Negra del estado. Coyomeapan, según datos del Coneval, se posicionó entre los primeros cinco municipios con mayor pobreza extrema en 2010 y 2015 con más de la mitad de su población en esta condición, lo cual ha obligado a sus habitantes a una amplia migración hacia Estados Unidos. Este pequeño municipio, pues, exige gobernantes que trabajen arduamente para abatir los problemas de pobreza y rezago social, sin embargo, la situación pinta un panorama contrario.
En el periodo 2011-2014 Coyomeapan fue gobernado por David Celestino Rosas, quien solo dejó el cargo entre 2014 y 2018 a su hermana Araceli Celestino Rosas (actual diputada federal), para volver a elegirse para el periodo 2018-2021. Durante estos años, más que obras o buenos resultados para la gente, salieron a la luz diferentes señalamientos de prepotencia, abuso de autoridad, corrupción y hasta tortura. Veamos.
La Jornada de Oriente del 23 de junio del año pasado informó que “Verónica Nieva Martínez, regidora de Industria y Comercio de este municipio, aseguró ser víctima de hostigamiento y marginación por parte del presidente municipal, David Celestino Rosas. Sostuvo que el alcalde le niega el ingreso al cabildo y ordenó la retención de su salario y la disminución del mismo”. De acuerdo con la regidora, su “delito” fue haberse puesto del lado de los tianguistas que requerían defender su lugar de trabajo.
Por su parte, El Popular informó el 26 de julio de 2018 que “la alcaldesa de Santa María Coyomeapan y policías locales fueron denunciados por el delito de tortura contra Javier Izúcar Lino”, esto tras una balacera en la que resultó herido un policía. En la misma nota, más adelante, se lee que el Movimiento de Autogestión Social, Campesino, Indígena y Popular, de la Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional (MASCIP CNPA-MN), exige “el esclarecimiento y aseguramiento de los responsables de los homicidios que han ocurrido en esta población”, y donde ellos mismos aseguran (el MASCIPCNPA-MN) que han estado involucrados “policías municipales y guaruras de los Celestino Rosas”. La lista es larga, pero por obvio de espacio me limito a lo más significativo.
Y en el colmo del cinismo, la prepotencia y el nepotismo, resulta ganador para el periodo 2021-2024 Rodolfo García López (del Partido de Integración Social), quien es nada más y nada menos que el esposo de Araceli Celestino Rosas. Tras una serie de acusaciones sobre compra de votos y otras irregularidades durante la jornada electoral, los pobladores de Coyomeapan, cansados del cacicazgo (y con justa razón), protestaron al grado de tomar las instalaciones del Consejo Local del Instituto Electoral del Estado; y el 14 de junio retuvieron paquetes electorales para evitar que se llevaran a la ciudad de Puebla. Como respuesta, la Fiscalía del Estado y el gobierno municipal llevaron a cabo detenciones arbitrarias, lo que desató más protestas.
Después de tales acciones, y en su afán de afianzar el cacicazgo y deslindarse de sus responsabilidades, los Celestino Rosas acusaron al Movimiento Antorchista de ser los culpables de los conflictos allí ocurridos. Para colmo de males, el gobernador Miguel Barbosa se sumó a esta acusación simple y llanamente por su animadversión a Antorcha y por su amor a las mentiras, pero eso es totalmente falso. Si bien es cierto hay pobladores pertenecientes a Antorcha que se encuentran protestando, no somos nosotros quienes estamos encabezando tales protestas. El conflicto no es nuevo, ya desde el periodo electoral pasado se denunciaba por parte del MASCIPCNA-MN y otras organizaciones como “Unidos por Coyomeapan”, la situación de abusos y vejaciones emprendidas desde el gobierno municipal en manos de los Celestino Rosas; es decir, no solo somos nosotros quienes hemos denunciado tal cacicazgo, sino diversas agrupaciones al interior del municipio. Pero una cosa es denunciar y otra muy distinta encabezar protestas o “generar inestabilidad”. Tales conflictos derivan de los pésimos gobiernos ejercidos por el cacicazgo vil de Araceli y David Celestino, y de su nula capacidad de resolución de los problemas del municipio; la reacción inevitable ante esta penuria era la protesta comunitaria.
El gobernador Miguel Barbosa niega el derecho de la gente a manifestarse y exigir el recuento de votos, e intenta justificarse cargándole el muertito al Movimiento Antorchista, pero con ello solo demuestra que en efecto hay un cacicazgo despiadado en Coyomeapan y, peor aún, que él mismo lo apoya y respalda. El nombrado peor gobernador de México durante varios meses no solo no apoya al pueblo, sino que se le vuelve en contra solo para defender sus intereses y los de los caciques de Coyomeapan.
¿Dónde está “primero los pobres”? ¿Dónde quedó la inservible “cartilla moral” del presidente? Lo único que se ve claro es que nos siguen gobernando una bola de criminales que intentan respaldarse en el dicho tras un amor indiscutible al pueblo, mientras que en los hechos lo apuñalan, reprimen y traicionan. De nuestra parte, el remedo de gobernador poblano debe saber bien que no vamos a permitir que siga calumniándonos y acusándonos de todos los delitos que se le vengan entre sueños, y mucho menos permitir que se siga manchando nuestro nombre. Por otra parte, los habitantes de Coyomeapan deben saber que estamos de acuerdo con su lucha y que cuentan con nosotros para ponerle fin al cacicazgo que prevalece en su municipio; tal situación requiere de hombres valientes y comprometidos, y de esos encontrarán en Antorcha.
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