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Aumento de Transporte en Guerrero, una carga más para el pueblo

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La autorización del incremento de la tarifa al transporte urbano en el estado de Guerrero, indudablemente, afectará los bolsillos de las familias más pobres que utilizan este medio para llegar a sus centros de trabajo, aunque el aumento no es parejo en todas las ciudades y no fue aprobada la cantidad que el gremio transportista pedía, de cualquier manera los usuarios se verán agredidos económicamente, pues tanto jefes de familia, amas de casa y estudiantes utilizan dos y hasta cuatro transportes para llegar a su destino, en estos caso ya el asunto es preocupante porque al término de la semana el dinero gastado suma una considerable cantidad.

Por otro lado, si bien es cierto que, debido a la crisis económica que estamos atravesando, encarece la operación del transporte por el incremento del combustible y el mantenimiento de las unidades, nos es precisamente a la clase trabajadora y la población en general la que debe cargar con el alto costo del transporte. Los transportistas representan un gremio que se ha convertido en monopolio y son unos cuantos los dueños de las diferentes rutas los que se quedan con grandes ganancias nunca mejoran el servicio y trabajan violando todas las normas de transporte bajo el solapamiento de las autoridades, pues empezaron a cobrar hasta 10 pesos por persona aun sin ser oficial el aumento de la tarifa.

La publicación del aumento de la tarifa del transporte urbano en el Periódico oficial del Gobierno del Estado de Guerrero autoriza, de manera oficial, que los usuarios paguen más, curiosamente en ese mismo día, miércoles 8 de febrero, también el Gobierno federal autorizó el incremento de la tarifa de la cuota de peaje en la autopista del sol del 7.2%, por lo que no sería extraño que, en estos días, los usuarios del transporte foráneo y de las rutas de autobuses tengan que pagar más en los viajes fuera del estado.

Es preocupante para los ciudadanos que, en este contexto de la escalada imparable de los productos básicos que integran la canasta básica, el gobierno estatal haya permitido que el pulpo transportista se saliera con la suya, aunque no le autorizaron al 100 por ciento de su demanda, gracias a las acciones de los usuarios que se negaron a pagar la tarifa que ellos querían.

Por ejemplo, en Chilpancingo, los transportistas querían un aumento que superaba el 40%, finalmente quedó en ocho pesos, pero en ciudad Altamirano de plano los transportistas se salieron con la suya, de 10 pesos quedó en 12. En todas las principales ciudades del estado: Chilpancingo, Acapulco, Zihuatanejo, Altamirano, Iguala, Tlapa de Comonfort, entre otras, se aplica este incremento que también tendrá efecto para el servicio de taxis.

A simple vista, la exigencia del gremio transportista tiene una justificación, todos nos damos cuenta que el precio de la gasolina anda por los cielos, salvo en la región de la costa chica y la montaña, en el resto del estado el precio casi alcanza los veintiséis pesos; el mantenimiento y servicio de las unidades también han subido los costos, a esto hay que agregarle el pago de permisos especiales, tenencia. Sin embargo, se sabe que el transporte es un monopolio controlado por unos cuantos dueños, por dar un servicio de mucha demanda siempre se quedan con un porcentaje muy alto de utilidades, en cambio, para los trabajadores del volante, empleados de este gremio reciben salarios de hambre que muy difícilmente supera un salario mínimo al día.

Aquí el problema consiste en que es al pueblo al que se le carga la recuperación de las pérdidas de los transportistas generadas por la inflación. Es el pueblo el que a fin de cuentas paga el impuesto más grande que se le cobra a los mexicanos por ser la clase consumidora el famoso Impuesto al Valor Agregado, IVA, al comprar los productos para satisfacer sus necesidades paga el 16% del precio de estos. Y ya no hablar de los alimentos que en los últimos meses han alcanzado un incremento que va desde el veinte hasta un treinta y cinco por ciento. En cambio, es a los que menos se les atiende y resuelve las necesidades sociales como, obras de infraestructura, educación y salud. Se le echa sobre sus espaldas el incremento del transporte, que se entiende, para eso pagan impuestos.

Tanto transportistas como usuarios deben unirse y exigir al gobierno de la 4T que implemente un proyecto de mejoramiento y financiamiento al transporte, es cierto que los usuarios tienen que pagar el transporte y los transportista tienen que cumplir con sus obligaciones fiscales, pero que paguen lo justo. No es creíble que el gobierno no cuente con los recursos para abaratar y eficientar el transporte, pues en algunas ciudades del país, otros gobiernos lo han hecho, en acapulco, por ejemplo, con la introducción del acabús, se mejoró el transporte, pero favoreciendo a la inversión privada.

Desgraciadamente esto seguirá sucediendo mientras los mexicanos tengamos un gobierno neoliberal, que siempre favorecerá a los dueños del dinero, el pueblo tiene que organizarse y cambiar esta forma de gobierno, por una más humanitaria y atenta al desarrollo, en otras palabras, es necesario un cambio de modelo económico.

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