En los 32 estados de nuestra querida República Mexicana se cuenta con dependencias de apoyo social llamadas Secretaría de Desarrollo Social, atestadas de eruditos en materia social, expertos en medir lo que le duele a la población más vulnerable, tienen acceso a cifras e investigaciones del incremento de la pobreza, también en sus manos están las herramientas humanas, económicas y políticas para curar un poco al pueblo de lo que le aqueja.
El panorama general de todo México es difícil, según el Gobierno federal estamos saliendo de una pandemia sanitaria que nos movió el piso a todos en este mundo, la covid 19, que llegó hace casi dos años, llenándonos de miedo, incertidumbre, hambre, resguardo obligado, suspensión de clases, desempleo, en muchos casos orfandad y muerte.
Es obvio que todo se cimbró, quedó al desnudo nuestra fragilidad social, económica y política, en donde la atención en materia de salud fue deficiente, yo le llamaría mortal para los pacientes y para los médicos y enfermeras, que aun y con el poco abasto en medicinas e insumos se la rifaron. También en seguridad alimentaria la pasamos muy mal, hubo problemas de abasto en centros comerciales, todos nos inmovilizamos y muchas fuentes de empleo se perdieron, los vendedores ambulantes también tuvieron que resguardarse, las fronteras se cerraron, en fin. Todo un caos.
Era el momento para que las dependencias gubernamentales encargadas del bienestar social sacaran la garra (alusiva a la fuerza), repartieran despensas a todos, crearan programas de becas económicas para la gente vulnerable, pero pues sí sacaron la garra (pero la rapiñera) pues no dieron casi nada… y no solo lo digo y lo sostengo, párense en cualquier colonia y pregunten si en la pandemia los visitó su gobierno a darles una despensita o un poco de su famosa esperanza.
Quiero reconocer que con base a la gestión de cuchillito de palo de Antorcha, que estuvo …ingue y jode para que apoyaran con paquetes alimenticios a las colonias simpatizantes de nuestro movimiento, solo en 4 colonias pasaron casa por casa un 9 de abril de 2020. En esa fecha, la ex gobernadora sonorense Claudia Pavlovich y la ex alcaldesa de Hermosillo Célida López, ahí arrancaron ese gesto de apoyo (con video, foto y abrazo a la doñita que estaba atizando) pero en las demás colonias fue muy poquitero diría yo. El problema: que solo fue una vez.
Y de ahí, ya no se volvieron a ver… hasta las campañas políticas. Ahí sí. Ahí sí se envalentonaron frente a la pandemia y agarraron sus soniditos, cubrebocas, gel antibacterial y un montón de souvenirs para vender su oferta de gobierno a la gente. Y pues… ya hubo ganadores, quienes se llenaron la boca de promesas para el mejoramiento del bienestar de todos.
El detalle es que una de tantas promesas está por cumplirse, ésta fue anunciada por el recién desempacado gobernador de Sonora, quien anuncia con bombo y platillo un programa diseñado para combatir la pobreza extrema en el Estado, por un monto de $3,000,000 (tres millones de pesos), traducido a tres mil becas de $1000 (mil pesos), pago único, que la Secretaría de Desarrollo Social en Sonora (SEDESSON) aplicará. Así, sin mucho analizar, parecería que es un gran avance, pero aquí viene donde la puerca torció el rabo.
Los datos que maneja su plan de trabajo (https://sedesson.gob.mx/mano-
Entonces, en el marco de los 100 primeros días de gobierno este programa solo le llegará a 3000 sonorenses, con un único pago de $1000 (mil pesitos), o sea que pretenden sacar de la pobreza extrema por una semana al 2.85 % de pobres. Y digo una semana porque la beca alcanza para medio comer ¡una semana! Ahora sí se la prolongaron, diría el célebre Ciro Gómez Leyva.
Apenas están empezando y ya andan de poquiteros. Daré un dato más: este más nuestro. Nos comentó la Lic. Patricia Duarte Franco, titular de Programas Sociales de la SEDESSON, a una comisión de ciudadanos que la visitamos, que en el padrón levantado en la zona de Las Cuevitas, al norponiente de la ciudad, sólo captaron a 83 posibles casos que pueden ser beneficiados, de una población aproximada ¡de 1000 familias que ahí viven!
No, pues, así no se puede.
Es del dominio público que en la zona habitan muchos ciudadanos, entre ellos nuestros compañeros antorchistas, que sí están en pobreza extrema y son muchos más que el padrón señalado.
Pues los datos son muy reveladores. Evidencian que, aunque haya expertos en las dependencias, no hay una política de clase proletaria, de verdadera ayuda a la clase trabajadora: darle el pescado al hombre no lo enseña a pescar, darle mil pesitos no lo sacará de pobre.
Aquí, compañeros antorchistas, les hago nuevamente el llamado a que juntos sigamos luchando por mejorar nuestro entorno social, aunque en el mismo documento dice que los programas son directos, eso debemos buscar, que aunque sean directos sí lleguen a todos. Gobierno nuevo, nueva lucha, juntos y organizados podremos lograr más y mejores cosas para todos.
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