Este 2021, el Movimiento Antorchista Nacional cumple 47 años de existencia, desde 1974, la lucha nunca se ha detenido, esta gran organización social ha sembrado miles de semillas que muchos han visto dar frutos en beneficio del desarrollo y progreso del pueblo trabajador, a costa de los ataques y el desprestigio que los dueños del poder han regado en nuestra contra.
Durante todo este tiempo, la tarea de educar y concientizar al pueblo pobre, que se conforma por campesinos, obreros, jornaleros, amas de casa, estudiantes, maestros y profesionistas, no ha sido fácil, pero se ha logrado con paciencia, perseverancia, convicción y amor por ver una vida digna y mejor en todos los ámbitos para cada uno de los nuestros, de nuestra gente.
Lo que me ha impulsado a hablar en esta ocasión de Antorcha, a la que orgullosamente pertenezco, es que, en medio de un gobierno que nos ha atacado de manera pública, descarada y sin fundamentos, los logros edificados ahí están, a la vista de todo el que los quiera ver y sin esconder nada, porque esos logros los ha hecho gente honrada y humilde que se ha unido y organizado para tal objetivo; ejemplos materializados hay cientos, en cada rincón del país, desde una calle pavimentada, el alumbrado de una calle, la construcción de una escuela, una clínica, hasta la fundación de colonias con todos sus servicios básicos, complejos deportivos y culturales, albergues estudiantiles, entre otros, pero en medio de todo esto, se puede ver la transformación de la gente que es beneficiada, se puede ver el temple de un pueblo que sabe que esos logros son su derecho y que son una pequeña parte de lo que le corresponde como creador de la riqueza nacional que hasta ahora, debido al sistema injusto en el que estamos inmersos, sin haberlo querido, no le llega a sus manos como debería, pero que es posible lograrlo, y eso lo han entendido gracias a la educación que a todos nos brinda el antorchismo.
Uno de nuestros bastiones más importantes para ejemplificar lo que acabo de decir, es la cuna del Movimiento Antorchista: Tecomatlán, municipio del estado de Puebla, “Atenas de la Mixteca Poblana”, que sorprende a todo aquel que lo visita por primera vez, pues es una joya escondida en medio de un paisaje árido. “Teco”, como es nombrado de cariño por todos los antorchistas, es la muestra de que un pueblo consciente puede lograr desarrollo, progreso y hermandad en un solo lugar; pero lo que ahora se ve ahí, se fue forjando poco a poco, a través de todas estas décadas, con la participación de todo el pueblo.
En Tecomatlán hay educación completa y de calidad; hay preescolar, primaria, secundaria, bachillerato y universidad, por lo que un niño puede adquirir toda su preparación educativa sin necesidad de salir de su municipio, además que los que ahí llegan, de otros municipios y estados, tienen lugar seguro dónde vivir, pues existe, como ya lo mencioné, un albergue estudiantil de calidad, al cual los moradores aportan una mínima cuota que sirve para mantener en buenas condiciones el edificio y las necesidades de todos ellos sean cubiertas.
Existe también una unidad deportiva completa y en perfectas condiciones, que es de gran utilidad para toda la comunidad estudiantil y los habitantes de la cabecera municipal y las localidades vecinas. En ella, cada dos años, de manera presencial (a excepción de este año por la pandemia), se realiza, sin fines de lucro, la Espartaqueada Deportiva Nacional, un evento que tiene duración de una semana, en el que miles de atletas de todas las categorías y modalidades del país, profesionales y aficionados, compiten en todas las ramas del deporte, de forma sana y fraterna para posicionarse en los primeros lugares.
También, cada dos años, se realiza la Espartaqueada Cultural, un manjar artístico que aglutina a bailarines, cantantes, poetas y oradores de todos los rincones del país, la gran mayoría emanados de colonias y comunidades de escasos recursos; todos ellos se presentan en el Auditorio “Clara Córdova Morán” y la Plaza de Toros Monumental “La Antorcha”, edificaciones de alta calidad que se han logrado también gracias a la lucha organizada y que son ejemplo, junto con la Casa de la Cultura, que Antorcha lucha por que los mexicanos nos cultivemos con el arte y la cultura de nuestro país y de otras naciones, como una forma de transformar nuestro espíritu, en la búsqueda de dar lo mejor de nosotros para ayudar a nuestro semejantes.
Además existe un sistema de salud digno para quien más lo necesita, pues cuenta con un hospital regional y una clínica rural con lo necesario para atender a los pacientes que acuden, esto es posible con la gestión y el trabajo que diariamente realiza el Ayuntamiento de Tecomatlán, que orgullosamente es antorchista y tiene los mismos ideales de progreso y desarrollo de nuestra organización.
Todo lo que cuento en estas líneas no es sacado de mi imaginación, es la realidad que se ve en la “Atenas de la Mixteca”, una realidad a escala municipal que buscamos lograr a nivel nacional, donde todos los mexicanos tengamos espacios dignos para la vida diaria, donde el arte y el deporte sean algo tan accesible de practicar sin necesidad de pagar por ello, donde la educación sea integral en cualquier municipio de la República y que con ello los niños y jóvenes no tengan que decidir entre gastar diariamente para llegar a su escuela o trabajar para aportar a la economía familiar; donde el trabajo no falte y los ingresos sean suficientes para no sentir hambre y donde el servicio de salud no sea solo para “el que puede pagar”.
En Antorcha sabemos que esto es posible y luchamos para alcanzar la meta, porque los sueños no solo deben quedarse en la cabeza, hay que luchar arduamente para materializarlos y vamos por el camino correcto. A casi medio siglo de vida de este proyecto, tenemos la seguridad de que lo lograremos, en el tiempo que debamos llevarnos, pero el esfuerzo no está arrojado al vacío. Si no conoces nuestra lucha y nuestro proyecto, te invito a hacerlo, es momento de unirnos y cambiar mentiras y utopías de la política de siempre por hechos transformadores.
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