Arriesgarse o no comer es la coyuntura en la que se encuentran millones de mexicanos desde hace poco más de un año, que aparecieron los primeros contagios por el virus Sars-CoV-2 que produce la covid-19. El riesgo es el único camino que le quedó al pueblo trabajador, al no contar con un empleo formal que le permita ganar un salario digno que garantice el pan de cada día en su hogar, y la certeza de que en cualquier momento que se llegue a infectar será atendido con diligencia.
Arriesgarse a salir a trabajar es la única posibilidad que le queda al mexicano en este país que se ha convertido en el peor lugar para estar en tiempos de pandemia. Según el análisis mensual del Ranking de Resiliencia de Bloomberg, México se ubicó en el último lugar para estar en estos tiempos de pandemia por el coronavirus, de 53 países cuyas economías se consideraron como preparadas para atender la crisis sanitaria; sobre este estudio, el portal de noticias www.infobae.com escribió: "La evaluación considera indicadores como la tasa de casos, porcentaje de positividad de pruebas, muertes por millón de personas, porcentaje de acceso a las vacunas y dosis de vacunas aplicadas. Con estas métricas, el medio estadounidense otorga una calificación del 1 al 100 a cada país. En ese sentido, México obtuvo una calificación de 30.8%, por tener el mayor índice de mortalidad de los 53 países evaluados (7.5%) y el mayor índice de positividad en las pruebas (41.1%)”. A esta calificación se suma la penúltima posición de México en el ranking de 98 países que mejor han manejado la pandemia, publicado por el Instituto Lowy de Australia; o sea, nos ubicamos entre los peores del mundo en el manejo de la pandemia del Coronavirus.
Ambos estudios, recientemente publicados, reflejan la realidad que vive el país y que se hace más evidente en el número de muertos a lo largo de la pandemia: 158 mil personas (con lo que se ubica al país como el tercero con mayor número de muertes por este virus), así como un millón 857 mil 230 casos confirmados. Pero estos números, lejos de ser estadísticas y reportes de mala fe en contra del Gobierno morenista de la 4T, son el resultado de la irresponsable aplicación de una política errónea de atención a la pandemia por parte del gobierno federal y estatal, así como de las circunstancia adversas que se formaron a partir de la toma del poder del gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador, y que al no conocer la raíz del problema de fundamental de la pobreza, que es la desigualdad, no conoce ni aplica el remedio adecuado.
Ahora no sólo nos tenemos que enfrentar a los resultados negativos de la mala gestión de la pandemia, sino que somos víctimas del uso electorero de la vacuna contra el Covid-19, la discriminación y la imprudencia de funcionarios que, anteponiendo sus intereses personales y de partido, prefieren vacunarse aunque no estén dentro del grupo contemplado como prioritario por estar en la primera línea de defensa; tal es el caso de Alba Patricia Batani Giles, regidora por Morena en Acapulco, o de los servidores de la nación, que es por todos conocido que son activistas del partido en el poder: Morena. El 28 de enero apareció en redes sociales una serie de fotografías de trabajadores de la salud del Hospital de Traumatología y Ortopedia del IMSS de la ciudad de Puebla, en las que denunciaron que no han sido vacunados. El 22 del mismo mes, personal médico de la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) Hospital de Ginecología y Obstetricia número 4, denunció influyentismo, ya que se vacunó a personal que no está en la línea de atención covid-19, sino que son directivos y mandos médicos; y como estos, muchos otros ejemplos.
Frente a este panorama de incertidumbre, de lasitud en el sistema de salud mexicano, de falta de apoyo al pueblo mexicano con un programa alimentario o un salario temporal que le permita confinarse y evitar el incremento de los contagios, y ahora de una paralización en el programa de vacunación contra el coronavirus, porque las farmacéuticas como Pfizer tienen problemas en la producción y en este año darán prioridad a los países que sí tienen para pagarlas, podemos entender por qué el pueblo pobre prefiere arriesgarse y salir a trabajar, para poder llevar un poco de alimento a su familia, aunque en ese arriesgue se pueda contagiar y perder la vida; de todos modos, si se queda en casa, se muere de hambre.
De ahí el llamado que hace el Movimiento Antorchista, en primer lugar, a que el Gobierno federal y estatal garanticen la vacunación para todos los médicos, enfermeras y trabajadores de la salud, que se enfrentan todos los días a esta terrible pandemia, así como para al pueblo trabajador que es quien sale todos los días en busca de pan para su familia. En segundo lugar, a no volver a cometer el error de votar por el partido que está lastimando a nuestro país con políticas improvisadas y que en nada benefician al pueblo trabajador; en junio habrá elecciones para renovar la Cámara de Diputados y en nuestras manos está impedir que sean mayoría quienes aprobaron las leyes que permitieron disminuir el presupuesto al sector salud, no destinar recurso para las vacunas y que aprobaron leyes que ayudarán al partido en el poder a perpetuarse. Recordemos que éste es sólo un primer paso para arrancar el poder a quienes no representan los intereses del pueblo trabajador, y que lo tienen sumido en el abandono total.
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