“Vamos, subiendo la cuesta, que arriba en mi calle empezó la fiesta”.
Serrat
En efecto cual si fuera una gran fiesta, todos los candidatos de todos los partidos se aprestan a entrarle a la campaña electoral con todo, como se dice coloquialmente.
Para el ciudadano común como usted y yo amable lector, es una actividad política cotidiana como cualquier otra, si bien es cierto el que quiere va y vota y al que no, nadie lo obliga; el asunto no termina ahí.
Veamos: para el caso de los municipios laguneros (Torreón, Matamoros, Viesca, Madero y San Pedro), los candidatos a diputados de esta campaña, ya están más que definidos desde tiempo atrás, recordemos que el proceso electoral se aplazó por la pandemia.
Los intereses en juego están fuera del alcance de nuestra vista.
Se juega el destino de las presidencias municipales y del futuro gobernador del estado.
¿Porque es importante saberlo? Porque nosotros los coahuilenses tenemos en nuestras manos el destino del estado. así es amable lector, en cada coahuilense que sale a emitir su voto se juegan los destinos del estado, sin embargo la falta de información, la falta de cultura en general, pero principalmente la falta de cultura política, nos mantiene ajenos e indiferentes a este proceso donde no solo es el destino del estado es lo que está en juego, sino carretonadas de dinero, de recursos, de obras, de programas sociales aplicados a medias o bien mal aplicados, contratos millonarios con empresas, enriquecimiento de funcionarios, etc., lo que está en juego en este proceso electoral y de los procesos que se avecinan es mucho dinero.
Para tener una vaga idea, solamente a los partidos políticos el INE hará entrega de 5700 millones para el proceso electoral del 2021.
¡7,200 millones de pesos!; ahora bien, si estas cantidades de dinero son las que manejaran los partidos políticos, ¿cuánto dinero manejara el candidato ganador en caso de llegar al poder? cantidades impensables. ¿y que ganará la gente pobre, que es la que encumbrará y llevará al poder a “su candidato”? ¡Nada! No ganaran nada, más que la pura esperanza de que ahora si las cosas van a cambiar.
Eso explica el por qué los candidatos solo quieren de nosotros el voto, ¡nada más que el voto!, porque cuando se trate de gobernar no quieren a ningún pobre en ese “festín “, ese solo será compartido entre un grupo muy selectos de invitados al “banquete” donde por supuesto no estamos invitados el pobrerío; les desagrada a quienes nos gobiernan la presencia del pueblo y su mar de necesidades. ¿Pruebas? Vayamos a solicitar el arreglo de nuestras calles, el alumbrado de las mismas, el abasto suficiente de agua, el buen funcionamiento de los drenajes ya colapsados, es decir las necesidades más elementales, que, por supuesto se pagan con nuestros impuestos, no hay recursos, no hay dinero.
¿Qué esperamos por respuesta si se le solicita a la autoridad vivienda, algún programa alimentario o bien recursos para algún proyecto productivo? No hay respuesta, o bien, como les ha respondido la alcaldesa de San Pedro de las colonias a los antorchistas cuando se han atrevido a protestar por la falta de apoyo alimentario, por solicitar un hule para sus viviendas o por falta de agua; con presencia policiaca que va desde la policía municipal, la policía estatal, la guardia nacional y la policía judicial; así es, ni los delincuentes más famosos han tenido este “honor” como los modestos antorchistas de San Pedro.
Pero la campaña sigue, nadie la para ni el mismísimo y letal covid-19, ya salieron los que quieren ser alcaldes y los que quieren repetir (ya hay varios casos) a darse baño de pueblo, a visitar personas de la tercera edad, a besar niños harapientos de las colonias más pobres, a tomarse fotos “sin ton ni son” con enfermos, desvalidos, gente sin hogar, a quitarles desde ya su voto que es lo único de valor que les queda a los pobres, no solo de Coahuila sino del país.
Éstas y cosas peores nos falta por presenciar, pero, ni modo, la campaña va, lo queramos o no, nos guste o nos disguste.
A organizarnos todos los pobres, que no nos sorprendan los falsos redentores de los desvalidos. ¿O cuando se dejaron ver los candidatos durante la pandemia? ¿Cuántos de los que quieren el poder ahora visitaron nuestros hogares durante la cuarentena? ¡Ninguno! Nadie se acordó de los colonos, de los campesinos, de las amas de casa y de sus hijos. Por esa razón el pueblo tiene que estar con los ojos bien abiertos.
A organizarnos en este proceso electoral y los que se vengan, que ya no nos tomen desprevenidos los lobos con piel de oveja, las cosas las tiene que cambiar el pueblo, pero organizado.
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