Hace un par de semanas, y como cada año lo hacen, los antorchistas de los municipios del norte y sur del estado de Quintana Roo, entregaron a las autoridades municipales sus pliegos petitorios que enlistan las demandas más apremiantes y sentidas de miles de familias humildes, de las que viven en comunidades y colonias donde no hay obras de infraestructura y tampoco servicios básicos elementales.
Para obtener respuesta a esas demandas, en los próximos días acudirán representaciones de campesinos, colonos, amas de casa y profesionistas a las presidencias municipales de sus respectivos municipios.
En esta ocasión las gestiones de los antorchistas será ante los nuevos alcaldes y alcaldesas que tomaron posesión del cargo, quienes durante las campañas electorales prometieron a la ciudadanía trabajar de manera diferente, más cercana al pueblo y de hacer más con menos.
Ahora a esos funcionarios embestidos de poder les ha llegado la hora de hacer realidad las promesas que le hicieron al pueblo, el que lamentablemente vive en el abandono porque nadie, ningún funcionario, después de muchas campañas políticas, regresa a los hogares de los votantes para llevarles ayuda u obras, así como programas sociales que les ofrecieron para mejorar la calidad de vida de sus familias.
Cabe mencionar que, en las pasadas elecciones, Morena ganó en ocho municipios, Othón P. Blanco, Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos, Tulum, Puerto Morelos, Lázaro Cárdenas, Cozumel y Benito Juárez, en este último, Mara Lezama Espinoza fue la única que resultó victoriosa en la reelección, y los restantes, Bacalar, Isla Mujeres y Solidaridad, los obtuvo la coalición PAN, PRI y PRD.
Ahora los ayuntamientos tienen el reto de atender mediante sus propuestas de campaña las principales necesidades de los quintanarroenses, quienes les brindaron la oportunidad para darle un nuevo rostro a los municipios que en verdad les hace falta.
Quiero destacar los municipios del sur del estado: Othón P. Blanco, Bacalar, Felipe Carrillo Puerto y José María Morelos, donde existe mucho rezago social; en cientos de comunidades no hay centros de salud y los que existen están improvisados con paredes de palos y techo de cartón, carecientes de médicos y medicinas.
En las escuelas rurales los alumnos aún siguen experimentando con la germinación del frijol en algodón por la falta de infraestructura y tecnología, necesaria para estos tiempos de pandemia; muchas familias viven hacinados en pequeñas chozas porque no les alcanza para construir una de material de concreto que sea resistente a las crudezas del tiempo; las calles están como los tiempos de la edad media, y la lista de necesidades sigue.
Esos son algunos de los problemas que los gobiernos municipales emanados de diferentes colores políticos tienen que atender, sobre todo los de la “Cuarta Transformación”, porque además de críticos radicales, ganaron en ocho de los 11 municipios de la entidad, ¡alcaldes y alcaldesas, ha llegado el momento de los hechos! ¡Poner en práctica los discursos por el bien del pueblo!
En el norte del estado las cosas no son nada alentadoras, en algunos municipios como Tulum, además de la desigualdad social, se vive y respira mucha inseguridad, los robos a mano armada están a la orden del día, la injusticia toma terreno, y las autoridades municipal y estatal han hecho muy poco para mantener el orden social, algo similar enfrenta Benito Juárez, Solidaridad y Cozumel, pues crece la miseria y a la par también aumenta la delincuencia.
Por otro lado, Lázaro Cárdenas es catalogado como el municipio más pobre y con una enorme desigualdad social en Quintana Roo y, sin embargo, es un pueblo lleno de mucha cultura, donde más de la mitad de su población es indígena. Lamentablemente es el municipio que concentra las mayores carencias de vivienda, agua potable, pavimentación, entre otras.
Sus miles de habitantes viven en condiciones de pobreza extrema, pues no tienen acceso a servicios básicos, lo que se debe en gran medida a la ineptitud e incompetencia de los que han gobernado dicho municipio. Sin duda, la falta de apoyos de las anteriores autoridades hace más difícil abatir este rezago y mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, pues la ausencia de políticas públicas orientadas a este fin, ha generado graves problemas como la migración, el abandono del campo, más pobreza, pero sobre todo una crisis alimentaria que se debe resolver en lo inmediato.
La gente no tiene empleos, la pandemia nos está afectando económicamente a todos, hay mucha necesidad, hambre y los que nos han gobernado sólo se queda en el membrete, mientras los pobres se vuelven más pobres, de ese tamaño es el reto de los ayuntamientos de Quintana Roo.
Por eso los antorchistas acudirán en sus respectivos municipios a pedir la intervención de las autoridades municipales para incluirlos en las obras sociales y servicios básicos, así como programas sociales que tanto hace falta para contrarrestar un poco la lacerante y difícil situación que viven miles de familias humildes, quienes urgen atención inmediata. Es necesario recordar que las acciones hablan más que las palabras, es decir, la congruencia entre lo que dice y lo que hace.
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