“Que el arte regrese a sus orígenes, al pueblo”, ese ha sido siempre uno de los propósitos
Desde hace 48 años la lucha del antorchismo por un país con mayor acceso a la cultura, no ha cesado; muchas de las entidades han sido testigo de ello, pues son cedes de muchos de nuestros encuentros nacionales: las Espartaqueadas culturales y deportivas que se realizan en Tecomatlán, el Concurso de Coros en Huitzilan de Serdán, Puebla; el Encuentro Nacional de Teatro en San Luis Potosí; el Concurso Nacional de Declamación en Querétaro; el Concurso de Folclore Internacional en la Guelaguetza, Oaxaca y desde hace más de 10 años el Concurso Nacional de Voces en Pachuca, Hidalgo.
Desafortunadamente la pandemia por Covid-19 vino a interrumpir nuestros eventos presenciales, y a pesar de que no quisimos perder el contacto con artístas y público y de que tuvimos que migrar al formato digital, las cosas no fueron lo mismo, pues el calor de la gente que nutre a los artístas a través de los aplausos, no podía sentirse; y hoy, dos años después hemos retomado nuestros eventos presenciales; este fin de semana, se desarrolló en la ciudad de Pachuca, Hidalgo., el X Concurso Nacional de Voces.
Con casi 100 artistas de todo el país quienes interpretaron canciones rancheras, norteñas, boleros y hasta baladas, volvimos a vibrar al ritmo de cada una de esas melodías, y otra vez, el auditorio se llenó de música y alegría que emitían desde jóvenes de secundaria, preparatoria y universidad, hasta campesinos, obreros, amas de casa y también gente que se dedica de manera más profesional al bello arte de la música.
Pero todo esto, conlleva un gran esfuerzo por parte de todos los que pertenecemos al Movimiento Antorchista Nacional, pues como ya es bien sabido y ha sido repetidamente difundido por nuestra parte, nuestra organización tiene como única fuente de ingreso lo que durante años hemos levantado, algunos negocios, pero sobre todo por las actividades económicas y colectas que realizamos en todo el país.
Trasladar a nuestros artistas y organizar un evento de esta magnitud, mueve a toda nuestra estructura, pero confiados en que el camino que hemos elegido es el correcto, cada uno de esos sacrificios valen la pena, pues uno de los mayores problemas que presenta la rama de la cultura es el restringido acceso que el pueblo tiene para disfrutarlo.
Este acceso a un evento cultural de calidad está restringido para aquellos que tengan las facilidades de pagarlos, mientras que, para el resto, quedan los programas mediocres que pueden ser mostrados en la televisión, mismos que no llevan al pueblo algo que lo ayude a crecer y a educarse, sino a mantenerlo al margen de los problemas sociales que lo azotan.
En un país donde el 56 por ciento de su población laboran en el empleo informal sin acceso a ninguna prestación o al seguro social, y donde peor aún, existen 58.1 millones de pobres, lo primero que se trata de buscar es cubrir las necesidades básicas de la familia como alimentación, vestido, educación, salud, vivienda, entre otros; difícilmente se buscará la recreación educativa, pues los ingresos de las familias mexicanas no alcanzan para tanto.
El abandono en el que el gobierno tiene a los mexicanos, los ha obligado a buscar e ingeniarse maneras para sobrevivir, no es extraño que ante situaciones así se hayan incrementado en el país los robos, secuestros y extorsiones, los que a su vez, han acarreado un despunte de la inseguridad, los homicidios, feminicidios y un derramamiento de sangre que nos ha puesto en los titulares de los medios internacionales.
Y es por eso, que luchando contra corriente, los antorchistas sí trabajamos por llevarle arte de calidad al pueblo más humilde, a ese pueblo que trabaja todos los días para seguir sobreviviendo en un país que los has olvidado y los ha relegado a vivir en la más indigna de las pobreza. Que este nuevo evento cultural organizado por el pueblo y para el pueblo, sirva para darnos cuenta que una patria mejor es posible y necesaria, y que el antorchismo nacional trabaja todos los días para que esto se convierta en una realidad.
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