La calidad de la educación en nuestro país en todos los niveles, particularmente en el nivel básico, deja mucho que desear, lo que lleva a que ocupe el lugar 102 de 137 países en el mundo, según el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) (eldiario.mx, 26/junio/2022). Esto no es de extrañar, pues es un reflejo de la importancia que se le da al problema educativo.
En la misma nota dice que “para salir de ese lugar, la organización ‘Misión Rescate México-educación’ se pronunció por conformar un Pacto Educativo por México y convocó a todos los actores de la educación para generar el modelo que México, niños, adolescentes y jóvenes se merecen”. “La organización se pronunció por un verdadero modelo educativo humanista con sentido trascendente, acorde a las necesidades del país y a los retos educativos por superar”. Al final de la nota apunta algo muy cierto, dice “finalmente, apuntó PISA que el universo de estudiantes enfrenta un sistema educativo que ha estado en un vaivén de acontecimientos que sin duda perjudican sus niveles de aprendizaje, de forma continua e integral”.
En San Luis Potosí pareciera que la solución que da el gobierno estatal a los problemas de rezago educativo y a las circunstancias que se presentan, esos vaivenes, como ahora la ola de calor, se limitarán a tomar medidas de la etapa que se adoptaron en los años de pandemia, como suspender clases, o modificar horarios, implementar modelos híbridos. La realidad es que el problema educativo es más complejo y requiere verdadero interés del Estado para sacarlo adelante. Medidas integrales y profundas que requieren la inyección de más recursos económicos que permitan llevar tales acciones.
Pues bien, ante la ola de calores que han azotado al país, aquí, en San Luis Potosí, el mandatario estatal ha propuesto modificar los horarios recortándolas en una hora. “Ante la severa ola de calor que vive San Luis Potosí, las escuelas de educación básica en el Estado recortarán su horario una hora, medida que se aplicará en los turnos matutino y vespertino, en lo que resta del ciclo escolar 2022-2023, ya que, por las condiciones climáticas, hay salones y aulas que se están calentando mucho y los niños están batallando…”. (El Sol de San Luis, 13/junio/2023).
Pero veamos otra nota periodística que nos informa que la solución no está en esas medidas simplistas e inmediatistas, ocasionados por esos “vaivenes”, sino que hay algo más de fondo. “Más de 60 escuelas se están cayendo en el Estado: SEGE”, dice el encabezado de la nota en el periódico El Heraldo de San Luis (11/junio2023). “El secretario de Educación del Gobierno del Estado, Juan Carlos Torres Cedillo, reveló que más de 60 escuelas del nivel básico de todo el estado se están cayendo, por causa de que tienen 50, 70 o más años de antigüedad, las cuales deben ser demolidas y construir nuevas”.
La realidad de las condiciones materiales de las instalaciones es lamentable: hay salones reducidos donde se hacinan los niños y jóvenes, sin ventilación suficiente, con mobiliario que no se ha renovado en muchos años, sin espacios donde el alumno pueda recrearse, sin techos en las explanadas para cubrirse de los rayos del sol, sin bebedores, y lo peor, sin agua; ¿Será entonces que la solución está en recortar una hora de clases?, ¿o, será necesario aplicar más recursos económicos a las escuelas para que tengan mejores condiciones? Juzgue usted amigo lector.
Se requiere cambiar el modelo económico vigente en nuestro país, de un modelo neoliberal, como el actual que aplica la 4T, que concentra la riqueza en unas cuantas manos a otro modelo humanista que la distribuya de manera más justa y equitativa.
En el terreno educativo, es urgente tomar acciones más integrales y de fondo para impulsarlo verdaderamente, y lograr con ello que la educación sea una poderosa palanca para el desarrollo que nuestro país requiere en lo económico y social.
Por lo que es necesario, aplicar importantes recursos económicos y humanos para mejorar las condiciones de las instalaciones de todas las escuelas, que contemple laboratorios, salas de cómputo, espacios para actividades recreativas, impulsar la preparación de alta calidad de los docentes, tener programas de estudio acordes a la realidad de México, y que impulsen su desarrollo con la formación de científicos e investigadores.
Los niños y jóvenes que hoy estudian su nivel básico serán los profesionistas del mañana. Pero no lograremos sacar del barranco a la educación de nuestro México con medidas superficiales. Así las cosas.
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