La educación es un derecho humano al que toda persona, independientemente de su edad, puede exigir. La Asamblea General de las Naciones Unidas, proclamó el 24 de enero como el día Internacional de la Educación, en celebración del papel que la educación desempeña en la paz y el desarrollo. Sin una educación de calidad, inclusiva, equitativa para todos y de oportunidades de aprendizaje a lo largo de toda la vida, los países no lograrán alcanzar la igualdad de género ni romper el ciclo de pobreza que deja rezagados a millones de niños, jóvenes y adultos. De igual manera la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (UNESCO) ha invitado a promover la educación como un derecho fundamental y como el instrumento más poderoso para el desarrollo.
El término educación proviene del latín "educere” que significa: sacar, extraer y "educare” que significa: formar, instruir. En un sentido más amplio, educación es entendida como el proceso por el cual se transmite el conocimiento, hábitos, costumbres y valores de una sociedad a la siguiente generación. La educación comprende también la asimilación y práctica de las normas de cortesía, delicadeza y civismo, por lo que, estos hábitos son calificados como signos de una buena educación. En un sentido técnico, la educación es el proceso sistemático de desarrollo de las facultades físicas, intelectuales y morales del ser humano, con el fin de integrarse mejor en la sociedad. La educación es un fenómeno universal y complejo de la vida social e indispensable para la continuidad de las culturas, esta puede abarcar diversidad de experiencias y modalidades, las cuales se pueden resumir en tres tipos: Informal, no formal y formal. Estos tres tipos son amplios ya que dentro de ellos se da todo el universo de modelos educativos, sea por sector, modalidad, área de conocimiento, etc.
Educación informal: se recibe a través de la familia o comunidad e implica la transmisión de hábitos de socialización, normas, valores, tradiciones, higiene, etc. Educación no formal: son todas aquellas iniciativas educativas sistemáticas que no conducen a título pero que permiten la capacitación en algún oficio o área del conocimiento (electricidad, carpintería, albañilería, formación artesanal y artística, etc. Educación formal: es la formación sistematizada y programática que se imparte en centros educativos con miras a desarrollar aptitudes (intelectuales, físicas, artísticas, motoras, etc.), y actitudes (responsabilidad, liderazgo, compañerismo, etc.) y que son necesarias para el desarrollo social. En la sociedad este tipo de educación es conducente a recibir algún diploma, certificado avalado por las autoridades competentes reconocidas por el Estado.
Después de este preámbulo veamos cuál es la situación en la que se encuentra México con respecto a este importante tema. En 1895 existían en nuestro país 6 millones de mexicanos mayores de 15 años que no sabían leer ni escribir. En la actualidad, 111 años después existen aún, (de acuerdo con datos del Inegi 2020) 4 millones 456 mil 431 personas en el mismo rango de edad que viven socialmente relegadas debido al analfabetismo y corresponde a las mujeres tener la mayor cantidad de iletradas con 2 millones 677 mil 192, mientras que 1 millón 779 mil 239 hombres no saben leer ni escribir. Es obvio que no es lo mismo un país con 12.6 millones de habitantes tres lustros antes de la Revolución Mexicana que uno con 126 millones (Inegi, 2020); sin embargo, por donde quiera que se le quiera ver, es innegable que, en más de un siglo sólo se ha logrado disminuir en analfabetos 1,543,569 personas.
Otro problema no menos importante en México y del cual no se aborda por las autoridades de este sexenio es el rezago educativo. Esta categoría designa la condición en que se encuentran las personas mayores de 15 años que no han concluido los estudios de educación secundaria. De acuerdo a las estadísticas del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (IVEA), al cierre del 2019, había un total de 28.6 millones de personas con esta condición, cifra que equivale al 30.6% respecto de los 93.31 millones de personas mayores de 15 años que se estima, había en nuestro país. Con los anteriores datos, podemos dimensionar el abandono en el que se encuentran millones de personas que, no cuentan con la educación formal concluida, con lo cual tendrán menores oportunidades desde el punto de vista laboral, así como el acceso a servicios culturales de calidad. Las entidades que registran el mayor rezago educativo son: Chiapas con un 47.3%, le sigue Oaxaca con 46%, luego Michoacán, 44.2%, Guerrero con 43.2%, Veracruz, 40.6%, Puebla, 38.2%, Yucatán, 33.9% y Guanajuato, 33.4%.
El problema no termina ahí debido a que, si consideramos que además de los analfabetos absolutos, existen los llamados funcionales, personas que cuando mucho lograron acreditar hasta el segundo año de educación primaria, con lo que, de acuerdo a lo vertido por algunos investigadores, argumentan que, de no alcanzar el equivalente al tercer grado de primaria, las capacidades de leer y escribir se pierden. De las 28.6 millones de personas en rezago educativo, existen 9.8 millones que no han terminado la primaria, es decir, el 34.26% del total, con lo que, la profundidad de la brecha educativa se hace más notoria entre la población.
No debemos pasar por alto los efectos de la emergencia sanitaria a causa de la covid-19 y la crisis económica. ¿Cuántos niños y adolescentes faltan por ser incluidos en las estadísticas por abandonar la educación básica a causa de estos factores? Es inaceptable para nuestro país continuar con estos indicadores, es necesario que las autoridades educativas morenistas se avoquen con empeño a reducir el analfabetismo y rezago educativo. Esto es posible, pero requiere de la comprensión del problema y la acción de un plan detallado, pero sobre todo tener la firme decisión de querer solucionar, así como destinar los recursos públicos que se requieren para logarlo, pero el gobierno encabezado por el licenciado Andrés Manuel López Obrador, en lugar de inyectar recurso a la educación se encargó de realizar recortes a la misma, haciendo que esta se debilite aún más, trayendo como consecuencia que nuestra juventud no cuente con las condiciones necesarias para que esta sea de calidad e incluyente. Al pueblo pobre, no nos queda otro camino que educarnos y organizarnos para de esta manera formar un frente común y no volver a elegir a funcionarios soberbios, negligentes y que solo están usando el poder para enriquecerse, así como lo están haciendo los funcionarios surgidos de Morena.
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Fuentes: www.inegi.org.mx es.unesco.org www.milenio.com www.mexicosocial.org www.significados.com
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