El pasado 23 de junio, en un comunicado conjunto, la UNICEF y el Banco Mundial, en colaboración con la UNESCO, informaron que el 80 por ciento de los alumnos de sexto grado en América Latina y el Caribe (ALC) no alcanzarán el mínimo conocimiento en comprensión lectora después del encierro ordenado por los gobiernos de cada país sin tener un plan claro para resarcir los estragos que esto ocasionaría.
El informe recalca que los resultados antes pandemia eran ya graves en la educación y que lo único que provocó la emergencia sanitaria fue mostrarlos tal cual eran y la tendencia registraban ya desde años atrás; los resultados malos del aprendizaje retrocedieron la educación en más de 10 años.
Dicho informe llamado “Dos años después: salvando a una generación” remarca que los alumnos perderán el aprendizaje y también reducirán en sus ingresos en un futuro cercano.
Los países de ALC fueron de los que mantuvieron el cierre de escuelas por más tiempo y de forma constante a nivel mundial, y al día de hoy no saben qué pasará en el siguiente ciclo escolar, ¿Cómo abatirán el problema? De tal manera que se enfrenta una crisis educativa sin precedentes, comprometiendo el desarrollo que necesita cada país para salir de la pobreza, profundizando aún más las desigualdades de las familias más pobres, porque fueron los niños más vulnerables los más afectados por estas pérdidas de aprendizaje.
“América Latina y el Caribe ya perdió más de diez años de avances en términos de aprendizaje a causa de los dos años de cierre de escuelas por covid-19. Y esta catástrofe educativa sigue en marcha, día tras día”, dijo Jean Gough, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. “Si bien la mayoría de las escuelas de la región ha reabierto, vemos que demasiados niños no han podido regresar a la escuela a tiempo completo, y muchos de los que han regresado están perdidos porque no saben qué hacer. En ambos casos no están aprendiendo. Cerrar los ojos ante la crisis educativa más severa jamás enfrentada por la región perjudicará a los jóvenes de hoy y a todos nosotros a largo plazo”.
Por otro lado, la pobreza en aprendizaje en términos comparativos, solo estamos por encima de la región de África Subsahariana que muestra una tasa más alta, con nueve de cada diez alumnos que no pueden leer y comprender un texto simple al final de la primaria.
¿Y en México que se está haciendo para apaliar el rezago? Nada, es urgente priorizar la recuperación y la transformación de los sistemas educativos garantizando su adecuado financiamiento para poder salir de esta crisis, sin embargo, la secretaria de educación Delfina Gómez está más preocupada por su próxima candidatura, el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador está pensando en cómo hacer campaña para remover la estatua de la libertad en Estados Unidos (EE. UU.); y para tapar el sol con un dedo la Secretaría de Educación Pública (SEP) ordena a los maestros de educación básica poner al menos 6 de calificación a todos los estudiantes de primaria y secundaria con los que se haya tenido contacto permanente o intermitente durante la pandemia, se ordena a los maestros que no deben reprobar a los alumnos aunque no sepan nada, esa es la política obradorista, cerrar los ojos y dejar que el mundo siga su curso aunque eso sea llevarnos al abismo.
Por eso, desde Antorcha Magisterial nos pronunciamos en contra de las políticas y exigimos que el Gobierno federal ponga en marcha un plan de recuperación del conocimiento perdido, que se ponga en primer plano el tema educativo y se defina de forma objetiva la inversión para salir de esta crisis, permitiendo reintegrar a niños y niñas que han abandonado la escuela, y por último valorar, capacitar y pagar lo justo a los docentes quienes estarán al frente de esta recuperación del aprendizaje.
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