Una vez más, el presidente López Obrador volvió a lanzar acusaciones falsas en contra de la organización social más grande y estructurada de México, el Movimiento Antorchista Nacional, al cual desde más de tres años ha acusado de todo: de recibir moches, tener prácticas huachicoleras e ingresos ilegales, etc., etc. Y lo ha seguido haciendo sin importarle que nunca, nadie, haya exhibido la más mínima prueba de que dirigentes antorchistas hayan incurrido en las ilícitas prácticas de las que se les acusa.
Por el contrario, el pasado 1 de septiembre y con motivo de su tercer informe de gobierno, la consultora política SPIN denunció que AMLO había hecho 61 mil 079 afirmaciones falsas o engañosas en 684 conferencias mañaneras que durante tres años realizó el presidente de la República. A esas más de 61 mil afirmaciones falsas y engañosas que el presidente hizo en las mañaneras, hay que sumar las que ha realizado en eventos masivos a los que ha acudido.
Al presidente le encantan las verdades a medias y los escándalos, y no le importa si lo que dice es falso o verdadero y tampoco le importa si sus mentiras se descubren, como lo hizo la consultora política SPIN. A él solo le interesa que sus afirmaciones sirvan plenamente para sus fines políticos: desacreditar a la gente u organizaciones que no coinciden con sus ideas, así lo han explicado y denunciado: medios de comunicación, periodistas (a los que denigra con el calificativo de prensa fifí, reporteros, intelectuales, maestros, científicos, padres de familia con hijos enfermos de cáncer, feministas, mujeres violentadas, etc., etc. O sea, para López Obrador está en su contra de todo aquel que no aplauda sus políticas y decisiones.
Desde antes de que Andrés Manuel López Obrador asumiera el cargo de presidente de México, inició una campaña nacional para desacreditar el trabajo de gestoría del Movimiento Antorchista Nacional. Dichas acusaciones cesaron cuando los militantes de esa organización se inconformaron en los eventos en que López Obrador. Desde entonces quedó claro que los militantes y simpatizantes de esa organización social están dispuestos a defender a su organización, y a sus líderes, de cualquier ataque o calumnia, incluso si ésta sale de boca del presidente.
Durante tres años López Obrador se ha empleado a fondo para desbaratar al Movimiento Antorchista Nacional con calumnias; sin embargo, ninguna de sus acusaciones ha prosperado ante la ley porque no hemos cometido delito alguno. Y tampoco han prosperado en el ánimo de los antorchistas, pues estos conocen bien en qué tipo de organización militan. Antorcha, pues, sigue más viva que nunca a pesar de los tropiezos electorales que recientemente sufrimos y eso lo prueban los miles de militantes que existen a lo largo y ancho del país, quienes reconocen el liderazgo honesto y visionario de sus dirigentes nacional y estatales.
Las acusaciones presidenciales reiniciaron y continuarán porque el presidente López Obrador, y la 4T, inició su campaña rumbo a las elecciones presidenciales de 2024. Uno de los ejes de dicha campaña es atacar a sus oponentes; y en eso, AMLO es maestro no solo por la perversidad con que inventa y lanza calumnias, sino porque tampoco se tienta el corazón para engañar y manipular a la gente para ponerla de su lado.
Los próximos tres años, López Obrador seguirá atacando y acusando sin pruebas, pero no podrá acabar con Antorcha no solo porque no podrá probar que es culpable de los delitos que le achaca. Es más, no descartamos que el poder presidencial intente, o lleve a la práctica, la fabricación de pruebas, pero los antorchistas nos mantendremos atentos ante cualquier acto de represión política y, en consecuencia, responderemos conforme a nuestros intereses convenga, aunque siempre lo haremos dentro del marco del derecho, como lo hemos hecho durante los 47 años en que hemos existido.
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