Saltillo, Coahuila. - Lejos y sin efecto alguno quedó la versión de “abrazos no balazos”, esgrimida por el promotor de la 4T y presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, después de que se han incrementado los feminicidios y los asesinatos de periodistas están a la orden del día, con 29 casos tan solo en lo que va de 2022, afirmó el dirigente de Antorcha en Coahuila, Pablo Pérez García.
Es una guerra sin cuartel, donde las bandas criminales parecen actuar con sobrada impunidad, enlutando miles y miles de hogares mexicanos, que no encuentran respaldo alguno de parte del gobierno emanado del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) donde parecen estar más preocupados por las contiendas electorales venideras, por la revocación de mandato y esas cuestiones, que por brindar protección a los ciudadanos.
Ser periodista en este país, representa un enorme peligro, independientemente de la sobrada indignación que esos crímenes de lesa humanidad han causado, no tan solo llenando de terror y de ira a los comunicadores sino a toda la sociedad mexicana, aunada la condena que por esos hechos han lanzado la Organización de las Naciones Unidas, la Unión Europea y las diversas asociaciones de ese gremio.
Las gráficas son solo números para el mandatario mexicano que sigue creyendo que su llamado de “abrazos no balazos” es suficiente para poner fin a esa ola de violencia en contra de sus mismos compatriotas, de todos los que han sufrido por ejercer la libre expresión, de todas las mujeres que han sido agredidas o asesinadas.
La organización Reporteros Sin Fronteras, refiere que el mismo gobierno federal reconoce que hay sobrada impunidad en los casos de asesinatos de comunicadores donde alrededor del 65% de agresiones provienen de funcionarios públicos, las demás de bandas criminales que pretenden acallar de esa manera el haber quedado al descubierto.
Recientemente asesinaron al periodista Enrique Ramírez Ramos en Sinaloa, mismo que era columnista del Debate de Culiacán y que habría colaborado con Elena Poniatowska y Carlos Monsiváis.
Cabe destacar que el periodista estaba bajo la protección de la Organización Internacional Artículo 19, porque decía que corría peligro después de que habían asesinado a cuatro personas relacionadas con él porque publicaba notas comprometedoras de la política sinaloense.
El presidente López Obrador, ha sido condenado por organizaciones internacionales después de que en sus acostumbradas conferencias de prensa llamadas “La Mañanera” ha utilizado el escarnio y los descalificativos a todos aquellos periodistas que no comulgan con su forma de gobernar.
Desde “fifís”, hasta indeseables, corruptos y demás, han salido dichos calificativos de labios del mandatario, fustigando así a quienes no comparten sus ideas de cuarta transformación, siendo esos llamados sumamente peligrosos para quienes ejercen la libre expresión en el país, poniendo en riesgo su vida constantemente en lugar de brindar garantías a quienes ejercen el periodismo.
Recordemos tan solo como dicho mandatario se ha referido a Carlos Loret: “Este señor Loret de Mola es un mercenario e hizo un escándalo porque cree que somos iguales y no, él sigue estando al servicio de la mafia del poder”.
Ahí están las pruebas de que el gobierno de la Cuarta Transformación ha fallado en proteger a sus compatriotas, nadie está inventando nada, los periodistas son asesinados y los feminicidios van en aumento, quedando su versión de “abrazos no balazos” como un mensaje desarticulado y fantasioso, que indigna y que por otro lado mantiene impunes a los responsables, que atenta contra los más elementales principios humanos y que debe recibir la condena unánime de los mexicanos.
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