Al ciudadano normal, aquel que trabaja y no se mete en problemas, ni en “chismes”, no le interesan los temas políticos, está aburrido y hasta molesto de escuchar discursos demagógicos. Su preocupación es como hacer rendir su, cada vez más pequeño, salario, el cual resulta ser la demostración de las mentiras de los políticos, incluido el presidente, que dice que el salario mínimo ha subido más que nunca; pero, alcanza menos que nunca. Han sabido disfrazar el cobro de impuestos, ya que no nos damos cuenta, ni nos preguntan, pero nos los cobran en todo; ya están incluidos en el precio de los productos que consumimos. Es más, dicen que ahora no se la perdonan a los empresarios. Pero, estos transfieren sus impuestos al consumidor, al subir el precio de sus productos, el pueblo termina pagando el impuesto de los empresarios. Nos están acostumbrando a no preocuparnos en el tema nacional del gasto de nuestros impuestos. A que cada quien resuelva como pueda sus necesidades. El pasado domingo 14 de este mes, aprobaron los diputados de morena el PEF 2022, por un monto de 7 billones 88 mil millones de pesos y que empezarán a gastarse el ya cercano 1ero de enero.
Dicen los diputados y el mismo presidente que: “no darán moches a los conservadores…” y que “por eso están enojados los partidos de oposición”. Así lo repiten los que aún creen en el presidente, tan solo porque lo dice él, aunque no tenga razón. Así no se resuelven las necesidades de los más pobres. Eliminaron el Ramo 23 para obra e infraestructura, eliminaron los fondos y fideicomisos entre ellos el FONDEN (Fondo Nacional Para Desastres Naturales), eliminaron el Seguro Popular, eliminaron guarderías y comedores comunitarios, etc. Los afectados fueron los ciudadanos que necesitaban de esos recursos porque los corruptos siguen libres o aún trabajan en el gobierno. No hay un solo castigado, solo chivos expiatorios. Este argumento seria valido, si el actual gobierno, sin moches, hiciera más y mejor obra que sus rivales políticos, pero no hacen nada, fuera de un aeropuerto (Santa Lucia), un tren (Maya) y una refinería (Dos Bocas), que no combaten la pobreza en México.
El ciudadano común, aquel que cumple con su jornada laboral y vive de un salario o de la venta informal en tianguis y bazares, observa el alza criminal de los precios de la canasta básica, del gas y la luz y ya se acostumbro al alto precio de la gasolina. El adulto mayor recibe por un lado un raquítico apoyo monetario y por el otro se lo quitan con los altos impuestos al pagar los altos precios de sus esenciales productos; mas tarda en recibirlo, que en gastarlo. Nadie dice nada, pero es el mismo gobierno que se lo quita. Y así los demás apoyos, se anulan bajo la inútil contemplación del gobierno.
Los diputados, políticos que son considerados innecesarios, porque nadie ve lo que hacen, son los encargados de legislar, es decir, de hacer las leyes y repartir el dinero; ellos aprueban como se ha de distribuir el gasto del gobierno. Abusando de que el pueblo los considera inútiles y no los observa, los diputados morenistas aprobaron un Presupuesto de Egresos que no atiende las necesidades y afecta seriamente la economía de los más pobres. Es necesario ver como les dio gusto a los diputados y al presidente su aprobación y más gusto les dio que de las observaciones que hizo la oposición, ninguna fue tomada en cuenta, pues morena es mayoría y lo demostró aprobando sin modificaciones la propuesta enviada por el presidente Andrés Manuel, a pesar de que acarreara más pobreza.
Veamos, el alza de los alimentos, entre ellos la tortilla, se debe precisamente a que el PEF no contempla ayuda al campo, y esto afecta a toda la nación, ya que si los campesinos no cultivan la tierra, no hay cosechas y entonces los terratenientes, los caciques o ahora los llamados empresarios o sector “agroexportador”, orgullo del presidente (escúchenlo), entran con sus productos a precios más altos. Por eso todo está más caro. Ejemplo, si vamos al mercado, vemos “jitomate de invernadero” y está más caro; pero, si vemos a un campesino en una banqueta le regateamos el precio; el campesino vende más barato, pero ya no hay campesinos, el gobierno está acabando con ellos. Eso no es todo, no solo el campo sale afectado, también en la colonia o en la ciudad, todos compramos alimentos y por tanto todo está más caro, porque desde el presupuesto a quien se apoya es al empresario, no al pequeño productor. Podríamos pensar que como la tortilla está más cara, ahora el pequeño agricultor gana más, pero no es cierto, el productor de maíz, está en la pobreza, quien se beneficia es el gran industrial, como MINSA O Maseca.
El actual gobierno manipula la información, engaña a todos los mexicanos, la carestía es resultado de la falta de apoyos al campo, no hay subsidio al fertilizante, no hay apoyo para maquinaria, no hay apoyo para investigación, no hay apoyo para creación de empresas rurales, por lo tanto no hay apoyo para organización campesina y no olvidemos que la revolución mexicana, “tierra y libertad”, como dijo Emiliano Zapata, fue un movimiento para que los campesinos trabajaran la tierra. Sin embargo, el presupuesto para el campo se ha reducido, en 2019 ya con Morena en el gobierno se ejercieron 73 mil millones de pesos y para 2022 aprobaron solamente 53 mil millones, es decir 27 % menos. Por lo tanto, hay que observar más de cerca a los políticos actuales, acostumbrados a decir: “por que antes no decías nada”, para distraer y seguir engañando al ciudadano común. Hay que desenmascararlos para no repetir el error, se hacen las víctimas del “PRIAN” y son peor.
De esta aprobación del presupuesto hay tres conclusiones. Primero; hacen un recorte al campo, porque no les interesa el sufrimiento de las familias campesinas, no les importa que no tengan para sembrar, no les importa que no tengan para comer. Segundo; Morena apoya cínicamente a los grandes empresarios, son maestros de la mentira. Si el campesino no siembra, simplemente no cosecha y si no cosecha no tiene nada que vender y entonces, el que tiene dinero, si siembra, si fertiliza, si cosecha y nos vende más caro y como tenemos que comer, les compramos aunque caro, es una forma de apretarle el cuello al campesino, de bloquearlo, para dejarle el camino libre al exitoso sector agroexportador. Y tercero, está en peligro la soberanía nacional, al no producir alimentos, no solo encarecen, ahora dependemos de alimentos provenientes de otros países, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) estimó que las importaciones de maíz a México crecerían 1.8% en la campaña comercial 2021/2022, frente al ciclo previo. Con ello, las importaciones de maíz a México ascenderían a 16.8 millones de toneladas. Nos tienen agarrados del pescuezo. Ante este panorama no es difícil pronosticar que la carestía ha de seguir mientras nos gobierne Morena y sus diputados sigan al servicio de los ricos de este país. La única alternativa es organizarnos en torno a un proyecto económico a favor de los pobres de México, ese proyecto lo encabeza el movimiento Antorchista Nacional. Organicémonos pues.
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