La Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) se creó el 1 de octubre de 2019 durante el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como parte de la Nueva Escuela Mexicana. Es una institución pública cuya misión es impulsar la mejora continua de la educación básica, media superior, inclusiva y de adultos para contribuir al desarrollo integral de niños y adolescentes, en sus diversos contextos sociales con un enfoque de inclusión y equidad, ofrece información sobre tres ámbitos prioritarios de evaluación: aprendizaje de estudiantes, práctica docente, condiciones y procesos escolares.
A pesar de que se cuenta con este tipo de programas la 4T anda a ciegas en el tema educativo, pues no existen diagnósticos de las afectaciones que la pandemia ha provocado en el aprendizaje de los estudiantes. Un estudio realizado por México Evalúa y el Tecnológico de Monterrey reveló que tras el cierre de escuelas provocado por la pandemia causada por la covid-19, México perdió año y medio en aprendizaje. Antes del cierre de escuelas, la deserción escolar era de 366,954 estudiantes de 2018 a 2021. El 8 por ciento de los jóvenes que terminaban la secundaria no continuaba su preparatoria. Este problema no fue ocasionado por la pandemia, en la administración de López Obrador se observó una caída en la matrícula de educación media superior a pesar de las Becas Benito Juárez. Los datos que arroja este estudio son desoladores y así nos está conduciendo la gestión de la 4T y se sigue mostrando indolencia ante la situación de emergencia que enfrenta la educación pública en México y no ha sido capaz de implementar un plan donde se atiendan las afectaciones del aprendizaje, deserción, rezago escolar, así como la enorme desigualdad y pobreza que afecta a los estudiantes del país; asimismo, no existe información que precise las afectaciones que la pandemia ha causado en la educación.
Debemos tener claro que no puede haber una transformación educativa seria si no se apoya en objetivos claros y precisos, mismos que se deben explicar a la sociedad sin falta, si en verdad se busca su asentimiento y apoyo decidido. Además, debe contar con un magisterio preparado y comprometido, así como los recursos suficientes para financiar una educación de calidad en todos los sentidos. Estos factores deben fusionar esfuerzos para construir una propuesta integral, profunda, capaz de poner en pie nuestro Sistema Educativo Nacional.
La prioridad en el discurso educativo de la 4T se ha centrado en el ámbito electoral pero, sobre todo, en el poder político. Simula que hace las cosas bien, pero está derrochando los recursos públicos en obras que no servirán a la población, quieren eternizarse en el poder por la vía de la compra de votos y toda marrullería electoral. Al tener su atención centrada en lo anteriormente escrito, ha originado que el problema educativo profundice al no haber ejecutado ningún plan de apoyo a los estudiantes pobres durante el periodo de pandemia, ni posterior a la misma, mucho menos acciones que contuvieran las pérdidas de aprendizaje, pero sobre todo no haberles importado eliminar programas de atención que ayudaban a estudiantes y sus familia.
Las malas decisiones educativas que Morena ha tomado durante los años que lleva en el poder muestran la poca importancia que tienen para ellos la educación de millones de niños y jóvenes de nuestro país.
Esta es una razón más por la que estudiantes y maestros debemos organizarnos y en conjunto exigir a las autoridades mexicanas aumenten el gasto en educación, implementen programas de becas donde se asigne recurso suficiente a todos los estudiantes del país y no solo a unos pocos, inviertan en infraestructura escolar, generen empleo bien remunerados para que los padres de los alumnos puedan dar una buena alimentación a sus hijos y de esta manera lograr reducir la deserción y rezago escolar, flagelos que afectan a millones de estudiantes.
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