MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

6 de junio, la oportunidad de liberarnos del morenismo

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El proceso de las elecciones 2021 en México arrancó oficialmente el 7 de septiembre pasado y el 23 de diciembre de 2020 iniciaron las precampañas. Las renovaciones en los estados serán en gubernaturas, congresos locales, ayuntamientos y juntas municipales. De acuerdo con el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, se renovará completamente la Cámara de Diputados; 15 gubernaturas; 30 congresos locales; mil 900 ayuntamientos y juntas municipales; se prevé la participación de 94 millones 800 mil ciudadanas y ciudadanos inscritos en el Padrón Electoral (5 millones más que en las elecciones de 2018), para lo que será necesaria la instalación de 161 mil casillas, la contratación de más de 50 mil Supervisores y Capacitadores Electorales y 1.5 millones de funcionarios de casillas. Es decir, el proceso electoral 2020-2021 que culmina el próximo 6 de junio es calificado como "el más grande” de su historia.

En mi opinión, este proceso electoral, aparte de ser el "más grande” de los últimos tiempos en términos cuantitativos, también es muy importantes cualitativamente, porque se presenta la oportunidad para los mexicanos de reivindicar a nuestro país, puesto que, en estos dos últimos años, las cosas han ido de mal en peor. La esperanza de millones de ciudadanos de tener mejores condiciones de vida con Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y Morena se han venido desvaneciendo. 

La llegada de López Obrador a la presidencia generó sentimientos de esperanza, entusiasmo y renovación en México. AMLO ganó la elección presidencial de 2018 con un amplio margen, en gran parte, por la frustración de los mexicanos con los gobiernos que lo precedieron. Además de la corrupción y el desarrollo desigual, se percibía ampliamente como fallida la estrategia punitiva de militarización para combatir el crimen organizado. Sin embargo, a dos años de gobierno de la autodenominada "Cuarta Transformación” (4T), es evidente su incapacidad para gobernar, no son capaces de realizar los cambios que los mexicanos necesitamos de manera urgente, tanto en el área económica y social como en la crítica cuestión de la violencia, crimen organizado y ni que decir de la crisis sanitaria generada por la covid-19.

AMLO, al llegar al poder, prometió un cambio de régimen, una "purificación” de la vida política, una transformación a la altura de las más grandes gestas históricas mexicanas. Y junto con ella, el fin de la corrupción y la muerte del "neoliberalismo” para dar paso a la anhelada igualdad, a niveles de vida aceptables para todos, un sistema de salud como el de Noruega o Dinamarca y una era de paz que pusiera fin a la pesadilla de inseguridad, violencia y muerte de las dos décadas anteriores. Y todo, en tiempo récord.

Esa era la promesa. La realidad, dos años después, es que no solo no se ha alcanzado lo prometido, sino que todos los indicadores muestran que, en los temas centrales de su programa, lo que hay es un retroceso: la corrupción cambió de protagonistas, ahora, los corruptos son de la 4T. Funcionarios de alto nivel del gobierno de López Obrador se han visto envuelto en escándalos por actos de corrupción a tal grado, de ser calificado como uno de los gobiernos más corruptos de los últimos años; la insatisfacción económica del neoliberalismo es ahora una profunda crisis. El Banco de México pronosticó que el país caería en el 2020 el triple que las economías emergentes (-8.9%) y este 2021 solo crecerá poco más de la mitad (3.3%) que las otras naciones de su tipo; la anhelada igualdad se topó con que el 2020 dejó por lo menos 12 millones de pobres más por el cierre de empresas al no poder subsistir por la emergencia sanitaria; el sistema de salud está peor que antes porque el gobierno decidió cambiar de golpe y sin transición adecuada la manera de organizar los hospitales públicos del país. Desapareció el Seguro Popular y dio paso al Instituto de Salud para el Bienestar. El resultado fue un desabasto de medicamentos y un repunte en las quejas por falta de atención médica. Después llegó la pandemia, con los resultados catastróficos que ya conocemos y, finalmente, para terminar este apretado resumen, la pesadilla de violencia alcanzó nuevos récords. Crecieron los feminicidios, los asaltos a mano armada, más muertos de manera violenta, de tal forma que, en dos años, el gobierno de AMLO acumula al menos 70,000 homicidios. 

Por eso, las próximas elecciones del 6 de junio, son importantes cuantitativa y cualitativamente porque nos dan la oportunidad de luchar de manera democrática, en las urnas para quitarnos el yugo que nos mantiene atados al fallido gobierno de López Obrador, que como la realidad lo ha evidenciado, está llevando a nuestro país a un callejón sin salida.  Solo que para lograr quitar a este fallido gobierno que hoy tenemos, es necesario la unidad de todas las fuerzas progresistas de nuestro país, y en esa unidad, es indispensable que se tome en cuenta al pueblo organizado, que se le dé el lugar que le corresponde en esta lucha por mejorar las condiciones de nuestro país, de otra manera, la coyuntura política que hoy se presenta se irá al bote de la basura. Que conste.

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