El Presupuesto de Egresos del Estado (PEE) de Quintana Roo para el ejercicio fiscal 2020, supera los 35 mil millones de pesos, y contempla su gasto apegado a "principios de eficiencia, eficacia, economía, transparencia y honradez para garantizar elevar los niveles de calidad de vida en la población mediante la asignación de los recursos a los proyectos, programas o acciones de alto impacto y beneficio social que incidan en el desarrollo económico y social".Pero su aplicación y gasto está, sin duda, en la opacidad.
A pesar de lo cuantioso del recurso para ejercer en la entidad, el gobierno que encabeza el contador público Carlos Joaquín González ha sido incapaz, no ha podido o no ha querido, disminuir la brecha de la pobreza que lacera a miles de obreros y campesinos, tanto del ámbito urbano como en el rural; hay pobres en las ciudades y en el campo, y del dinero para abatir esa pobreza no se percibe su correcta aplicación, es más no se sabe si en verdad se está aplicando como lo acordaron los legisladores del Congreso del Estado.
A pesar de que el PEE prevé erogaciones para el Ramo General de Inversión Pública por poco más de dos mil 215 millones pesos, no hay obras en las colonias populares, asentamientos y poblados de la entidad, pues estas carecen de servicios públicos básicos como agua potable, calles pavimentadas, electrificación, entre otras que dignifican y son de beneficio social.
Para la ciudadanía, especialmente para quienes padecen el abandono de las acciones de gobierno, es una incógnita cómo se están gastando el dinero de los impuestos de los quintanarroenses.Por otro lado, de las pocas obras que se han realizado, se ignora el proceso de contratación de las empresas, lo más seguro es que la asignación de la mayoría de ellas sea de manera directa (como lo hace el Gobierno de la República), para los amigos o los más cercanos colaboradores, o para los empresarios a fin al gobierno en turno.
Hiere que mientras en la entidad hay un alto índice de desempleo, de pobreza alimentaria, de carencias de atención médica y de medicamentos, que la gente esté padeciendo hambre como consecuencia de la grave crisis económica que generó la pandemia de la covid-19, el Despacho del gobernador del estado se esté gastando sus 219 millones 378 mil pesos en acciones sin especificar, aunque, bien mirado, pudiera ser que su destino final sea los bolsillos de los funcionarios.
A los funcionarios de alto nivel del Gobierno del estado poco les importa, las carencias y necesidades de los quintanarroenses, del hambre y la enfermedad que enfrentan miles de personas, pero sí el manejo de su imagen pública de los "logros", aun cuando no hay resultados fehacientes en este gobierno, y para ello dilapidan, a través de la Coordinación General de Comunicación del Gobierno del estado de Quintana Roo, la cantidad de 153 millones 475 mil pesos.
Quintana Roo representa la antítesis de los principios de responsabilidad hacendaria, al registrar un alto endeudamiento sin clara justificación en la utilización de los recursos y su incremento sustancial durante el último sexenio, además de la deuda de corto plazo, que contraviene el correcto manejo de los recursos públicos, que ha convertido a la entidad en la segunda en el país con mayor deuda per cápita, una carga muy pesada para los ciudadanos, especialmente para aquellos que viven en pobreza y en pobreza extrema, pues ellos pagarán, no con dinero pero sí con la ausencia de obras y beneficios sociales, la incapacidad de un gobierno que prefirió endeudar a la entidad para lucimiento político y personal.
Es así que el Presupuesto asignado en el Ramo General de Deuda Pública aplica la cantidad de cuatro mil 248 millones de pesos, dinero que desconocemos sí verdaderamente se utiliza para el pago de esas obligaciones financieras pero que bien pudieron utilizarse para abatir el rezago social de la entidad.
Y pudiéramos tachar como insólito que siendo Quintana Roo una de las entidades, si no es que la primera, que más ingresos tiene por la actividad turística, tenga esas cifras de endeudamiento que frena, sin duda, su desarrollo y que confirma que las políticas administrativas y de inversión de sus gobernantes ha sido equivocada; pero también deja en claro que no hay los mecanismos adecuados para impedir la continua necedad de seguir adquiriendo deuda pública toda vez que obedece al interés de beneficio personal de los políticos y no al interés de resolver las necesidades de la entidad.
A pesar de que el Gobierno del estado de Quintana Roo ha contraído deudas por más de 23 mil 403 millones de pesos que presuntamente se han invertido en diversas obras para beneficio de la ciudadanía, es una realidad inocultable que no se ven trabajos que justifiquen ese endeudamiento millonario, mucho menos que se hayan implementado programas que beneficien a los que menos tienen que son alrededor de 575 mil 568 personas viven en pobreza y 60 mil 314 en pobreza extrema.
Por ello urge que el gobernador del estado, Carlos Joaquín González, revise lo que se ha estado haciendo mal y que reitere su ofrecimiento de gobernar para todos, se debe preocupar que el bienestar llegue al más necesitado.De otra manera el pueblo organizado saldrá a las calles a manifestar su inconformidad y a exigir a las autoridades, solución a sus demandas.Vale.
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