“El prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila, dice un refrán” y el gobierno de la república ha prometido mucho, pero ha dado muy poco. Han transcurrido en México tres años gobernados por los políticos de Morena, tiempo suficiente para demostrar con hechos reales y no sólo con discursos, la tan prometida transformación, mejorando los problemas más sentidos de los mexicanos, principalmente la economía, salud, empleo, educación, seguridad pública, etcétera.
Y ¿cómo percibe la población la seguridad en el lugar donde vive? ¿Qué tan seguros se sienten los ciudadanos, camino a su trabajo, a la escuela o al realizar sus compras en el supermercado? El sentimiento es de temor de que lo asalten en la calle o en el transporte público.
No son desestimables los datos proporcionados por el presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, José Antonio Ortega, al señalar que México se ha convertido en el epicentro de la violencia mundial, ya que seis de las ciudades más violentas del mundo están en México al registrar más homicidios por cada 100 mil habitantes: Celaya, Tijuana, Ciudad Juárez, Ciudad Obregón, Irapuato y Ensenada. Además, México se sitúa en el lugar 18, con ciudades de más de 300 mil habitantes que entierran más ciudadanos por homicidios dolosos. Por esta razón la calificación es reprobatoria para el partido gobernante.
El presidente López Obrador abusando del poder que le otorga su envestidura presidencial, orienta la atención de la opinión pública en frioleras deslucidas e insignificantes, como las rifas del avión presidencial o de los bienes incautados al narcotráfico, (sin entregar cuentas claras de ello) son promovidas y encabezadas por él mismo, con la clara intención de opacar lo que acontece con uno de los sectores más vulnerable sensibles y desprotegidos del país; los niños y adolescentes que por su vulnerabilidad y condición de menores de edad son víctimas propicias e indefensas.
El presidente guarda silencio cuando se refiere al tema, lo cataloga en términos bastantes negativos, llamando a los niños que le exigen respeto a sus derechos a través de sus padres “escudo de sus adversarios”. Muy lejos está la intención del gobierno de aprovechar las investigaciones e informes proporcionados por organismos e instituciones académicas para corregir el rumbo del sector infantil.
Según el informe proporcionado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) conformada por 63 organizaciones de la sociedad civil que se desarrolla a favor de niñas, niños y adolescentes que opera en 16 estados del país, 4.6 menores de edad desaparecen todos los días. En el seminario “Infancia y Desapariciones”, organizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, Tania Ramírez, directora de la red, informó que “el 40% de los casos ocurren en los estados de Tamaulipas, Jalisco y Estado de México, y la cifra de casos pasó de 276 desapariciones en niños de 12 años a 1,576 en adolescentes de 16 años, es decir que cada cinco horas desaparece un niño en México”.
Por todo esto, el resultado negativo del gobierno morenista que encabeza López Obrador es claro, y si insiste en la revocación de mandato, que tiene programado en 2022, para que los mexicanos decidan si continúa al frente de la presidencia o se va, la respuesta lógica y consecuente es: ¡se va!
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