El Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024 (PND), que fue entregado por la administración del presidente López Obrador el 30 de abril de 2019 al Congreso de la Unión para su aprobación, y que fue publicado el 12 de julio del mismo año en el Diario Oficial de la Federación, precisa los objetivos nacionales, estrategias y prioridades del desarrollo integral y sostenible del país; fundamentó la elaboración de los programas sectoriales, institucionales, regionales y especiales que regirían la actuación del gobierno actual, e incluyó el Programa Nacional Hídrico 2020-2024 (PNH).
En el PNH se señala que la política hídrica responde de manera directa a los principios rectores del PND: “Por el bien de todos, primero los pobres”; “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera” y “Honradez y honestidad”, los cuales quedaron olvidados en los hechos.
Los procesos de formulación, aprobación y ejecución del PNH tienen como fundamento normativo, entre otros, el Artículo 4° de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, que en su párrafo sexto establece que: “Toda persona tiene derecho al acceso, disposición y saneamiento de agua para consumo personal y doméstico en forma suficiente, salubre, aceptable y asequible. El Estado garantizará este derecho y la ley definirá las bases, apoyos y modalidades para el acceso y uso equitativo y sustentable de los recursos hídricos, estableciendo la participación de la Federación, las entidades federativas y los municipios, así como la participación de la ciudadanía para la consecución de dichos fines”.
El PNH, en su punto número 6, describe la problemática hídrica que hasta el 2019 existía y sigue existiendo en el país, sólo que más aguda. Entre otros problemas, planteó que a nivel nacional sólo el 58 % de la población tiene agua diariamente en su domicilio y cuenta con saneamiento básico mejorado, que en el medio urbano alcanza el 64 % y en el medio rural el 39 %.
Asimismo, detalla que hay 14 estados con un rezago mayor, en los que el porcentaje de población que cuenta con agua todos los días y saneamiento básico mejorado está entre el 10 y el 50 %. También, que según el Censo de Captación, Tratamiento y Suministro de Agua del Inegi 2013, el 60 % del volumen de agua que se inyecta a las redes se pierde en fugas, y que en cuanto al acceso universal del agua, existen graves problemas en escuelas, centros de salud, entornos rurales y periferias urbanas.
Existe también el problema del insuficiente tratamiento de aguas residuales municipales, industriales, agrícolas, lixiviados de rellenos sanitarios, etcétera, pues al 2018 había 819 plantas abandonadas o sin operar, que representaban el 24 % de las existentes en el país.
Por otro lado, el PNH plantea que para lograr el acceso universal al agua en México, se requiere que el sector realice inversiones casi iguales a las que se realizaban en la segunda mitad del siglo pasado, época en la que se destinaba entre el 10 y 14 % del presupuesto federal, que contrasta radicalmente con el 0.69 % que el gobierno de la Cuarta Transformación propone destinar en 2024 a este gran problema nacional.
El Plan Nacional Hídrico quedó en letra muerta, como muchos compromisos que López Obrador hizo pensando de antemano en no cumplir
La Secretaria de Hacienda y Crédito Público, dentro del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) 2024, envió una propuesta para que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ejerza el próximo año 62 mil 600 millones de pesos, que en relación con los 68 mil 400 millones del presupuesto que se está ejerciendo en 2023, sufrirá una disminución de 5 mil 800 millones de pesos.
Esta ha sido la tónica de la administración morenista en sus cinco años de gobierno, y el próximo no es la excepción. En 2019 destinó a este rubro sólo 28 mil 200 millones, el 0.48 % del PEF; en 2020, 26 mil 300 millones, el 0.43 %; en 2021, 26 mil 600 millones, el 0.43 %; en 2022, 33 mil 900 millones, el 0.47 %; en 2023, 68 mil 400 millones de pesos, el 0.82 %.
La propuesta para el próximo ejercicio apenas rebasa con 900 millones lo invertido en 2012, que fue de 62 mil millones. El monto total que López Obrador ha destinado durante todo el sexenio a resolver los problemas hídricos del país son apenas 245 mil 800 millones, que representan 0.57% del total del presupuesto ejercido durante su mandato.
A la luz de estos datos duros, es claro para quien quiera ver que el Plan Nacional Hídrico quedó en letra muerta, como muchos compromisos que López Obrador hizo pensando de antemano en no cumplir, porque su política de entrega de dinero contante y sonante combinada con el discurso de una imaginaria transformación social le retribuye mejores resultados electorales, necesarios para mantener el poder presidencial, que es su verdadero propósito a costa de frenar el desarrollo del país.
La realidad tarde o temprano pondrá de manifiesto y a la vista de todos los ciudadanos la esencia neoliberal de la política morenista. Mientras tanto, convencido estoy de que lo correcto es perseverar en la tarea esencial de organización y politización de los mexicanos más desposeídos, como herramientas indispensables para el cambio de clase en el poder, que es, desde hace décadas, lo que nuestra patria requiere.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario