Hasta el día de hoy, la ley suprema de nuestro país sigue siendo la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos; esta, nuestra Carta Magna, a la que se subordinan todas las demás leyes secundarias que rigen en todas las entidades de nuestra nación; nadie, ni ley, ni funcionario, ni el mismísimo presidente de la República están por encima de nuestra Constitución; por lo tanto, todos los poderes deben respetarla y hacer válidos las garantías constitucionales y los derechos de los mexicanos consagrados en ella.
Dentro de estos derechos, como sabemos, se encuentran el de libre credo, de organización, de petición y de manifestación pública y el de inconformarse ante un acto de autoridad; asimismo, al trabajo, a la salud, a la educación laica y gratuita, a contar con una vivienda digna, etcétera.
Así que, los antorchistas hidalguenses, como los de todo el país, nos acogemos a la máxima ley de los mexicanos en todo momento, para respetarla y para exigir que sean respetados nuestros derechos de organización, petición y de atención y solución a las peticiones que, también, por ley, son derechos que la autoridad debe atender y resolver, independientemente de filias o fobias; independientemente de ideologías o religión.
Es cierto, y los antorchistas lo hemos vivido en carne propia, que en muchas ocasiones se violenta la ley por parte de los gobernantes al considerar erróneamente que “ellos no están para resolver todo”, y menos para atender o resolver a quienes consideran que no comulgan con su partido; pero esta posición, insisto, es violatoria de la ley.
Por lo tanto, tenemos el derecho, al menos de preguntarnos, en el caso de Hidalgo, si el actual ¿es un gobierno para todos? La interrogante es válida en vista de que, desde el inicio de la actual administración que encabeza el licenciado Julio Menchaca Salazar, y que está a días de cumplir un año, miles de hidalguenses, organizados en las filas del Movimiento Antorchista hemos solicitado e insistido en ser atendidos por el mandatario, sin encontrar eco a nuestra solicitud de audiencia, ni atención y solución a las demandas planteadas en el pliego petitorio 2023.
Los antorchistas hidalguenses, como los de todo el país, nos acogemos a la máxima ley de los mexicanos en todo momento, para respetarla y para exigir que sean respetados nuestros derechos de organización, petición y de atención y solución a las peticiones que, también, por ley, son derechos que la autoridad debe atender y resolver, independientemente de filias o fobias; independientemente de ideologías o religión.
Antorcha representa a una parte importante de hidalguenses: jóvenes estudiantes, deportistas, maestros, trabajadores del volante, campesinos, obreros y amas de casa, que están dispuestos a colaborar y buscar los mecanismos para encontrar solución a sus demandas y contribuir al desarrollo y progreso de Hidalgo, sobre todo de los sectores más marginados; pero para ello, solicitamos ser atendidos y que sean respetados nuestros derechos de organización, petición y audiencia. Ningún gobierno puede llamarse democrático si en los hechos conculca los derechos ciudadanos y se arroga todo el poder de decisión, aun en contra de la voluntad popular e incluso en su perjuicio.
La actitud de los anteriores gobernantes en Hidalgo (sobre todo del último gobernador), insensible y ajena a los intereses del pueblo trabajador, ha tenido postrados a los hidalguenses en la pobreza y la marginación; a pesar de las cifras del Coneval, podemos asegurar que en Hidalgo aumentó la pobreza y que la inmensa mayoría carece de servicios de salud y de infraestructura carretera, así como de escuelas en buenas condiciones, etcétera.
Estas carencias nunca fueron prioridad para dichos gobiernos, y sinceramente esperamos que sí lo sean para la actual administración del licenciado Julio Menchaca. Que su actuar sea apegado a derecho y se gobierne para todos los hidalguenses; Hidalgo necesita un gobierno que concilie todas las fuerzas y voluntades en un mismo derrotero, con un mismo propósito: combatir la marginación y la pobreza, y, para ello, se deben generar todas las condiciones, empezando ciertamente por fuentes de empleo bien remunerado y apoyando a todos los sectores.
Por lo pronto, los antorchistas seguiremos insistiendo en atención y solución, pues tenemos la firme voluntad de encontrar eco a demandas tan añejas, pero que siguen siendo prioritarias para nuestros compañeros.
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