El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, acudió a un evento en Ocoyucan, un municipio de Puebla donde gobierna un militante del Movimiento Antorchista y ahí, junto con la candidata del mismo partido para la presidencia municipal, Violeta Becerril, llamó a los pobladores a que saquen a Antorcha del municipio y, muy directo, gritó: “[Morena] ya ha sacado a Antorcha de la corrupción de otros lugares del país”, como en el Estado de México. En concreto, se refiere a la compra masiva de votos en Chimalhuacán, durante las elecciones de 2021.
Es interesante el comparativo que Mario Delgado quiere hacer y me gustaría que los ocoyuquenses, que son muy inteligentes, hagan el ejercicio conmigo: ¿cómo gobernó Antorcha Chimalhuacán durante 21 años y cómo descompuso todo eso el gobierno de Morena que llegó después? Esta comparación nos dirá si hay que hacerle caso a Mario Delgado y a Violeta Becerril o hay que mandarlos a volar.
En 2021, debido a la compra masiva de votos y las amenazas a quienes no votaran por el partido de López Obrador, Morena se quedó con la presidencia municipal de Chimalhuacán.
En el año 2000, Antorcha ganó por primera vez la presidencia de Chimalhuacán, un municipio del oriente del Estado de México que, en ese entonces, no tenía calles pavimentadas, no tenía escuelas de nivel superior o universidades, ni camiones recolectores de basura; se inundaba con cada aguacero porque el sistema de drenaje no servía; la delincuencia y los asesinatos eran constantes; no había Policía municipal, no había empleos, el analfabetismo era grande, no había parques, ni teatros, ni unidades deportivas y el servicio de energía eléctrica, de agua potable y de drenaje era una excepción de la que sólo disfrutaban los vecinos del centro.
En la avenida principal de Chimalhuacán se tiraba el escombro, la basura y los animales muertos. Era una ciudad muy deteriorada. Chimalhuacán estaba “gobernado” por caciques poderosos e ignorantes.
Cuando Antorcha llegó a gobernar, durante 21 años, se comenzó a pavimentar una calle por día, lo cual es un récord para cualquier administración; se modernizaron las avenidas principales con pavimento de concreto, con lámparas modernas para iluminar muy bien las avenidas, camellones con jardines verdes y estatuas realizadas por los canteros de Chimal; se construyeron más escuelas primarias, secundarias, bachilleratos, un campus de la UNAM, y se construyeron Escuelas Normales; se compraron decenas de camiones modernos para recolectar basura; se perforó un sistema de drenaje profundo que evitó que Chimalhuacán se volviera a inundar debido a las lluvias.
Asimismo, se redujo la carencia de servicios básicos de la población que en el 2000 era superior al 30 %, hasta que en 2020 logramos que fuera sólo de 1.7 % (es decir, casi todos los habitantes tenían ya todos los servicios básicos).
Se construyeron 32 pozos de agua potable y se modernizó la policía, convirtiéndola en una de las más eficaces del país (con modernas patrullas y camionetas); se construyeron recintos de entrenamiento y vigilancia para disminuir, al mínimo, la delincuencia.
El municipio se hacía cargo de la salud de la gente a través de los centros de desarrollo comunitario, la farmacia municipal y el Centro de Rehabilitación e Integración Social, que daba atención a los discapacitados.
A todos los enfermos de covid se les dio tratamiento gratuito y a decenas de miles se les salvó la vida. En el año 2000 el analfabetismo era de 6.2 % de la población y para el año 2009 logramos levantar bandera blanca gracias a la reducción debido a los programas de enseñanza que aprendimos de los cubanos.
Se construyeron grandes teatros, como el Teatro Acolmixtli Netzahualcóyotl, y varios otros recintos modernos para presentar puestas en escena, programas de baile folclórico y orquestas.
También se construyeron muchas casas de la cultura y unidades deportivas de alta gama, donde entrenaron algunos deportistas ganadores de los Juegos Panamericanos, competencias mundiales de Taekwondo o el marchista y medallista olímpico Noé Hernández.
La feria del municipio, que antes era pequeña y con mucha delincuencia, se convirtió en una gran fiesta popular gratuita. Además, por grandes luchas, se logró construir el Metrobús del municipio, mejorando sustancialmente el transporte de los trabajadores.
Chimalhuacán se transformó radicalmente gracias al trabajo de Antorcha y de los presidentes emanados de nuestra organización. Por si fuera poco, se construyó la estatua más alta de Latinoamérica, llamada “El Guerrero Chimalli”, por parte del escultor mexicano Sebastián.
Pero en el año 2021, debido a la compra masiva de votos y las amenazas que pesaron sobre quienes no votaran por el partido de López Obrador, Morena se quedó con la presidencia municipal.
En tres años, todo lo destruyeron: se frenó la construcción de obras públicas, la gente se quedó sin agua potable, se colapsó el servicio de basura, se dejó que las escuelas se deterioraran y una larga lista de cosas que se dejaron de hacer.
Morena logró que la gente viviera con miedo gracias a que han entrado al municipio cárteles de la droga y bandas delincuenciales: se desbarató por completo a la Policía; ahora el 87.7 % de la gente escucha sobre robos y asaltos; el 62.6 % sobre consumo de drogas, el 76.1 % sobre disparos con armas de fuego y, concluye la encuesta del Inegi, el 81.1 % dice que el municipio es inseguro.
La prensa ha reportado que, hasta en fiestas para niños, han entrado los sicarios a ejecutar matanzas, en las que los niños salen heridos o mueren. Ese es el Chimalhuacán gobernado por Morena.
Los chimalhuacanos creyeron en la “Cuarta Transformación” de Morena y ahora se arrepienten de haber votado por ellos. A Mario Delgado y a Violeta Becerril eso les responde la realidad: Morena es un desastre en el Gobierno.
A la gente de Ocoyucan, de las juntas auxiliares y de Angelópolis, les decimos: recuerden cómo nos fue a todos con el gobierno de Morena y Miguel Barbosa.
Recuerden que todo se hizo mal y que a todos nos fue mal. La duda es: ¿eso es lo que queremos para Ocoyucan? ¡Espero que no!
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