MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

POESÍAS

Poesía

Tercetos

Olavo Bilac
Declama: Pedro Zapata Baqueiro

De noche aún, cuando ella me pedía,
entre dos grandes besos, que me fuera,
yo, con llanto en los ojos, la decía:

la aurora tarda en despertar, espera,
tu alcoba es un nidal de olor divino,
¡qué oscuridad, en cambio, hay allá afuera!

¿Oyes? El viento, ¡temporal deshecho!
¡No me hagas arrostrar las tempestades!
¡No me exilies del valle de tu lecho!,

moriré de aflicciones y saudades.
Espera hasta que el día resplandezca
y acógeme en tus gratas soledades,

sobre tu cuello deja que adormezca
mi frente, que hace poco reposaba,
¡espera un poco, deja que amanezca!
Ella abría los brazos, yo quedaba.

II

Ya de mañana, si ella me pedía
que de su claro cuerpo me apartase,
yo, con llanto en los ojos, la decía:

¡no puede ser! ¿No ves que el día nace?
La aurora nubes corta en fuego y grana,
¿qué diría de ti quien me encontrase?

¡Ah no digas que esto es cosa vana!
¿Qué dirían, al verme apresurado,
huir de tu puerta en hora tan temprana,
viéndome exhausto, lívido, cansado
y todo, en el aroma de tu beso,
escandalosamente perfumado?

Querida, Amor no excusa nunca eso,
espera hasta que el sol desaparezca;
besa mi boca, besa con exceso,
sobre tu cuello deja que adormezca
mi frente, que hace poco reposaba
espera un poco deja que anochezca…
Ella abría los brazos, yo quedaba.



Musicalización: Ludwig van Beethoven
Sonata N° 9, Kreutzer, para violín y piano