Hermano Sol, cuando te plazca, vamos
a colocar la tarde cuando quieras.
Tiene la milpa edad para que hicieras
con puñados de luz sonoros tramos.
Si en la última piedra nos sentamos
verás cómo caminan las hileras
y las hormigas de tu luz raseras
moverán prodigiosos miligramos.
Se fue haciendo la tarde con las flores
silvestres. Y unos cuantos resplandores
sacaron de la luz el tiempo oscuro
que acomodó el silencio; con las manos
encendimos la estrella y como hermanos
caminamos detrás de un hondo muro.