El término enfermedad proviene del Latín Infirmitas que significa falto de firmeza. Una enfermedad es considerada como cualquier estado donde haya un deterioro de la salud del organismo humano. Todas las enfermedades implican un debilitamiento del sistema natural de defensa del organismo o de aquellas que regulan el medio interno. Incluso cuando la causa se desconoce, casi siempre se puede explicar una enfermedad en términos de los procesos fisiológicos o mentales que se alteran. Se la puede considerar desde dos acepciones: una subjetiva que es el malestar, sentirse mal con diferente intensidad, y otra objetiva, que es la que afecta la capacidad de funcionar (limitación del funcionamiento corporal en diferentes grados).
La humanidad empieza a enfermarse casi desde sus orígenes, pues debido a que sobrevivían con lo que recolectaban y cazaban, la gente tenía parásitos (Anne Hardy, profesora de historia de la medicina en Wellcome Trust Centrede la Universidad de Londres). Es muy probable que las enfermedades como las conocemos se hayan originado en animales que vivían en manadas en el pasado, los expertos estiman que algunas enfermedades de zonas templadas, probablemente fueron transmitidas de animales a los humanos cuando estos empezaron a domesticarlos y entraron en contacto con sus afecciones, entre ellas la tuberculosis, la tos ferina y la viruela. Durante milenios las enfermedades fueron entendidas como actos divinos, una fuerza de la naturaleza que podía devastar imperios y aniquilar grupos enteros de población. Fue hasta 1859, gracias a los trabajos de Louis Pasteur quien de manera científica refutó estos mitos y creencias religiosas.
Una de las primeras enfermedades que atacó a la humanidad y que es ocasionada por un virus fue la viruela, este padecimiento es ocasionado por el virus Variola que pertenece al género de los Orthopoxvirus. El término viruela proviene del latín varius (variado o moteado), y se refiere a los abultamientos que aparecían en la cara o en el cuerpo de una persona infectada. La viruela es una enfermedad contagiosa, es decir el virus que lo provoca se podía contagiar a otras personas. La forma en que se propagaba era a través del contacto con las llagas que origina, ropa de cama, de vestir del enfermo o de diminutas gotas de saliva de una persona infectada que emitía al toser, hablar o estornudar, de igual manera se contagiaba cuando la persona infectada interactuaba cara a cara con otra persona. La infección provocaba gran mortandad y los sobrevivientes quedaban marcados de por vida. Se cree que la viruela se originó en la India o en Egipto hace 3,000 años. Las pruebas de esa enfermedad datan del faraón egipcio Ramsés V, quien murió en 1157 a.C., sus restos momificados muestran marcas de viruela en la piel. La enfermedad se extendió por las rutas de comercio en Asia, áfrica y Europa, llegando finalmente al continente Americano en el siglo XVI, después de la llegada del virus con los españoles a territorio azteca, los indígenas no tenían ninguna inmunidad natural, por lo que más de tres millones de nativos perecieron a la enfermedad, gravemente debilitados los aztecas fueron vencidos fácilmente. La viruela también eliminó gran parte de la población Inca del Oeste de Sudamérica. La batalla contra la viruela inició hace dos mil años en Asia con una técnica conocida como "variolización" y consistía en infectar deliberadamente a la persona, soplaban por la nariz costras trituradas de viruela o bien le ponían a los sanos ropa de enfermos impregnada con pus, los que recibían este tratamiento y lograban salir bien, contraían un tipo más benévolo de viruela y desarrollaban inmunidad de por vida, pero muchos murieron en el intento.
Eduard Jenner, médico inglés al que se le debe el descubrimiento de la vacuna contra la viruela y que fue la primera en eficacia y confiabilidad en la historia médica. Jenner se percató de que una variante de la enfermedad, la viruela de las vacas, padecimiento que se manifiesta en forma de llagas en la ubre de estos vacunos y que se transmite a los ordeñadores al tener contacto con las ubres infectadas, pero que no es grave y nadie moría al estar infectado, también ejercía el mismo efecto inmunitario con respecto a la viruela convencional en las personas que la habían contraído por lo que, empezó a experimentar con animales y en 1796 experimentó con su primer paciente humano, extrajo materia infectada de la mano de una ordeñadora afectada por la viruela de los bovinos y la inoculó en un niño sano de 8 años, en pocos días el infante mostró fiebre y pequeñas lesiones, el niño se recuperó y dos meses después, Jenner inoculó nuevamente al niño pero esta vez con el virus de la viruela y la enfermedad no llegó a manifestarse. En 1797 presentó el estudio ante la Royal Society, describiendo su experimento. Jenner no podía explicar la razón por la que el método era efectivo pues aún no se podían ver los virus con los microscopios de la época y le solicitaron más pruebas. Jenner experimentó con más niños incluyendo a su propio hijo de 11 meses. En 1798 publicó su investigación en la que usó el término "vacuna", del latín "vacca" (vaca). Lo que esto acarreó no fue gloria sino burlas, sus críticos especialmente el clero, declaró que era repugnante e impío inocular a alguien con material de un animal enfermo, sin embargo, las ventajas obvias de la vacuna y la protección que daba se impuso, por lo que la práctica se generalizó. La viruela permaneció muchos años después de la muerte de Jenner y lo que él inició fue mejorado por científicos como Louis Pasteur. El principio de la vacuna de Eduard Jenner es el mismo hoy en día, aunque el método es más simple y efectivo. Este descubrimiento fue clave para los venideros programas de vacunación, especialmente crucial ya que no hay ningún tratamiento efectivo contra la viruela. La viruela figura entre las enfermedades más devastadoras que jamás haya existido en la historia de la humanidad. Alteró dramáticamente el curso de la historia, contribuyendo al declive de civilizaciones enteras. Esta enfermedad consiguió acabar con la vida de aproximadamente 300 millones de personas en todo el planeta durante el siglo XX y también es la única enfermedad que se ha erradicado con la vacunación a partir de 1980.
El conocimiento es el proceso en virtud del cual la realidad se refleja y reproduce en el pensamiento humano; dicho proceso está condicionado por las leyes del devenir social y se halla indisolublemente unido a la actividad práctica. El fin del conocimiento estriba en alcanzar la verdad objetiva. En el proceso del conocimiento, el hombre adquiere saber, asimila conceptos acerca de los fenómenos reales, va comprendiendo el mundo circundante. Dicho saber se utiliza en la actividad práctica para transformar el mundo, para subordinar la naturaleza a las necesidades del ser humano. El conocimiento y la transformación práctica de la naturaleza y la sociedad son dos fases de un mismo proceso histórico que se condicionan y se penetran recíprocamente.
Los avances logrados en ciencia y tecnología han sido con base al conocimiento que el hombre ha alcanzado, se encuentra explorando el planeta Marte sin siquiera estar presente en él, sabe la composición química del sol y jamás lo ha tocado, conoce el universo y lo más lejos que ha llegado es a la luna, sin embargo todo este conocimiento y subordinación de la naturaleza solo se usa en beneficio de una minoría, no se quiere entender que sólo a través de la solidaridad y cooperación entre los pueblos podremos lograr un mundo mejor en beneficio de todos los que lo habitamos. Necesitamos una transformación real, pero para lograr esa meta se requiere de la unidad de la clase trabajadora para que toda la riqueza generada se reparta de manera equitativa, donde todos tengamos lo necesario para vivir dignamente. En Antorcha Magisterial nos preocupa esta situación, motivo por el cual estamos trabajando en nuestro Proyecto Educativo…acércate y únete a nosotros.
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