Si bien sabemos, los programas sociales son ideados para reducir la desigualdad y pobreza en la sociedad -claro cuando se encuentran enfocados en los hogares de más bajos ingresos-, pero la realidad nos está arrojando que, si no existe una buena focalización, los programas pueden incrementar la desigualdad y no tener el efecto positivo que se espera de ayudar realmente en la pobreza extrema que vive el país.
El actual gobierno no se cansa de decir que la finalidad de los programas sociales es para la mejora educativa, mejor productividad, mejora social, así como en la salud y otros sectores. Sin embargo, eso no ocurre, por el contrario, ha creado más desigualdad social.
Como bien vemos al que más tiene se le ha permitido tener más y al que menos tiene se ha vuelto más pobre es aún, ya que no basta con pasar dinero a la población mediante programas sociales, si por otro lado deben gastar en su salud porque no hay seguro que les abastezca los tratamientos que requieren; la canasta básica no baja sus precios por lo tanto gasta más, no hay más escuelas por tanto o dejan de estudiar o ingresan a escuelas privadas costosas, menos fuente de empleo y crece el trabajo informal.
Y los que tienen un trabajo relativamente formal qué hacemos si vamos al IMSS y no hay medicamentos, por lo que estamos obligados a comprar en una farmacia privada; en las escuelas “públicas” se pagan colegiaturas caras, no obstante no todos los alumnos asisten a escuelas públicas ya que por diferentes condiciones se ven obligados a ir a una escuela privada y no tienen acceso a dicha beca pese a ser de familias vulnerables, no todas las discapacidades son visibles, por tanto no tienen acceso a un programa social, no toda la población tiene menores estudiando o tiene la edad como un adulto mayor para ser beneficiario de un apoyo.
Estamos hablando de que la población activa se encuentra laborando en el comercio informal o como obreros o empleados pero con sus tan elevados impuestos no son beneficiarios de ningún programa que pueda amortiguar sus tan altos gastos.
El actual gobierno no se cansa de decir que la finalidad de los programas sociales es para la mejora educativa, mejor productividad, mejora social, así como en la salud y otros sectores. Sin embargo, eso no ocurre, por el contrario, ha creado más desigualdad social.
No todos los universitarios son beneficiados con esas becas tan sonadas de este gobierno, basta ver cuántos estudiantes que además de estudiar tienen que trabajar porque no alcanza el gasto familiar en sus hogares.
Muchos mexicanos no son beneficiados por algún programa social y son cabeza de familia o que no pudieron concluir sus estudios por la falta de dinero en su familia o por diversos factores, pero yo creo que la mayoría por falta de dinero.
La solución en México no son los programas sociales en su totalidad y menos si son utilizados como carnada para las urnas de Morena; por el contrario, pueden disminuir la productividad y el crecimiento económico al generar inadvertidamente incentivos perversos para los jóvenes y los trabajadores e incluso para algunos jefes de familia que son condicionados.
En México la pobreza extrema aumenta aceleradamente, y al gobierno nada lo detiene y sigue con la mala distribución de los recursos del gasto público sin invertir en los sectores más importantes como lo es salud, educación, obra pública, seguridad, ciencia y tecnología, etcétera.
Y mientras siga este gobierno en el poder, desgraciadamente así continuará. Por tanto, a los pobres sólo nos queda despertar de ese letargo, pero más importante, a los organizados en el Movimiento Antorchista sólo nos queda despertar al pueblo del sueño en el que lo tiene sometido el actual gobierno, de lo contrario será muy tarde y ahora lo que menos tenemos es tiempo.
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