Sabiendo la importancia que tiene el deporte para la formación del ser humano, el Movimiento Antorchista creó la Espartaqueada Deportiva Nacional. Este evento deportivo se llama así por dos razones: en honor a Espartaco, esclavo que logró, a pesar de las condiciones en las que se vivía en el Imperio Romano, encabezar a los esclavos para lograr mejores condiciones de vida; segundo, en honor a Esparta, una de las ciudades con mayor disciplina al deporte y la cultura en la antigua Grecia.
Nuestra organización, un poco inspirada en ellos, le puso Espartaqueada con el objetivo de educar a los jóvenes, al pueblo en general, para que de manera cotidiana agarren amor a las disciplinas deportivas para formar y consolidar un espíritu fuerte, sano y decidido a transformar para bien el entorno social.
En esta ocasión, la Espartaqueada Deportiva Nacional en su edición XXI, se realizará del 6 al 14 de mayo, como siempre, en la sede de Tecomatlán, Puebla, donde miles de atletas de diferentes disciplinas deportivas, se darán cita para competir por el gusto de hacerlo, por el honor de contender con sus similares y para enaltecer el deporte como tal.
No está de más recordar que entre los años 1928 y 1934 surgió una serie de eventos multideportivos organizados o planificados por la Asociación Internacional de Asociaciones de Gimnasia y Deportes Rojos, comúnmente conocida como Red Sport International (RSI) o Sportintern, y que también fueron llamadas las olimpiadas obreras.
Como se ha mencionado, estas competiciones están basadas, en las olimpiadas obreras, que fueron una serie de eventos deportivos de carácter obrero, principalmente, celebrados a principios del siglo XX, entre los años 1925 y 1937.
Esa competición surgió como reacción de varias organizaciones de extrema izquierda y a las competiciones federadas, que eran desarrolladas por clubes y federaciones, considerados por éstas como sectores muy elitistas de la sociedad. Fueron también una reacción al movimiento olímpico, al que consideraron muy politizado, al servicio de los nacionalismos y cuya competitividad y comercialización contradecían el espíritu del deporte que propugnaban.
El objetivo era promover el deporte y la amistad, pero siendo una iniciativa organizada por los trabajadores. Su énfasis no era promover las rivalidades nacionales por medio de una guerra deportiva, como consideraban a los Juegos Olímpicos, sino enaltecer la solidaridad y el compañerismo en el deporte.
Antorcha, como organización política nacional, también está preocupada por fomentar entre la población el estudio esforzado que abre la mente, el trabajo colectivo que fraterniza a los hombres, el deporte que fortalece el cuerpo y la cultura que amplía horizontes vitales, porque son derechos inalienables de los mexicanos y herramientas fundamentales para entender que una vida mejor es posible, pero que es preciso luchar a brazo partido para ganar esa vida porque nadie nos la va a dar gratis.
Ese es el mismo espíritu y el objetivo de la Espartaqueada Deportiva Nacional que organiza desde hace más de 21 años el Movimiento Antorchista, pero además donde se le da cabida a miles de jóvenes que son ignorados por las autoridades deportivas, y que los han dejado a merced de quienes han visto en la juventud atlética la oportunidad de hacer negocios, de hacerse de recursos y no de impulsarlos como meros atletas.
Sin lugar a duda, son contadas aquellas entidades cuyos gobiernos destinan los suficientes recursos para impulsar la sana práctica del deporte, se pueden contar con los dedos de las manos y sobran, ya que muchos políticos consideran que son recursos desperdiciados y optan por dejar en el olvido el deporte en todas sus ramas y con ello a todas las personas, niñas, niños, jóvenes, adolescentes y hasta adultos que practican alguna disciplina.
Para intentar llenar ese hueco, falta de atención, es decir, ese gran vacío social, es que el Movimiento Antorchista Nacional, tiene el objetivo de formar gente pensante, con ideales y con una vida sana mental, espiritual y físicamente, realiza las competencias deportivas, cuyo fin único y supremo es la convivencia, la solidaridad y el compañerismo.
Es un gran esfuerzo el lograr concentrar en Tecomatlán, Puebla, a miles de jóvenes deportistas, algunos que acuden por vez primera, otros que repiten, pero que animosamente participan y compiten con sus iguales; es una experiencia única, que les ayuda a ampliar sus horizontes, que les muestra que en la vida hay opciones para lograr llegar a lo que se aspira y ayudar, cuando se tenga la oportunidad, al prójimo.
Grosso modo, el deporte no deja igual al hombre después de practicarlo; algo se modifica en sus músculos, en su corazón y pulmones, pero sobre todo algo se modifica y cambia en el cerebro, pues está mejor oxigenado, tiene más agudeza y exactitud que le permite tener mejor capacidad para resolver problemas complicados.
Antorcha no promueve el deporte para crear deportistas que aspiren a ganar mucho dinero y convertirse en estrellas de televisión; ese deporte no lo promueve el antorchismo. El que promovemos trata de lograr una transformación integral del individuo, una transformación en todo su organismo y en su cerebro para incrementar su capacidad de analizar y responder a problemas difíciles.
Se espera, como ha sido durante los 20 años previos de su organización, que la edición XXI de la Espartaqueada Deportiva Nacional del Movimiento Antorchista, sea un éxito y un gran ejemplo de lo que las autoridades deben realizar para llenar ese vacío que se tiene en México y que afecta a millones de personas, deseosas de tener una oportunidad para expresarse, competir, convivir y ser mejores personas.
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