Con el objetivo de contribuir al mantenimiento de los monumentos nacionales, el Movimiento Antorchista gestionó la restauración de interiores y exteriores de la Catedral de Texcoco, como parte del programa Tesoros de Texcoco promovido por esta organización social.
Enclavado en el corazón del municipio se encuentra uno de los conjuntos catedralicios más antiguos del país, dedicado a la Inmaculada Concepción de María.Los muros y acabados de este templo han sido testigos del paso del tiempo y de la mezcla de dos culturas: la indígena y la española.
Para conservar este baluarte texcocano en 2013, el Movimiento Antorchista gestionó la restauración de tres de los retablos principales y actualmente se rehabilita la cúpula y tambor, así como la cubierta de bóvedas, explicó Brasil Acosta, dirigente del Movimiento Antorchista en esta demarcación.
El artista plástico y restaurador de bienes inmuebles, Christian Sánchez Hernández, explicó que los trabajos cuentan con la supervisión del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con base en una propuesta de intervención que fue resultado de un dictamen técnico donde fueron detectadas las problemáticas que afectan la construcción como la humedad, el deterioro de la mampostería y la oxidación de herrería, entre otras.
En su tesis Conjuntos Monacales Novohispanos, el investigador César Tenorio Gnecco señala que el conjunto catedralicio se ha transformado a lo largo de la historia como una respuesta a la creciente fe católica de la región.El inmueble se compone de tres templos que formaron parte de un antiguo convento franciscano, donde fray Pedro de Gante fundó en 1523 la primera escuela de América para enseñanza de los indígenas.
Para 1526 se creó el primer monasterio en la zona, donde la mano de obra indígena jugó un papel determinante; la iglesia mayor se construyó en 1476; entre 1690 y 1700 se consolidaron los edificios y para el siglo XX el lugar quedó constituido como catedral, tal y como luce actualmente.
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