Pasó el Día Internacional de la Mujer, y miles y miles de feministas en la capital de la república y de las entidades para colocar en el centro de la protesta los derechos de las mujeres a llevar una vida más digna y equitativa, que sea respetada y tomada en cuenta dentro de la sociedad mexicana. Muy a su modo, su objetivo partía de estar convencidas de que tenían que salir a las calles a protestar.
Y así lo hicieron. Muchas marchas destacaron por la masiva participación de las mujeres, y sobre todo por la forma en que fueron tratadas por los respectivos Gobiernos. En Zacatecas, estado gobernado por el morenista David Monreal, destacó el salvajismo de la Policía, que reprimió la manifestación de mujeres no sólo lanzando gases lacrimógenos, sino arrastrando a todas las que lograran detener, arrastrándolas hasta casi desnudarlas y golpearlas brutalmente.
En Toluca, capital del Estado de México, donde gobierna la también morenista y funcionaria preferida de López Obrador, Delfina Gómez, la Policía lanzó gases lacrimógenos, colocó vallas metálicas tratando a las manifestantes como no trata a los delincuentes amigos y socios de su Gobierno.
Por el silencio del Gobierno de López Obrador, es claro que este no está dispuesto a tomar en cuenta las demandas de las mujeres evidenciándose como un Gobierno antidemocrático.
En Puebla, gobernado también por Morena, se registraron enfrentamientos con la Policía antimotines. En la Ciudad de México, epicentro de las manifestaciones del día, recibieron a las manifestantes con enormes vallas, sin la bandera monumental y un sinfín de gases lacrimógenos y gas pimienta. Obviamente, como se esperaba, nadie las recibió para conocer sus demandas y sus reclamos. Hubo una absoluta indiferencia por parte del Gobierno federal, que encabeza el presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Afortunadamente, este día casi todos los medios de comunicación con mayor cobertura, lanzaron a sus reporteros a la escena de los acontecimientos para constatar que las manifestantes estaban convencidas de protestar, que tenían que ser escuchas y dejar huella a su paso por las principales calles de las capitales, aunque fuera con letreros en paredes y vidrios de negocios. Por el silencio del Gobierno de López Obrador, es claro que este no está dispuesto a tomar en cuenta las demandas de las mujeres: la violencia, desapariciones forzadas, las violaciones a mujeres menores de edad, secuestros, los feminicidios, trata de niñas, etcétera, evidenciándose como un Gobierno antidemocrático.
A unos meses de terminar su mandato, es claro que que el presidente engañó a los mexicanos con el cuento de estar transformando al país, pues en realidad ha provocado más daño a las mujeres al quitarles las estancias infantiles, tratamientos contra el cáncer, al desaparecer el Seguro Popular y escamotear los medicamentos. No extraña por ello su indiferencia hacia las mujeres.
Lo cierto es que más allá de sus formas, mucha razón tienen las mujeres que manifestaron su inconformidad, pues en los últimos seis años en México, según el registro de las propias autoridades, se han cometido más de 16 mil 570 casos de homicidios dolosos contra mujeres, 556 casos de feminicidios, 18 mil casos de violencia psicológica y más de 10 mil casos de violencia sexual, alcanzando en 2022, durante el actual gobierno de la república, la cifra más alta de violaciones sufrida por niñas de entre diez y catorce años de edad, y que las mujeres ganan en promedio una tercera parte menos de salario que los hombres, por hacer exactamente el mismo trabajo, y en muchos casos más, que los hombres.
¿Que sigue después del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer? En México debemos unificar todas las fuerzas de la sociedad para cambiar sus bases más profundas y acabar de una vez por todas, con los agravios a todas las mujeres y a todos los pobres de la sociedad mexicana.
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