Al Gobierno federal le urge que la gente ya salga de sus casas y se integre a las labores para que la economía capitalista retome su ritmo y vuelva a la "normalidad". A primera vista, para muchos, esto está bien, es un acto de congruencia del presidente, porque, "preocupado" por la falta de empleo de la gente, le pide que deje a un lado sus miedos y le invita a salir a la calle para que busque empleo y, eso no lo dicen, que paguen impuestos, pues sufrió un 14.6% la recaudación, ya baja de por sí; sin embargo, si vemos la cosa más de cerca, se trata de un atentado en contra de la vida del pueblo de México y, en el fondo, un "sálvese quien pueda" de la pandemia y de la situación económica. El gobierno de la república desde que inició la pandemia no se hizo cargo, con la responsabilidad correspondiente, de la vida y del empleo de los mexicanos. Al día en que escribo estas líneas, México ya tiene 220,657 casos positivos y 27,121 defunciones, colocándonos en el séptimo lugar mundial de muertos, es decir, México ya tiene el 5.35% de las muertes del mundo, de hecho, ya casi alcanzamos a España que tiene 28,355 y a Francia que tiene 29,843 muertes y una pérdida de 12 millones de empleos entre formales e informales.
Ahora bien, si es creciente el número de muertes, es decir, si no se ha controlado la pandemia en México y no hemos llegado al su pico más alto, entonces ¿por qué se llama a los mexicanos a que salgan de sus casas?, ¿qué hay detrás de todo esto? Lo que hay es un gobierno que no se preocupa por la gente, que prefiere que se mueran los mexicanos a tomar medidas enérgicas de apoyo directo a los que necesiten quedarse en casa, a los hospitales y a las empresas para que se mantenga el ingreso y el empleo de las familias mexicanas; hay un gobierno que prefiere seguir haciendo obras inútiles en nuestro país como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, en lugar de destinar esos recursos hacia un programa nacional de distribución de alimentos, de empleo temporal con un salario mínimo vital y, finalmente, un gobierno que prefiere que la gente salga ya a la calle a buscar suerte para incrementar la recaudación de impuestos y poder seguir pagando a los pocos beneficiados de los programas "estrella" del presidente, con los cuales, como han dicho muchos analistas, pretende, más bien, comprar votos que sacar a la gente de la pobreza.
El gobierno de México se ha encargado de generar desinformación y confunde a la población con un doble discurso que le pone, evidentemente en riesgo: mientras Gatell dice que no es necesario el cubrebocas, la Jefa de Gobierno, creo que más responsable y siguiendo los lineamientos de la Organización Mundial de la Salud, considera que sí; Gatel le dice a la población que no salga de sus casas, que se "quede en casa", pero el presidente les dice lo contrario: "salgan de sus casas, superen sus miedos"; Gatell diciéndole a medio México que ya estamos a punto de llegar al pico de la pandemia; sin embargo, la salida anticipada ha demostrado que no y que tenían razón los de la UNAM que proyectaron un modelo que mostraría la llegada al pico de la pandemia a finales de junio y no a mediados de mayo, como sugería el modelo usado por Gatell. "Puras fallas", como diría un amigo mío. El problema es que hay gente de carne y hueso de por medio y la mandan a la guerra sin fusil: a la guerra contra covid-19, a la guerra contra el desempleo y a la guerra contra la delincuencia desbordada. Espanta, pues, la insensibilidad de la autoridad federal cuya prioridad es ganar las elecciones del próximo año, más que la salud, el empleo, el salario, la seguridad y la vida de la gente.
Cruda es la verdad, pero es la verdad y el pueblo mexicano debe aprender a abrir los ojos; a descubrir detrás de los discursos las mentiras que vienen disfrazadas de verdades a medias; debe nuestro pueblo descubrir el engaño y no caer en la trampa del gobierno federal. Según una encuesta realizada por el Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales, CEMEES, 57% de la población considera que no es seguro reanudar actividades, mientras un 37% considera que ya es seguro, el resto no sabe o no contesta. A la pregunta: ¿Usted considera que el gobierno de AMLO está haciendo lo suficiente para ayudar a la gente a soportar la crisis del coronavirus? El 62% considera que no y el 26% que sí, de lo cual se deduce que ese 37% y ese 26% han caído en la trampa de la desinformación, pues hablar de 27 mil 121 muertes da escalofrío, pero parece que la gente no se ha percatado del verdadero significado de tantas muertes.
En relación con el empleo, ante la pregunta ¿usted actualmente con empleo?, 62% contesta que no y 38% que sí y de ese 62% el 82% pierde su empleo derivado de la pandemia. A la pregunta: "Por el problema del coronavirus ¿usted se ha visto beneficiado con algún apoyo por parte del gobierno?", 82% dice que no y sólo el 18% dice que sí, de lo cual se comprueba lo que hemos dicho, que el gobierno federal no está dispuesto a apoyar a la población y lo está sólo a un pequeño sector que consideran su "voto útil" para las elecciones del 2021, pues el 18% de 125 millones de mexicanos que somos equivale a 22.5 millones de mexicanos, más o menos los que están en su padrón de beneficiarios de los "programas estrella" del presidente. 43% de la población entrevistada desaprueba el trabajo de AMLO como presidente de la republica, mientras que 34% lo aprueba, es decir, todavía muchos mexicanos no han descubierto la navaja dentro del pan; no se han percatado del engaño y de la farsa que este gobierno representa.
Como se ve, muchos mexicanos han caído en la trampa de la desinformación y han aceptado, sin saber, que los están lanzando a su suerte: a enfermarse y a encontrar trabajo por su cuenta sin apoyo gubernamental. La condición para que al pueblo no lo engañen es que esté informado, pero no solo eso, sino que piense la información que le dan, que piense todo lo que le dicen en cada noticia: sea la mañanera, sea un "tuit", un "meme", la televisión, o cualquier portal de noticias. No debe creer lo que le dicen sólo porque se lo digan, aunque sea el mismo presidente; por el contrario, debe investigar, debe dudar, resolver sus dudas y debe llegar a una conclusión correcta de la situación con ojo crítico. Debe aprender a tomar decisiones en su propio beneficio, no creyendo que le van a beneficiar cuando en realidad le están perjudicando, dejándolo sólo y a su suerte. Por eso, lo que le propone el Movimiento Antorchista es formar un frente nacional para gobernar a este país, con todos aquellos hombres y mujeres que quieran una patria mejor, pero gobernada por el pueblo mismo y no como hoy que gobierna Morena en nombre del pueblo, pero en contra del pueblo.
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