Imaginemos una historia: “Un día te levantas para ir a tus actividades y al abrir la llave del agua te das cuenta que no cae ni una gota, decides visitar a tu vecino para pedirle un poco y al salir, te das cuenta que todos están en la misma situación, decides ir a tus actividades confiando que al regreso todo estará resuelto. No pudiste bañarte y te sientes incómodo, no pudiste regar tus plantas y te sientes culpable, piensas desde luego que es culpa tuya y te molestas por creer que pudiste haber sido más ahorrador.
Al llegar a casa, decides prender la Tv para ver si hay información del problema, pero los noticieros anuncian la inauguración de la nueva cervecera que ha llegado al país y piensas ‘qué buena noticia’, ya que la cerveza es tu bebida favorita, al terminar esa información te enteras de que se ha declarado alerta máxima en el país por escasez de agua y no tendremos agua nunca más”.
Si esta historia fuera real y fueras tú quien se encuentra viendo esa noticia: ¿Qué pensarías y qué estarías dispuesto a hacer por obtener un poco de agua? La realidad es que ya no estamos tan alejados de ser nosotros los personajes principales de una historia como esta.
Nos estamos quedando sin agua, y ojalá todo fuera tan simple como abrir el grifo y esperar a que el agua caiga, pero no es así. Tan solo en la CDMX que posee 9,209,944 habitantes y es considerada una de las zonas más pobladas y con mayor desarrollo del país, el 26 por ciento de los ciudadanos no cuenta con agua suficiente en sus hogares, el 15 por ciento no cuenta con el servicio diario y más de 2 millones de habitantes abastece esta necesidad a través de la compra de pipas de agua, de tal modo que si eso pasa en la capital del país, deberíamos preguntarnos: ¿En qué condiciones vive la gente que se encuentran en zonas con mayor índice de marginación?
Datos presentados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) dicen que cada persona necesita 100 litros diarios para satisfacer sus necesidades de consumo; sin embargo, en México las estadísticas de CONAGUA dicen que el consumo es de 380 litros al día por persona y esto se debe, dicen ellos, a la falta de educación y conciencia por cuidar el líquido, esto a su vez termina convirtiéndose en un gran justificante por la escasez en muchas regiones y lo peor es que mucha gente lo cree.
No hace mucho tiempo que expertos del medio ambiente declararon alerta máxima en México por las condiciones severas que se visualizaban, hoy esto es una realidad. Nuevo León vive el mayor desabasto de agua que haya ocurrido en México, esta zona que se nutre de dos principales presas Cerro Prieto y La Boca, llevan meses en niveles sumamente bajos. En febrero de este año el Sistema Nacional de Información del agua declaró que las presas se encontraban en 9.88 por ciento y 25.28 por ciento, hoy se encuentran en 2 por ciento y 9 por ciento.
Consecuencia de eso, se ha declarado a Monterrey en estado de emergencia por Sequía Extrema y se han tomado medidas como la suspensión del uso de agua para el baño, aseo personal, limpieza de ropa y otros usos solo lo necesario, y esto es todo lo que se ha planteado para dar frente al problema.
Respuestas como: “El gobierno no es el culpable”, como lo declaró Samuel García en una conferencia de prensa es la respuesta que ha obtenido la ciudadanía. La realidad es que los gobiernos sí son los culpables al permitir que empresas como Coca-Cola, Pepsi, Danone, Nestlé, Bimbo y otras extraigan más de 133 mil millones de litros de agua para producir productos que no solo afectan la salud, sino también el medio ambiente, otro ejemplo es la industria de la moda rápida que gasta 3.117 litros de agua para la elaboración de un solo pantalón. A pesar de los graves daños, estas empresas no han dejado, ni dejarán de producir, pues eso representa grandes pérdidas económicas para los dueños. Si comparamos los 380 litros que “supuestamente gasta en promedio un mexicano” y lo comparamos con el despilfarro de agua que hacen las grandes industrias, es claro saber que la falta de un control ambiental terminará por dejarnos sin agua en menor tiempo del que se tiene previsto.
Es necesario e importante que las mayorías tomemos consciencia de que los únicos afectados hoy y en el futuro seremos nosotros, pues a pesar de estas alertas, la escasez de agua está cada vez más cerca, y lo vivimos en cada colonia que no cuentan con estos servicios básicos, debemos organizarnos y exigir la regulación y las sanciones para estás grandes empresas, exigir a los gobiernos que se implementen políticas públicas que planeen, financien y desarrollen proyectos para frenar el grave problema de la sequía en nuestro país y en el mundo. Ante un sistema capitalista que solo piensa en su enriquecimiento económico sin importar las consecuencias que eso pueda tener, informarse y organizarse es hoy es más urgente que nunca. Entonces por qué esperar hasta que esos daños sean irreversibles.
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