Todos los mexicanos estamos siendo testigos de la gran farsa que significa el nuevo partido en el poder. Su lema "no mentir, no robar, no traicionar", ha quedado peor que un lazo de cochino, y esto ni siquiera lo dicen sus adversarios políticos, son sus mismos militantes y simpatizantes, muchos de ellos jurados obradoristas de años, los que lo afirman y confirman a la luz del proceso interno para elegir a sus candidatos a gobernadores (y lo que falta de ver en la elección de diputados federales y alcaldes).
Los señalamientos de encuestas a modo, o inexistentes, de dedazos o imposiciones presidenciales son el pan de cada día ante el anuncio de los resultados de "sus encuestas" para seleccionar a sus abanderados en las próximas elecciones del 2021.
Guerrero, Zacatecas, Chihuahua, Colima, BC, Sinaloa, entre otros, son claros ejemplos de lo que estamos diciendo y que exhiben el verdadero rostro de Morena, partido que quiere hacerse pasar ante los ojos del pueblo de México como un partido de nuevo tipo, formado por políticos ajenos a prácticas del pasado reciente: ajenos a la antidemocracia, dedazo, corrupción, nepotismo y autoritarismo. Hoy por hoy, solo los tontos o ingenuos creen semejante catálogo moral de los "revolucionarios" de Morena.
Y no puede ser de otro modo, pues este partido como todos los demás, tienen entre sus filas una gran cantidad de políticos que se crearon en el viejo régimen priista y panista, y por tanto llevan en sus genes todos los vicios del mismo. No los mueve, aunque lo digan, el bienestar del pueblo, el progreso de la nación, el "primero los pobres", nada de eso; los mueve sólo la vulgar ambición de privilegios, de vivir y enriquecerse del erario.
¿Pruebas? Ahí está el tal Gibrán Ramírez y el "intelectual” John Ackerman, exhibidos como lo que son, vividores del presupuesto. Gibrán percibió cerca de un millón y medio de pesos en el año 2020 y Ackerman con percepciones de casi medio millón de pesos por semestre, ambos en programas de televisoras del gobierno; con los morenistas aplica la "austeridad&rdquo, como dice el dicho popular, "en los bueyes de mi compadre”.
El pueblo trabajador que es la mayoría, debe darse cuenta a la luz de estos hechos, que Morena es más de lo mismo, antidemocracia, imposición, corrupción y que sigue pendiente la construcción de una verdadera alternativa política que represente los intereses genuinos de la clase trabajadora y para eso como decía Lenin debe educarse políticamente de manera correcta y no dejarse llevar por los cantos de sirena que uno y otro partido le susurran al oído. Por lo pronto en esta elección venidera, el pueblo trabajador debe enfrentarla de manera organizada, de manera unida, buscando la alternativa menos peor y asegurando un mínimo de compromisos para la solución de urgentes necesidades que enfrentan las clases trabajadoras, empobrecidas por las malas políticas neoliberales de los últimos sexenios y que el actual no las ha eliminado, por el contrario las ha aumentado ciñéndose a las decisiones del imperio gringo al que se ha mostrado más sumiso que sus antecesores y también por las consecuencias de la pandemia, que ha golpeado las economías del mundo, y más cuando se ha enfrentado equivocadamente esta terrible enfermedad, como lo hizo y está haciendo el gobierno obradorista que tiene ya en su haber, más de 130 mil muertes por covid-19, y ha colocado a nuestro país en el deshonroso primer lugar en muertes de personal médico.
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