Muy preocupante se percibe el futuro del pueblo mexicano bajo la dirección del gobierno morenista del presidente López Obrador, el cual ha entrado en estos días a su segundo tercio de mandato, asegurando terca y constantemente de que los problemas que se comprometió a resolver los ha atacado de manera frontal, eficiente y que por lo tanto el país es ya muy diferente al que gobernaban los neoliberales en el pasado. Los datos fantasiosos que el presidente expone diariamente en sus conferencias de prensa, contrastan con la realidad vivida por los ciudadanos. Para él, la inseguridad, la corrupción, la pobreza, la salud, el empleo, la economía, se han resuelto de manera exitosa y por lo tanto, quien se atreve a decir lo contrario es un adversario que añora los privilegios que los gobiernos pasados le facilitaban a costa de la pobreza de la gran mayoría de los mexicanos.
Está claro que para hacer una comparación objetiva, que evalué el desempeño y resultado de los compromisos que en campaña y toma de protesta hizo el presidente, se debe acudir a los datos que las mismas autoridades federales registran para no caer en un embuste mezquino que sea criticado solo por el hecho de no coincidir con su proyecto de gobierno. Millones de mexicanos fueron testigos del compromiso presidencial, acerca de que la inseguridad en el país empezaría a disminuir al día siguiente de su triunfo electoral. Que usando abrazos y no balazos, y acusando a los delincuentes con sus padres, estos dejarían de hacer daño, convirtiéndose en buenos ciudadanos. Sin embargo el milagro no ocurrió, y en el primer año de su gobierno, es decir, en el año 2019, los 35 588 homicidios, superaron el número del año anterior. Y ahora, en el segundo año de gobierno, la cifra de homicidios se acerca a un nuevo record, pues de enero a noviembre ya han ocurrido 32 759 homicidios. Esto, con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP). La violencia no se contiene a pesar de que el gobierno federal tiene a cien mil elementos de la guardia nacional en las calles combatiendo a los delincuentes. El presidente López Obrador tampoco a podido hacer efectiva su promesa de combatir la corrupción, en 2019 aumentó 15.7 por ciento en comparación con 2018, al pasar de 14 mil 635 víctimas, por cada 100 mil habitantes, a 15 mil 732, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). La pobreza en el gobierno de los pobres crece en vez de disminuir. De acuerdo al Programa Universitario de Estudios del Desarrollo (PUED) de la UNAM, los mexicanos en pobreza extrema pasaron de 22 a 33 millones, en unos cuantos meses. En materia de salud, el gobierno morenista tampoco ha estado a la altura de las necesidades del país, su desacertada actuación ha provocado miles de muertes por la falta de medicamentos, y por no invertir en equipo e infraestructura hospitalaria para combatir los efectos de la pandemia. La pérdida de 12 millones de empleos, entre formales e informales, más el recorte de tiempo laboral a 8 millones de trabajadores, de acuerdo a información de Banxico, exhiben al gobierno de la cuarta transformación como un aparato impotente ante la necesidad fundamental de los mexicanos. Y aunque al presidente López obrador desdeñé los organismos internacionales, el Fondo Monetario Internacional señala a la economía mexicana, como una de las economías más golpeadas este año con una caída del 9 por ciento. Las consecuencias de estos desatinos, como es de esperarse, recaen en el pueblo pobre de México a quien se le priva de la posibilidad de vivir dignamente.
Los especialistas que analizan los catastróficos efectos de la pandemia, pronostican que las cosas se pondrán más difíciles, es decir, se multiplicarán como esta ocurriendo, los contagios y las muertes, sugiriendo a los gobiernos a tomar medidas que ayuden a proteger a los ciudadanos. Pero el gobierno mexicano, con declaraciones triunfalistas solo llama a cuidarse sin implementar un plan de apoyo al pueblo, para que este no se exponga saliendo de sus hogares. El gobierno de la esperanza y de los pobres, nada puede hacer bien, con la llegada del escaso número de vacunas anticovid, destinadas al personal médico que combate el virus, se le empieza a complicar el plan de vacunación por su mal e insuficiente diseño y por el abuso de algunos directivos del personal médico.
Los antorchistas hemos sostenido siempre que Morena y su gobierno, con pandemia o sin ella, no sacarán a México de sus problemas. En dos años las dificultades se han profundizado complicando la vida de los mexicanos. La seguridad, la salud, el empleo, y el mejoramiento económico, no llegarán con las promesas de López Obrador, serán una conquista de un pueblo organizado y educado, dirigido por mexicanos auténticamente comprometidos con los más grandes intereses de la humanidad, apoyados por la ciencia histórica y por los conocimientos científicos conquistados hasta ahora. Hace años que caminamos en esa ruta, y entre las dificultades del actual momento, seguimos apretando el paso.
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