La pobreza avanza incontenible en nuestra patria. De acuerdo al reporte del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) relativo a la pobreza laboral en el tercer trimestre del 2020, el número de habitantes en extrema pobreza pasó de 22 millones enfebrero a 33 millones en junio, teniendo un incremento de 11 millones en tan sólo tres meses. Este aumento es consecuencia, según el mismo análisis, por la política de confinamiento ante el embate de la pandemia por covid-19. La recuperación y la reducción de la pobreza, vendrá después del mes de junio (con la nueva normalidad) y el resultado se evaluará en un nuevo reporte del organismo, programado para 2021. Pero el panorama no es nada alentador.
Si bien es cierto que la endemia provocó una parálisiseconómica que produjo un acrecentamiento de pobres por la falta de empleo y de ingresos, el número de personas en pobreza extrema ya venía incrementándose desde antes. En el mismo reporte señala que desde el 2018 a febrero de 2020, los mexicanos en pobreza extrema pasaron de 21 a 22 millones de personas en esa condición, a pesar de que ya se aplicaba la entrega de recursos "sin intermediarios”. El incremento de la pobreza se pudo observar antes de la pandemia, durante el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador, la covid-19 sólo vino a profundizarla. Mientras que la desigualdad de igual forma se incrementó. En el 2019 la diferencia entre el 20 por ciento de la población con mayores ingresos y el 20 por ciento con los ingresos más bajos, fue de 34 veces, ahora en el tercer trimestre de este año ladiferencia es de ¡146 veces!
De acuerdo con estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) publicadas el 15 de julio "México será el país con mayores tasas de crecimiento en este rubro de todos los países de América Latina…el porcentaje pasaría de 41.9 a 49.5 por ciento de la población”. En números absolutos, los mexicanos en condiciones de pobreza rondarán en estos días por los 63 millones.
Por otro lado, nuestro país es el que menos designa recursos a la atención a necesidades de los ciudadanos. En la lista de los 36 países integrantes de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el último lugar en la inversión para gasto social, mientras países como Francia, destina el 31.2 por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) al gasto social, Alemania el 25.1 por ciento, Canadá el 17.3 por ciento, mientras que el Gobierno mexicano apenas le destinó el 10.8 por ciento, con un reducido incremento del 0.3% con respecto a 2019.
¿Dónde estará la Cuarta Transformación? Asimismo, México aplica menos recursos del PIB al gasto social quevarios países de América Latina, entre ellos Brasil, Argentina, Uruguay y Chile que le destinan aproximadamente entre 14.3 y 16.1 por ciento y Costa Rica el 12.3 por ciento, por mencionar algunos.
Así que en nuestro país son menos recursos y mal aplicados,que no repercuten en la reducción sustancial de los niveles de pobreza y de desigualdad. Por ejemplo, los servicios de salud no son de buena calidad a pesar del compromiso de elevar el nivel de los países nórdicos, convirtiéndose esta promesa en una ironía mordaz y cruel, en una burla sangrienta contra los millones de pobres.
Y a pesar del compromiso de mejorar la educación pública y gratuita y de calidad de todos los niveles, de la alimentación para los niños en todas las escuelas de nivel básico de las zonas pobres, de no permitir el rechazo a los aspirantes al nivel superior, de la suspensión de cuotas que pagan los padres de familia para el mantenimiento de institutos, hoy la instrucción en México es una verdadera zona de desastre. En las actuales condiciones, los niños y jóvenes ni siquiera pueden recibir clases por la carencia de internet o de televisión y aún de energía eléctrica.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la urbe de menores ingresos, unos 65 millones,destina un mayor porcentaje de sus magros recursos a la compra de alimentos, además, este sector de la población tiene una gran cantidad de carencias y son los más vulnerables.
Morena no tiene un plan definido para el combate a la pobreza, sólo se restringe a la repartición de dineros, a las transferencias directas a la población, con el claro objetivo de la actual administración federal de retener el poder a toda costa, comprando a los pobres que reciben los apoyos.
La esencia de la política lopezobradorista es apoyar todo lo que represente votos para su partido, para su "proyecto”. No compromete recursos donde se necesitan, sino pragmáticamente sólo a lo que le reditúe ganancia política. Los ejemplos los tenemos a la vista; llevamos ya nuevemeses de pandemia y no se ha aplicado un plan alimentario para los más desvalidos y mucho menos la repartición de recursos monetarios para apoyar a las familias en desgracia, que carecen de lo más indispensable. No apoya al personal médico ni compra insumos para la lucha contra el SARS-CoV-2. Ahora la vacuna, lejos de su noble objetivo de salvar vidas, la Cuarta Transformación la ha convertido en otro recurso para someter a los que no se pliegan a sus intereses y de engaño y manipulación para las grandes masas.
Hay desempleo y los trabajadores que han regresado a sus centros de trabajo con el riesgo a cuestas, por el agravamiento de la pandemia, reciben salarios a medias por jornadas completas, les han quitado sus derechos de antigüedad, les pisotean sus derechos laborales mientras el Gobierno de Morena guarda un silencio cómplice.
Las graves inundaciones de Tabasco no merecieron mayor atención de López Obrador más que un sobrevuelo en helicóptero y de la inseguridad ni chista.
Ante este panorama, el mejor propósito de Año Nuevo de los pobres de México debe ser echar del poder, a través de los votos, a la actual administración que lleva al precipicio a nuestro país. Tomemos conciencia del problema y actuemos en consecuencia.
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