El próximo jueves 11 de agosto, las principales avenidas de la capital de la república serán el marco de la magna e imponente manifestación que realizaremos los ciudadanos capitalinos organizados en el Movimiento Antorchista. La causa de esta nueva y gigantesca movilización de miles y miles de antorchistas indignados en esta gran metrópoli, que estoy anunciando, es la misma de hace muchos años: la falta de soluciones y respuestas positivas a la grave y desesperante situación de habitantes humildes de esta ciudad, que esperan desde hace años se resuelvan sus demandas urgentes por las autoridades perredistas locales.
Los principales ofendidos en la marcha que realizaremos, hombres y mujeres de diversas delegaciones políticas de esta capital, arrastran el estigma de ser ciudadanos de tercera o cuarta categoría, por dos hechos fundamentales: ser antorchistas, y por lo mismo, ejercer su derecho a luchar por sus demandas propias y las de sus vecinos para un poco y hacer un poco más digna su vida. Para las altas autoridades perredistas del gobierno de la ciudad, no tienen derecho a nada por no ser miembros del partido que mal gobierna desde hace casi 20 años la principal ciudad del país. Durante estos prácticamente cuatro lustros transcurridos, los antorchistas hemos sido los ciudadanos más despreciados y atacados por el perredismo rampante cuando reclamamos las obras y servicios básicos que por ley nos corresponden.
Los gobiernos perredistas de la ciudad, que presumen ser de un partido de ‘izquierda’ que apoya las causas del pueblo trabajador, han realizado, un ostentoso y anticonstitucional, abuso de autoridad en contra nuestra, con el continuo rechazo a nuestras peticiones fundamentales, obligándonos a la movilización para ser escuchados, sólo para recibir, campañas pagadas de calumnias en los medios de comunicación, causas penales, detenciones y golpizas a los dirigentes, y de pilón, violentas arremetidas de sus cuerpos policiacos para desalojarnos de los lugares públicos donde celebramos nuestras legales y justas protestas.
En virtud de que el desprecio, sigue siendo, la tónica a las solicitudes de obras y servicios enarboladas por el Movimiento Antorchista en esta ciudad durante la presente administración perredista de gobierno, el pasado día 26 de mayo teníamos programada una marcha de protesta con 40 mil antorchistas, misma que pospusimos por la contingencia ambiental para, de esta manera, ser solidarios frente a los daños que a la salud de los más de 8 millones de capitalinos ocasionó el fenómeno.
Sin embargo, el espacio de tiempo transcurrido a la fecha, no fue suficiente para que las autoridades de esta enorme metrópoli, una de las más importantes del mundo por el volumen de negocios y capitales que se manejan por los que tienen el poder económico, se ocupen y resuelvan nuestras demandas. Hasta ahora, sólo esta presente el silencio y olvido de quienes las pueden y deben resolver.
Las cosas así no funcionan, tienen que cambiar y si el poder no cambia su actitud frente al pueblo, éste tiene todo el derecho, como reza la Constitución que todavía nos rige, de protestar y movilizarse para que la autoridad resuelva lo que por derecho le corresponde pues tiene los recursos económicos para ello, que son los impuestos del pueblo. La fuerza del pobre, organizada en el antorchismo vuelve a la calle a manifestarse para recordarle al poder del perredismo en la ciudad, que aún existen ciudadanos libres, organizados y concientes que no se intimidan frente a su poder y reclaman lo justo y lo suyo.
Exigimos restitución de sus viviendas a las 300 humildes familias propietarias del predio La Ciénega, en Tláhuac, que fueron derruidas impunemente por el gobierno de la ciudad. Cumplimiento a los compromisos contraidos de vivienda. Construcción de la Secundaria Wenceslao Victoria, en la Delegación Gustavo A. Madero. La regularización de predios con Dictámen Positivo en Xochimilco, Tláhuac y Tlalpan para que miles de familias puedan tener acceso a los servicios básicos.
Igual que siempre, nuestra marcha será pacífica y ordenada. Ofrecemos todas las disculpas a la ciudadanía de esta sufrida capital. Si por nosotros fuera no realizaríamos ninguna manifestación, pero la palabra la tienen las autoridades culpables de las molestias que sufren las personas, única y exclusivamente, en nuestro caso, por la mira torcida de las autoridades en el gobierno de la capital.
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